España ingobernable, el reto de aprender a pactar
¿Y ahora qué? En esta España que se amenaza ingobernable, es el momento de aprender a pactar.
La libre opinión de ciudadanos críticos dispuestos a escribir
¿Y ahora qué? En esta España que se amenaza ingobernable, es el momento de aprender a pactar.
La noche electoral dio alguna sorpresa, más de una satisfacción, indignación por la injusticia de la ley que la regula y sobre todo, la constancia de que el bipartidismo ha cedido votos, espacio y asientos a los nuevos partidos emergentes cambiando la fisonomía política del país y obligando a imaginar otro escenario muy distinto al que hasta ahora había tenido la política española. Sobresaltados, muchos se preguntan: ¿Y ahora qué? Ahora, amigas y amigos lectores, es el momento de que se imponga la democracia participativa.
¿Quieres decirme, por favor, qué camino debo tomar para salir de aquí?
– Eso depende mucho de a dónde quieres ir -respondió el Gato.
– Poco me preocupa a dónde ir – dijo Alicia.
– Entonces, poco importa el camino que tomes -replicó el Gato.
Lewis Caroll, Alicia en el país de las maravillas
París bien vale una misa o bien vale una conferencia de dos semanas si se trata de salvar al planeta Tierra. Los 195 países reunidos llegaron a un acuerdo contra el calentamiento global. El pacto establece al fin un techo para las emisiones de efecto invernadero y establece un sistema de cuotas para financiar a los países emergentes que exigían su posibilidad de desarrollo industrial.
El tan esperado debate de Atresmedia con los cuatro posibles candidatos, – Soraya lo personificó para sus votantes después de la huida de Rajoy -, y que se anunciaba como el “debate definitivo” fue tan solo un debate más, pese a la buena puesta en escena del programa y a la eficacia de los presentadores, Ana Pastor y Vicente Vallés, moderando bien y preguntando con atino. En particular la pregunta y aclaración de Ana Pastor a Soraya, que se iba por las ramas, sobre el incremento espectacular de independentistas en Catalunya. Un debate más… pero importante.
De pie, sin subterfugios ni multimedia, en pelotas mentales frente a los votantes, los cuatro se repartieron casi equitativamente el tiempo para contar sus propuestas. Como debe ser para quienes pretenden gobernar al Pueblo.
Los gobiernos tienen la inexcusable obligación de gobernar para el Pueblo, gestionar lo público y evitar favorecer a los de siempre. Una de las principales responsabilidades es la de procurar que la Justicia sea imparcial, rápida, transparente y eficaz. No se trata de impartir justicia, eso ya lo hace el poder judicial, se trata de promover leyes y establecer mecanismos y dotaciones humanas, técnicas y administrativas para que el llamado “tercer poder” pueda actuar con presteza y equidad.
El pasado 25 de noviembre se “celebró” el Día Internacional de la Lucha contra la Violencia de Género, un estigma que marca a nuestra sociedad desde tiempos inmemoriales, pero sorprende que todavía persista en los tiempos actuales en que la mujer va consiguiendo el espacio que le corresponde superando la brutal y absurda desigualdad a la que estuvo condenada.
“El baile” es una novela del polifacético Edgar Neville llevada al teatro en 1952 y al cine en 1959, y en ambos casos, tuvo como protagonista a su compañera sentimental Conchita Montes. Tuve con ambos cierta amistad y una hermosa anécdota allá por los años sesenta, cuando Neville ya tenía muchos problemas de salud, pero intacto su ingenio que repartía entre la literatura, la dirección de cine y teatro, sus colaboraciones en “La Codorniz” y un montón de cosas más.
He esperado unos días para escribir este artículo porque no quería que la tragedia parisina me influyera demasiado. Tenía que recuperar la perspectiva, la realidad del día después y valorar las consecuencias del paisaje roto por el terrorismo.
Con cientos de miles de personas viviendo en ellos, los campos de refugiados son hoy en día uno de los temas más delicados de resolver en lo que a crisis humanitarias se refiere. Más allá del drama que empuja a tantas familias a dejarlo absolutamente todo y huir para conservar la vida, los campos suponen un complejo sistema de funcionamiento que implica a instituciones internacionales y el trabajo de muchas personas.