Aparición de la Tasa Tobin.

Fue sugerida en el año 1972 y presentada con mayores detalles en 1978 por el Dr. James Tobin, premio Nobel de Economía en 1981. Profesor de la Universidad de Yale desde 1950. Tobin defiende el comercio libre y fue miembro del Consejo de Asesores Económicos del Presidente John F. Kennedy.

 

Qué es la Tasa Tobin.

Consiste en la imposición de un impuesto a cada una de las transacciones financieras a corto (las que cambian de destino en el plazo de escasos días)  y no a las inversiones productivas (por ejemplo comprar acciones de una empresa), que atraviesan las fronteras nacionales. La tasa es de un importe mínimo, entre 10 y 25 centavos por cada 100 dólares en cada transacción (entre el 0,1% y el 0,25%).

El elevado importe de la ganancia se obtiene por la velocidad a la que se mueven las personas o entidades implicadas. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) concluyó que los ingresos podrían recaudar cifras aproximadas a los 720.000 millones de dólares anuales. Estos fondos podrían estar dirigidos a los países de menor desarrollo con la administración del FMI.

Con el 10% de la suma recaudada sería posible proporcionar atención sanitaria a todos los habitantes del planeta, suprimir las formas graves de malnutrición, proporcionar agua potable a todo el mundo, y con el 3%, se conseguiría reducir a la mitad la tasa de analfabetismo presente en la población adulta, universalizando la enseñanza primaria.

 

Detractores de la Tasa Tobin.

Tanto EE.UU como Gran Bretaña se oponen a la tasa Tobin. Los primeros por entender que se opone a la sagrada Ley de libre circulación de capitales y la segunda por ser la principal plaza europea donde más capitales se negocian diariamente, y por consiguiente representaría un inconveniente para su provechosa actividad

Los ortodoxos del sistema capitalista rechazan la idea porque afirman que perjudica especialmente a los países pobres. Esgrimen, entre otros, los siguientes motivos:

-Estos movimientos ya están gravados en numerosos países. Imponer una tasa adicional supone aceptar que los gobiernos son incapaces de controlar la evasión fiscal con los impuestos.

-La pobreza nunca podrá resolverse con transferencias, ya que no es un problema de distribución sino de falta de producción. Por lo tanto, la inyección de capital provocaría una inflación catastrófica.

 

Defensores de la Tasa Tobin.

Tras la pasada cumbre pasada del G-20 (3y 4/11/11) la esperada tasa tendrá que esperar. Sigue sumando apoyos (U.E., O.N.U, O.N.Gs, países latinoamericanos, la Unión Africana y Sudáfrica) pero aún no cuenta con el beneplácito de algunas grandes potencias.

Por otra parte, el recientemente creado Banco del Sur, contempla, para mantener su autonomía con respecto  a los organismos financieros internacionales, su capitalización con ingresos con una tasa Tobin introducida a nivel regional.

 

La tasa Tobin junto con el impuesto sobre las IDE (Impuestos a los Depósitos en Efectivo) e impuesto unitario sobre beneficios, constituyen una base sólida para aspirar a más justicia e igualdad en los países pobres sin desarrollo y en los que están desarrollándose. Ha llegado el momento de hacer un llamamiento a la modernización y a la mundialización.