Pero, detrás de cada dato demoledor, hay mujeres que no se rinden y siguen trabajando para transformar esta realidad desde distintas partes del mundo. MUJERES como Leila, profesora refugiada en el campo de refugiados de Sudán del Sur, como Judith, formadora de Fe y Alegría Chad sobre la importancia de la educación de las niñas y de las mujeres, como Yesenia Ortiz, guardiana ambiental de Fe y Alegría El Salvador para la defensa del medio ambiente, como Irene Martínez que participa en la Red Solidaria de Jóvenes de Entreculturas en Alicante o como Ángela Sanz, voluntaria VOLPA sevillana en Guatemala, son protagonistas de la campaña de Entreculturas “Mujeres Que Construyen Futuro”.

MUJERES que siguen aprendiendo

En Entreculturas trabajamos para defender el derecho a una educación de calidad de todas las niñas y mujeres, especialmente de las más desfavorecidas, a través de proyectos que promueven la igualdad de oportunidades para ellas. En los dos últimos años, hemos atendido, formado y acompañado a más de 240.000 MUJERES en los países más empobrecidos de América Latina, África y Asia.

MUJERES que educan en la emergencia

Las MUJERES y las NIÑAS sufren por partida doble. A la dureza de ser una desplazada o una refugiada, se une la discriminación de género y la amenaza de sufrir abusos sexuales o maltrato físico o psicológico. Ni siquiera su estancia en los campos de refugiados las protege de la violencia ni garantiza el reconocimiento de sus derechos.

Pero la capacidad para salir adelante de las MUJERES es uno de sus signos distintivos. Leila, es un ejemplo de ello, trabaja como profesora en el campo de refugiados de Mabán, Sudán del Sur, en el que Entreculturas está presentes junto al Servicio Jesuita a Refugiados. En países como Etiopía, Sudán del Sur, RD Congo o Chad, atendemos a las MUJERES desplazadas y refugiadas ofreciéndoles ayuda humanitaria, acceso a la educación, apoyo psicosocial y formación para la prevención de violencia y abusos.

MUJERES que crean proyectos

La brecha salarial de género a nivel mundial es del 23% y la tasa de actividad de las mujeres es del 63%, frente al 94% de los hombres. Manuela, Sebastiana y María viven en una comunidad de Chilón, Chiapas (Méjico) y son socias del grupo de mujeres Xapontic. Un grupo de mujeres emprendedoras que elaboran y venden jabones artesanales hechos con miel de abeja orgánica producida en esta región. Con su trabajo fomentan el desarrollo de su familia, su comunidad y su país. Xapontic forma parte de la integradora de Empresas de Economía Social y Solidaria con la que trabajamos en Méjico, Yomol A´tel.

Como ellas, son muchas las mujeres a las que Entreculturas acompañamos para que se formen y emprendan sus propios negocios a través de los programas de formación técnica que llevamos a cabo con Fe y Alegría y JRS en países como Bolivia, Ecuador, Perú, Chad, Uganda o Sudáfrica.

MUJERES que cuidan el medio ambiente

El cambio climático y los conflictos afectan en mayor proporción a las mujeres. Las mujeres empobrecidas de las zonas rurales que dependen de los recursos de uso común resultan especialmente afectadas cuando éstos se agotan. Además, es 14 veces más probable que las mujeres y las niñas fallezcan durante un desastre natural que los hombres.

Yesenia ha decidido firmemente defender el Medio Ambiente y por eso se ha hecho guardiana ambiental en su colegio Fe y Alegria La Merced, con el que Entreculturas trabaja en El Salvador. Junto a sus compañeros se ocupa de gestionar un huerto ecológico, de dar formación a los más pequeños y de realizar guías turísticas por la zona para concienciar a la comunidad. Desde Entreculturas, trabajamos también en la defensa de las poblaciones amazónicas con un especial énfasis en las mujeres, facilitando su formación, su autonomía, su derecho a la tierra y su reconocimiento cultural.

MUJERES que eligen lo que quieren

La voz de las mujeres en los espacios de toma de decisiones está lejos de ser paritaria: hasta septiembre de 2017, las mujeres ocupaban tan solo el 23,7% de los escaños parlamentarios de todo el mundo.

Judith es chadiana y fue la única MUJER de su comunidad que pudo acceder a secundaria. Gracias a ello ha podido elegir en su vida. Varias veces al año, imparte junto a Entreculturas talleres a madres y jóvenes venidas de diversos lugares de la región de Guéra (al sur de Chad), sobre la importancia de la educación de las NIÑAS y de las MUJERES. Además, intercambian experiencias, idean estrategias conjuntas para provocar cambios en sus comunidades y reciben formación sobre temas que les preocupan pero que les es difícil abordar por tradiciones culturales fuertemente arraigadas, como el matrimonio precoz o la mutilación genital femenina. Una práctica que afecta al 90% de las mujeres en la región y a más de 200 millones de mujeres y niñas en todo el mundo.

MUJERES que superan prejuicios

Alejandra es estudiante de Fe y Alegría Nicaragua y ha decidido estudiar mecánica, a pesar de los prejuicios y las dificultades que le supone. Ella cree que “las MUJERES sí podemos, que podemos trabajar las mismas cosas que los hombres”. Y por eso ha apostado por la mecánica para su futuro.

A través de nuestros programas de formación técnica, facilitamos la apropiación de competencias y habilidades para la vida de las niñas, adolescentes y mujeres, su inserción en el mundo laboral y su autonomía económica.

MUJERES que cambian realidades

Irene es parte de la Red Solidaria de Jóvenes de Entreculturas desde hace 4 años porque quiere cambiar las realidades injustas que ve a su alrededor y está convencida de que ella es clave en esta transformación. La labor educativa que Entreculturas realiza en ciudadanía global incluye la coeducación y la temática de género, impulsando proyectos de participación juvenil que conectan a grupos de jóvenes de todo el mundo para trabajar sobre su papel en la consolidación de sociedades más justas e igualitarias.

MUJERES que transforman realidades

En Entreculturas apostamos por el desarrollo de las mujeres promoviendo su acceso a una educación de calidad, que implica el trabajo con madres, padres y profesorado para fomentar la igualdad; facilitando su formación profesional para que puedan optar a un trabajo digno; fomentando su participación en procesos de diálogo y toma de decisiones comunitarias; defendiendo su derecho a la tierra; trabajando en la prevención y atención de niñas  y mujeres víctimas de cualquier tipo de violencia y de desplazamiento forzoso; y promocionando una ciudadanía global que fomente la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres y genere sociedades más justas e igualitarias. Mujeres que quieren seguir construyendo futuro.