Ahora que estoy en Nueva York para reunirme con los negociadores de los gobiernos africanos, me estoy dando cuenta de que existe una desconexión entre las capitales africanas y lo que los ministros de Sanidad acordaron en Windhoek, y lo que se está presentando aquí, en Nueva York.

El secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, pidió que 13 millones de personas que necesitan tratamiento para el VIH obtuvieran el tratamiento antirretroviral que salvará sus vidas, para 2015 (6º ODM), algunos hacen esta misma petición para 15 millones de personas. El secretario general también pidió reducir a la mitad la transmisión sexual del VIH para 2015 e intervenciones específicas para las poblaciones vulnerables y en riesgo.

Pero las reformas a las negociaciones, propuestas por el grupo de África, hasta el momento debilitan los probados medios efectivos para reducir las nuevas infecciones, especialmente entre las poblaciones de mayor riesgo. Las reformas sugeridas piden respeto por la religión, la cultura etc. Sabemos que estas creencias, defendidas con pasión por algunos, han tenido efectos devastadores sobre la prevención, el tratamiento, el cuidado y el apoyo, especialmente a las mujeres, chicas jóvenes, hombres que tienen sexo con hombres, gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, intersexuales, trabajadores en el mercado del sexo y personas con determinadas discapacidades. El texto propuesto va tan lejos que llega a debilitar el apoyo a la igualdad de género y los derechos humanos universales.

Sin una fuerte prevención y objetivos de tratamiento y los medios para alcanzarlos, de hecho nos estamos preparando para poco más que otro “talk shop” (hablar del trabajo) con poco que mostrar, para el año 2015. Ignorar la realidad de las minorías y los grupos vulnerables para satisfacer a algunos países es un juego peligroso. Estos son los países que siguen criminalizando la transmisión del VIH, criminalizando la homosexualidad y minimizando el papel y la dignidad de la mujer en la lucha contra la propagación del VIH.

Los derechos humanos siguen estando en el centro de las respuestas al VIH. África tiene la responsabilidad de defender esto, al comprometernos con nuestra respuesta desde ahora hasta 2015 y después. No podemos permitirnos seguir castigando e ignorando los elementos clave de los derechos humanos para todos los africanos, ya sea que viven con VIH, homosexuales o discapacitados. Necesitamos crear ambientes que promocionen un comportamiento que persiga la salud, y no empujar a determinadas poblaciones clave bajo tierra, violando su derecho a la vida, a la salud y a la dignidad.

Mapa que representa visualmente la distribución del VIH por paises

Suráfrica debe utilizar su voz en estas negociaciones, como uno de los muy pocos países africanos que tiene una constitución progresista que garantiza los derechos humanos y que también tiene el mayor programa de antirretrovirales del mundo, con 1.3 millones de personas bajo tratamiento. No podemos hacer concesiones en materia de derechos humanos o en el establecimiento de objetivos ambiciosos en cuanto a la prevención y el tratamiento. Debemos pedir a la Unión Europea y a Estados Unidos que no retrocedan en su compromiso de financiación, como parte de la solidaridad global.

La Unión Europea y los Estados Unidos no pueden seguir utilizando los aspectos relacionados con el negocio de los derechos de propiedad intelectual, como herramienta de negociación, esto es peligroso y frustra el propósito de planear y marcar objetivos. No se puede esperar de África que comercie con los derechos humanos a cambio de los derechos de propiedad intelectual; esto son dos asuntos igualmente importantes que están sobre la mesa.

¡No jueguen con nuestras vidas! Sin estas herramientas y el marco de los derechos humanos, estaremos luchando contra el Sida con un brazo atado a la espalda.

 

 

 

Nonkosi Khumalo – Presidenta Campaña Acción para el Tratamiento AVR  Suráfrica

Traducido por Rosa Moro, de FundaciónSur.com