Silencio en Ciudad Juárez
Y la noche dejó paso al alba de la madrugada, cuando María, Zulehika, Bushra, Faadumi y otras muchas más, abrieron sus ojos a la tímida luz de la mañana.
Y la noche dejó paso al alba de la madrugada, cuando María, Zulehika, Bushra, Faadumi y otras muchas más, abrieron sus ojos a la tímida luz de la mañana.
Era un 18 de enero; tras los cristales de la fría ventana, veía como los tímidos copos de nieve se deslizaban al vacío. Tendida en la cama de un hospital vivía uno de los momentos más felices que una mujer puede vivir, el alumbramiento de un hijo.
Recorriendo desde escritos de denuncia sobre temas tan duros como el secuestro de las niñas en Nigeria, hasta románticos versos, Carmen nos aporta cada semana su personal visión.
Cada día el ser humano nos sorprende, aún más si cabe, con su maldad. Desde 2010, los extremistas en Nigeria han destruido decenas de colegios y asesinado a más de 1.600 personas. Violan, matan y queman a Cristianos.
Sin duda la mujer ha tenido muy pocas oportunidades por estar vetada en esta sociedad o más bien podríamos decir en este mundo. Nos han tildado desde tiempos inmemorables de seres inútiles y poco imaginativos obligadas a la servidumbre del hombre.
En esta ocasión, Carmen sustituye su relato por sentimientos vertidos en unos versos.
Carmen hace su personal aportación para este día de San Valentín.
No quería perderme nada de ellos y decidí guardarme hasta sus últimas lágrimas en un pequeño cubo de lata desgastado por el tiempo. Pensé, que aun siendo pequeño sería suficiente para guardar esas tímidas perlas, que en algunas ocasiones brotaban caprichosas de sus ojos llenos de luz, de mirada clara, transparentando sus almas.
Cuando dos elefantes luchan, es la hierba la que sufre…
Proverbio africano.
Mourak era un niño solitario que vivía con sus tíos egoístas y avaros en lo alto de una gran montaña, rodeado de oro y riquezas.