Esta noche de 30 de septiembre será de Luna Negra. Un fenómeno astronómico que ocurre cada 32 meses y que consiste en que la sombra de la Tierra oculta a la luna dejándola prácticamente invisible. Como les cuento, eso ocurre tan a menudo que ya no es noticia. Pero las redes sociales y los alarmistas aseguran que puede tratarse de un aviso según pintan los textos apocalípticos de los evangelistas Mateo y  Lucas. Los avisos del “Final de los Tiempos o el Final de los Días” que tantas versiones cinematográficas nos han dado, lo resume  el libro de Mateo en el capítulo 24, versículo 29: “Inmediatamente después de la tribulación  de esos días, el sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo y se agitarán las potencias de los cielos”. Tampoco se queda atrás Lucas  en  su capítulo 21, versículos 25 y 26: “Y habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra”.

Con Lucas ya estoy más de acuerdo, porque la angustia de las gentes, los miedos, los bramidos del mar y el temor por el futuro lo vivimos cada día; con lunas negras, azules y coloradas. Tanto, que se nos ha quitado el miedo al Apocalipsis y ahora nos preocupa más el paro o el futuro de las pensiones. El fin de los días se acerca; pero, tan despacio, que todavía veremos muchas cosas. Disfruten de la nueva luna y aprovechen, nunca se sabe.