Perdón si empiezo por lo segundo. Un día, cuando yo tenía catorce años, el profesor de Filosofía citó un pensamiento de Paul Valery, añadiendo que este señor había sido poeta al mismo tiempo que filósofo, y precisando que su carácter de poeta no necesariamente lo forzaba, a ser tonto (sic). Algún fuerte prejuicio hay al respecto, porque en mi primera clase de Derecho el catedrático de Político, después de dar la bienvenida a aquella multitud de pipiolos, advirtió que los estudios jurídicos eran propios de personas rigurosas y sistemáticas y por lo tanto resultaban inadecuados para para quien mostrara inclinaciones poéticas. Aunque no alcé la mano para confesarme intruso, yo me temo que nací poeta, y a estas alturas ya no creo que la cosa tenga remedio. Pero al mismo tiempo, y en un alarde de ambición que espero no juzguéis severamente, aspiro a no ser tonto y procuro pensar con rigor y sistema (lo que no necesariamente implica que lo haya conseguido).

En mi faceta de poeta, cuando estaba acabando precisamente Derecho, gané un pequeño premio literario en Madrid por un cuento sobre cierto varón que se enamora del pelo rubio, los ojos verdes y la seductora caída de ojos de Simoneta Vespuci, la modelo de Botichelli en LA ALEGORÍA DE LA PRIMAVERA, y viaja a Florencia para visitar su tumba. El autor del cuento era y sigue siendo un insensato que, aunque no lo reconozca en público, resulta muy capaz de hacer cosas como ésa, es decir quedarse entontecido ante la simple foto de una señora (Y el poeta que no lo haga es un impostor).

De aquí mi incapacidad para racionalizar mi punto de vista sobre la mujer, a la que considero (y hablo del principio femenino) medio ángel y sagrada por el mero hecho de serlo, y desde luego intocable. Así que me identifico con todo lo que cuenta Robert Graves en los dos volúmenes de su difícil y críptica, aunque hermosa, LA DIOSA BLANCA, extraordinario paseo por los mitos en busca del principio femenino como quintaesencia de lo sagrado. El trabajo concluye justa y precisamente con la descripción de uno de los mayores poetas británicos (ya no recuerdo si era Keats, pero creo que si) de su encuentro en un valle neblinoso con una mujer misteriosa y desconocida que en realidad era un símbolo y que también encerraba dentro de sí a todas las mujeres. De hecho, el inmenso Robert Graves también se parecía a Paul Valery: habiendo sido profesor de la Universidad de El Cairo y sobre todo un brillante historiador y erudito de fama mundial, pidió que en su tumba sólo rezara “Robert Graves, poeta”.

Aspectos racionales o intelectuales (que en realidad se alimentan de os anteriores y no hace falta ser un lince para verlo): La mujer es capaz de crear vida, mientras que el hombre no hace más que ayudar. Al principio de los tiempos, siendo desconocida la intervención del varón en la concepción, la acción de dar una nueva vida era algo tenido por casi milagro, y por tanto la mujer fue considerada un ser cercano a lo divino. De ahí nació la concepción de la gran diosa madre de la tierra, la fertilidad, el sexo, la vida y el destino, que llegó a personalizarse en multitud de personajes divinos individualizados pero que responden a una esencia única, que no es otra más que el principio femenino. De igual manera, María, madre de Jesús, es sólo una pero transformada por la persistencia del mito mediterráneo (inentendible para centroeuropeos y nórdicos) en muchas distintas que sin embargo siguen siendo la misma.

Quienes hayan leído mi artículo POR QUÉ LOS HOMBRES TENEMOS PEZONES SÍ NO DAMOS DE MAMAR, sabrán ya que todos somos concebidos como mujeres, y que sólo tras unas semanas de gestación aparece el cromosoma Y en el par 23, de donde el macho no es más que una hembra tuneada, justo lo contrario de lo que cuenta el mito bíblico.

Mi inclinación natural a cargarme emocionalmente con los problemas de mis clientes me llevó hace ya tiempo a rechazar los asuntos matrimoniales, pero aun así me llegan ecos de la más espantosa desolación, en especial en cuanto al sufrimiento de la mujer. Yo sé que estas cosas que tengo que contar no alcanzan la gravedad del holocausto de mujeres asesinadas por sus parejas, pero son las que yo he visto, son los llantos y lamentos que he atendido en el despacho o por teléfono, y son los casos que me conmueven.

