En agosto, envié una carta al Presidente de la República de Angola, en la que llamaba la atención sobre el hecho de que el Fiscal General de la República estaba violando la ley al actuar como director de varias empresas privadas, algo que es incompatible con el cargo que ostenta. Varias personas me han preguntado por la falta de una respuesta por parte del jefe del Estado y de Gobierno con respecto a estas denuncias. Mi respuesta ha sido que uno no puede y no debe esperar una reacción positiva del Presidente de la República en materia de corrupción y el respeto de la ley. Yo argumenté que José Eduardo dos Santos, encarnaba la misma promiscuidad que él mismo había condenado como el peor mal de su gobierno. También declaré que la falta de respeto a la ley era práctica común de su Excelentísimo.