El primer artículo del año de esta columna de Rebelde con causa es, afortunadamente, optimista. Uno se siente reconfortado cuando puede comprobar que, los jurídicamente llamados fallos judiciales, se convierten en un acierto de la Justicia.

El pasado día 21 de diciembre, fecha cercana al “Día de los Inocentes”, la titular del juzgado de Primera Instancia número 10 de Barcelona, Patricia Brotons, redactó su  fallo a favor de uno de los demandantes sobre la controvertida cláusula del suelo que utilizaban los bancos para desvirtuar las bajadas de intereses hipotecarios y que fue anulada por Tribunal de Justicia de la Unión Europea, sentenciando a  favor de la  retroactividad total de las abusivas cláusulas y obligando a la banca a devolver todo el dinero cobrado de más desde la firma del préstamo.

La jueza barcelonesa, apoyada por la decisión del TJUE,  y con una rapidez encomiable, consideró en su sentencia como abusiva la cláusula incluida en el contrato hipotecario y argumentó que el hipotecado no tuvo oportunidad real de negociar los términos del contrato y en particular la rebaja o supresión de la cláusula“, y que fue establecida unilateralmente por la parte demandada. Es decir, y como todos ustedes ya saben, los bancos implicados en este tipo de “inocentada” nunca esclarecían al cliente el alcance de la dichosa cláusula; un claro ejemplo de cómo “trabaja” la banca en este País sin que los políticos hagan nada eficaz para evitarlo.

Patricia Brotons condena al Banco Popular a reintegrar  todas las cantidades cobradas en aplicación de la cláusula suelo, desde el primer día y con los correspondientes intereses legales devengados desde la fecha de cada cobro hasta la fecha de la sentencia. El banco deberá pagar 93.000 euros al cliente más los intereses, además de sufragar las costas del proceso.

Este tipo de veredictos le hacen a uno reconciliarse con la Justica, no olvidemos que la banca tiene poderosos argumentos para sacar adelante sus inocentadas, sino que se lo digan al Tribunal Supremo español cuyas decisiones a favor de las supuestas abusivas y confusas  prácticas bancarias, tuvieron que ser corregidas por el TJUE.

La práctica jurídica permitirá al Banco Popular interponer un recurso de apelación ante la Audiencia Provincial de Barcelona y será muy interesante asistir al fallo de los magistrados provinciales. No obstante, la jueza Brotons ha roto una lanza a favor de los damnificados por la maldita cláusula hipotecaria, ojalá esto se convierta en jurisprudencia efectiva, ya va siendo hora de que la Banca entienda, en toda su extensión, la finalidad de la palabra Justicia.