LA MUJER A

Maltratada, ofendida y humillada por su pareja desde hace años, padece una enfermedad crónica grave que, pese a su juventud, la obliga a tragar a diario una pastilla para no morir. Es pobre como las ratas y ni siquiera puede buscar trabajo porque no tiene con quién dejar a su pequeña de pecho. Su pareja si trabaja pero no la mantiene, o la mantiene con lo justo. La otra noche me puso un mensaje de voz diciendo que estaba tan desesperada que se iba a dormir ala calle con la niña. Imaginad lo que tenía que estar haciéndole su bombretón.

LA MUJER B

Sufrió insultos y maltratos durante toda su vida matrimonial, que continuaron después del divorcio. He tenido acceso a la documentación judicial y la virulencia de los insultos y vejaciones verbales que tuvo que aguantar confieso me descompone. Ella comenzó a hacer lo único que podía hacer, que es ponerle una denuncia en el juzgado de instrucción cada vez que era hostigada. Cuando la conocí estaba muy angustiada porque el señor le había metido una querella por el delito de acusación falsa. Al leerla, no podía creer que el machote en cuestión pudiera ser tan cínico ni su abogado tan desalmado: La querella iba acompañada de todos los antecedentes, una retahíla de decisiones judiciales que le habían permitido irse de rositas de cada denuncia. Pero el delito de acusación falsa requiere lo que llaman un dolo específico, es decir una declarada mala intención al acusar a un tercero de una conducta con relevancia penal en la que sabe bien que no ha incurrido. Los antecedes incluían sentencias absolutorias por simple aplicación del principio de presunción de inocencia (En este contexto de insultos en la intimidad la prueba es casi imposible), un caso en el que el Fiscal había presentado acusación e incluso una sentencia condenatoria que luego fue revocada por la Audiencia Provincial. Así que hice un escrito de alegaciones sugiriendo al listo que hiciera extensiva la querella al Fiscal que lo había acusado y al juez que lo había condenado.

Si el santo esposo hubiera venido a mi despacho a proponerme algo así, lo habría mandado a paseo no solamente por la inmoralidad de la iniciativa, sino porque la querella habría sido ridícula al carecer manifiestamente de fundamento. De hecho, puedo afirmar que técnicamente la querella por acusación falsa era en sí misma una genuina acusación falsa.

En todo caso, la intención de este supermacho era clara y transparente: Quería infundir terror psicológico en B para que se cortara y no se atreviese a ponerle más denuncias,es decir para poder vivir al margen del Código Penal y continuar cometiendo sobre ella todos delitos que quisiera de forma impune y por tiempo indefinido, quitándole incluso el derecho a acudir al juez.

LA MUJER C

También me llamó la otra noche, a las doce y veinte, alarmada y llorando porque su hijo de diez años se había escapado de casa en mitad de la noche y había caminado los dos kilómetros que lo separaban de la de su padre. Es un caso típico en el que el padre pide la custodia sólo por sacarle a la madre el dinero de la pensión de alimentos. La casa ya no recuerdo si es común o de ella, pero sea de quien sea, C esta pagando la hipoteca y el macho la ha reformado o a su gusto y sin consultar mientras ella vive en una habitación alquilada, como una indigente.

Tiene un largo y duro historial de enfermedades graves y sufrimiento personal. En orden a la decisión sobre custodia fue examinada por la psicóloga forense, que elaboró un informe en el que solo le faltaba insultarla, porque la describe como poco menos que desequilibrada peligrosa, lo que certifico que no se corresponde con la realidad. En este tipo de asuntos la custodia no la decide realmente el juez sino el psicólogo. No es que con esto me sume a la poderosa y convincente corriente de opinion según la cual todos los psicólogos están chalados, pero he conocido al menos otro caso igual, en el que la amable perito puso a caer de un burro al cónyuge examinado.

LA MUJER D

Está al borde de los cuarenta años y casada con un varón de ochenta y cinco que la humilla e insulta continuamente. Es su segunda esposa y él tiene una amante porque ya se ha cansado de ella. Es inmensamente rico y en los últimos dos años se gastó ochenta mil euros en prostitutas, pero a su mujer solo le da doscientos cada mes para que mantenga la casa. Recientemente la hija común de diez años le pidió veinte euros para unos pantalones y se los negó. Su actitud respecto a la niña es equivoca,con sospecha no confirmada pero fundada de algo más que amor paterno. Este anciano, que se ufana de pagar siempre las comidas con sus amigotes y que conduce por avenidas del centro a 120 km por hora mientras habla por el móvil, está jubilado pero tiene varias empresas y gana todo su dinero en B, por lo que la situación de su mujer es de completa desesperación: El divorcio no es salida porque se quedaría en la calle con su hija puesto que el viejo putero solo respondería con su pensión de jubilación, que es inembargable.

