Coches, casas, trozos de barcos… El tsunami que arrasó el noreste de Japón el pasado 11 de marzo se llevó por delante la vida de miles de personas y decenas de localidades.

Dejando por un momento a un lado la tragedia humana, ¿dónde irá a parar todo ese amasijo de escombros y restos de la destrucción? Nikolai Maximenko y Jan Hafner de la Universidad de Hawai han realizado un modelo basado en el estudio sobre la deriva de las boyas en los océanos durante los últimos años.

Como pueden ver en el esquema, el modelo predice que la basura se extenderá lentamente por el Pacífico hacia el este y llegará a costas hawaianas en aproximadamente un año. Para dentro de tres años, calculan, los restos de la destrucción provocada por el tsunami llegarán a la costa occidental de EEUU y terminarán incorporándose, en trozos cada vez más pequeños, a la gran mancha de basura del Pacífico.

Lo más tremendo es pensar que en apenas unos años, algunos de los objetos personales de aquellos que lo han perdido todo en Japón pueden aparecer en las playas de California o Alaska, como testigos de una desgracia sucedida mucho tiempo atrás.