antonio-galaPor saber tuyo el vaso en que bebías,
Una tarde de junio lo rompiste.
Bebió la tierra el agua, limpia y triste,
Y ahora tienes la sed que no tenías.

Quizá otra vez vendrán tus buenos días
Y bebas sin mirar, como bebiste.
O quizá el vaso en el que te ofreciste
Otras manos lo quiebren, no las mías.

Igual que el que de noche se despierta
Y busca cerca el agua preparada,
Te buscó a ti mi voz y no escuchaste.

Pon a tu corazón desde hoy alerta:
No nieguen a tu sed enamorada
El mismo sorbo aquel que derramaste.

 

 

 

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