LA MUJER E

Está divorciada y vive con su hijo de doce años en un barrio de muy mala nota porque se ve obligada a ir trampeando para sostener al crío y a sí misma. Cuando algún compañero del cole tiene cumpleaños, se celebra en su casa pero nadie quiere venir a la del chaval por la mala fama del barrio, así que sus cumpleaños son tristes y lo malo es que ya no es tan niño y ha empezado a darse cuenta y no entiende por qué él y su madre tienen que vivir en la miseria siendo su padre funcionario. Cuando le cuenta esto a su ex marido, éste no tiene otra respuesta más que huya de la pobreza volviendo con él. Pero E sabe que el infierno también tiene grados y prefiere el suyo a otro peor que ya conoce y del que salió a escape.

LA MUJER F

Está divorciada, pero ha encontrado otro amor en un buen amigo mío. Lo que pasa es que lleva una vida de susto permanente por miedo a que su ex marido se entere y va siempre escondiéndose. Su antiguo marido es tan macho que la tiene amenazada con no pagar la matrícula universitaria de su hija en caso de la más leve desviación sobre la conducta que le exige, que se resume en la más pura soledad y la más rigurosa castidad: Si, amigos: Este canalla, sólo para satisfacer su ego, es capaz de condenar a su hija a toda una vida de trabajos forzados y mal pagados y a F a envejecer y morir en soledad cuando podría llevar la vida plena a la que todos tenemos derecho sin hacer daño a nadie.

LA MUJER G

Con motivo de una indisposición ginecológica, el matrimonio se vio obligado a guardar cuarentena. Su marido no fue capaz de resistirlo y la violó. El resultado: desgarrada por dentro, vaciado total, esterilidad definitiva en plena juventud y unos cuantos meses en coma. De su segundo marido también se divorció pero por lo visto sigue obsesionado al extremo de haber alquilado una casa junto a la que ella acababa de habitar.

Tiene agencia de viajes que trabaja con colegios. En junio de 2012 mandó a Mallorca a un grupo de escolares. Durante la travesía en barco, uno de ellos dio la nota orinando en la cena del bufet y luego se obsesionó con ella y comenzó a acosarla. Los mensajes sucios no paraban. Un día, cuando G salía de na reunión con clientes, este pequeño artista que ya apuntaba maneras la interceptó ordenándole que subiera a su coche, así, sin más. El acababa de cumplir 18 y G tenía veinte años más.

LA MUJER H

Es otro caso de ambición económica del macho, que quiere transformar a la menor en dinero de pensión alimenticia. F ha recibido palos de lo lindo, pero los ha devuelto. Por eso ha sido detenida varias veces por los mossos y pasado periodos extensos en el calabozo sin recibir comida ni agua. Un calabozo es un recinto de dos metros cuadrado sin luz ni nada para sentarse, y no se lo deseo a nadie.

Se fue de casa para escapar a las palizas de su macho y él aprovechó para contarle al juez lo mala que era por haber abandonado a su familia y para pedir la custodia de las hijas. La consecuencia fue que la mayor, cuando tenía 17 años, desapareció sin dar explicaciones, y a su regreso estaba total y absolutamente embarazada de un pollo que nadie sabe de dónde ha salido, aunque sí es conocido que se dedica al trapicheo.

Y esto es lo que yo sé del tema y lo que he vivido. Sacamos pecho acusando al mundo musulmán de sojuzgar al sexo femenino, pero la retórica y las formas vacías nos comen por los pies. El Zapatero es capaz de crear un Ministerio de la Mujer y creo que sigue existiendo otro llamado de Igualdad, pero nada de nada: La mujer, teniendo capacidades iguales o superiores a la del hombre, sigue teniendo problemas para acceder a pistos de alta dirección y ganando de media un 30% menos. Todo lo que es capaz de hacer por las mujeres un partido de etiqueta progre como el PSOE es poner a sus portavoces a largar esa cursilería idiota de “las mujeres y los hombres” o “las compañeras y los compañeros”, o incluso, desde Izquierda Unida, “nosotras y nosotros” como dijo el tontolaba de Guillermo Meyer poco antes de descubrirse su escándalo de corrupción.

Personalmente no estoy de acuerdo con la asimetría de la ley de violencia de género porque la mujer tiene manos, puños y piernas como el hombre para empuñar armas, golpear o dar patadas como él. También sé que, como acaba de advertirme mi amiga Isabel y he visto, hay abundancia de señoras que se las traen. Pero lo cuento según mi experiencia y creo que la mujer sufre brutalmente sin salir en el telediario, y que cuando el varón pega, humilla o insulta a su pareja, está dañando algo que va más allá de un humano con nombre, apellidos y DNI, porque en realidad es sagrado aunque su visión enferma sea incapaz de verlo.