En nuestro país se ha instalado la política de la confrontación, de rechazo a las diferencias y a poner en la vereda opuesta a todo aquel que disiente con determinadas políticas del gobierno o de otros sectores sociales y políticos. Esta intolerancia genera tensiones y traba encontrar soluciones a los problemas que afectan la vida del pueblo.

Es urgente recuperar en la práctica la “cultura del diálogo”: de buscar, compartir y ver, aún en las diferencias, aquello que nos une e identifica en los caminos de construcción social, cultural y político que contribuyan en bien del pueblo.

Sin diálogo es imposible avanzar en la construcción democrática, en encontrar caminos alternativos a fin de superar las dificultades que enfrenta el país.

Tomás Merton decía que: “La mayor necesidad de nuestro tiempo consiste en limpiar la enorme masa de desechos mentales y emocionales que trastornan nuestros cerebros y hacen de toda vida política y social una enfermedad masiva. Sin esta limpieza de la casa no podemos empezar a ver. Si no vemos no podemos pensar”.

Necesitamos superar y construir juntos en la diversidad un país mejor, a través de los caminos del diálogo, generando puentes entre los diversos sectores sociales y políticos.

De nuestra parte seguiremos siempre apoyando espacios de intercambio y debate que buscan abrir el diálogo con la sociedad y generar propuestas en bien de nuestro pueblo, sin entrar en la política partidaria y fortaleciendo la independencia como organismo de derechos humanos.

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