El nombre, aguará guazú, significa zorro grande, en guaraní. Además suele llamárselo lobo de crin o lobo rojo. Su nombre científico es “chrysocyon brachyurus”. Pertenece a la clase de los mamíferos, orden carnívora y familia canidae. Esta especie ha sido declarada monumento Natural Provincial en la Provincia de Corrientes (Argentina).

CARACTERÍSTICAS TAXONÓMICAS

El aguará guazú tiene un aspecto similar al de un perro de patas largas. El aguará guazú es corpulento en comparación con otros cánidos silvestres, una impresión reforzada por la densidad de su pelaje y la distintiva melena de crines alrededor del cuello. Desde el lomo al suelo puede medir unos 80 centímetros y del hocico a las ancas, cerca de 1,25 metros, a lo cual hay que agregar una cola de unos 40 centímetros.

La cabeza es alargada y pequeña en relación al tamaño del cuerpo; la melena eréctil le permite parecer más grande para amenazar a sus congéneres. Las pupilas de los ojos son circulares, a diferencia de los zorros, que las tienen en forma de elipse vertical. Las orejas son grandes y blancas en su interior, lo que facilita irradiar el calor para reducir la temperatura corporal. Su pelaje tiene un color rojizo que se aclara cerca del vientre y a lo largo del lomo tiene una raya negra. También son negros su hocico y las patas. Es blanco debajo de la barbilla, y en la punta de la cola. Sus largas patas son una adaptación a las regiones donde la hierba es alta y en las áreas donde el terreno es pantanoso, el pie puede abrirse hacia un lado. Estas largas extremidades le permite ser un veloz corredor y un muy buen saltador, bien adaptado a los terrenos abiertos e inundados donde habita. Tiene fuertes uñas en las extremidades delanteras, aunque es incapaz de excavar con ellas. Su peso no supera los 35 Kg. y se estima que puede vivir entre doce y quince años.

Los individuos se comunican entre sí a través de largas distancias con un aullido ronco, de tono bajo y de alto alcance que le ha dado la fama de lobizón en muchas regiones.

El andar es una de las características más distintivas del aguará guazú. Según la guía Mamíferos de Uruguay, “al desplazarse, adelanta, al mismo tiempo, la pata delantera y trasera de un mismo lado, a diferencia de la generalidad de los mamíferos”.

En el año 2009 un estudio de ADN realizado por un equipo científico dirigido por Graham J. Slater, de la Universidad de California en Los Ángeles, confirmó que el pariente más cercano al aguará guazú es el lobo de las islas Malvinas (Dusicyon australis), extinto por los seres humanos en el siglo XIX.

HÁBITAT Y ALIMENTACIÓN

El aguará guazú habita zonas inundables, con pastizales y pajonales que tienen isletas, de monte fuerte y palmares de caranday del este de Formosa y el Chaco, y la Provincia de Corrientes. También se lo encuentra en el sur de Brasil y Paraguay y en el extremo este de Bolivia. En el siglo pasado se extinguieron los aguará guazú que habitaban la República del Uruguay y la región bonaerense lindera con el Río de la Plata.

Son excelentes caminadores, recorriendo los mismos senderos de ida y de vuelta. No necesita correr dado las pequeñas presas que persigue, razón además de su pequeño volumen pectoral.

Es un animal solitario, tímido y desconfiado. Sus huellas son muy características en que las almohadillas medias se encuentran unidas .El aguará guazú no forma manadas en ningún momento del año que suele cazar al anochecer y durante la noche. Es omnívoro, y obtiene la mayor parte de sus calorías de frutos (como las de la palmera pindó) y raíces tiernas; sin embargo, son buenos cazadores. Acechan su presa —roedores pequeños, especialmente conejos, liebres y cuises, además de  armadillos, lagartos, ratas, ranas y pequeñas aves como los ynambúes— para matarla de improviso; aunque pueden desarrollar buenas velocidades en carrera, normalmente no persiguen a la presa. Comen también huevos de aves y reptiles, y de ser necesario carroña. La dentición refleja sus hábitos alimentarios, mostrando molares bien desarrollados e incisivos superiores relativamente débiles.

El aguará guazú no aúlla; se comunica a la distancia mediante ladridos roncos y graves. Las situaciones de conflicto, cuando un ejemplar entra al territorio de otro pese a las marcas olfativas que lo delimitan, suscitan un gruñido similar al de los perros. Así, pues, utilizando los olores de orina y heces, junto con sonidos como ladridos o aullidos, las parejas advierten a otros aguará guazú que allí es el territorio donde ellos viven y cazan.

Para Mannise, los hábitos nocturnos del también llamado logo guará y las grandes extensiones en las que se mueven (precisan de 16 kilómetros cuadrados por pareja), sumado a su carácter elusivo, lo vuelven un animal tan poco visto como conocido.

SU REPRODUCCIÓN

Alrededor del año de edad, el aguará guazú, madura sexualmente; un año más tarde forma una pareja estable; no caza ni duerme en común, pero ocasionalmente ocupan el mismo cubil. La pareja habita en un territorio común, al que defiende de las incursiones de otros cánidos, de hasta 25 km². Son fuertemente territoriales; aún en cautiverio la convivencia entre ejemplares del mismo sexo es difícil y áspera.

aguará2A comienzos de otoño la hembra inicia el estro, utilizando cavidades de los pastizales a los que le da forma de cueva inclinando los pastos, allí pare tres o cuatro cachorros totalmente negros entre julio y septiembre (invierno en Paraguay); su receptividad dura solo cinco días en promedio. Desde el apareamiento hasta la madurez de las crías, la pareja se mantendrá junta. Ambos padres cuidan de los cachorros, que nacen tras dos meses de gestación. Una camada habitual tiene dos o tres ejemplares, aunque en cautiverio se han registrado hasta seis nacimientos. Las crías pesan entre 400-500 gr, y nacen ciegos e indefensos como otros cánidos; al nacer no presentan pelaje, que comienza a crecer a los pocos días y es de un color muy oscuro, casi negro. Hasta los tres meses de edad la coloración es gris ceniza muy oscuro, que los ayuda a disimularse entre la vegetación. Los padres los alimentan y cuidan hasta cerca del año de edad; luego abandonan el territorio y se desplazan por la zona hasta encontrar un área desocupada y pareja.

CÁNIDO EN ESTADO CRÍTICO DE EXTINCIÓN

El avance del hombre sobre el hábitat natural del aguará guazú es una de las causas de que haya cada vez menos ejemplares ( unos mil). Además, algunas creencias erróneas que lo calificaron como “especie dañina” y supersticiones que lo ligaron a la leyenda del “lobizón”, un ser parte lobo, parte hombre, hicieron que se lo persiguiera intensamente.

Sin embargo, el aguará guazú no constituye riesgo para el humano o para el ganado doméstico; prefiere presas más pequeñas, y es excesivamente tímido para incursionar en estancias o poblados. Sin embargo, ha padecido extensamente la caza, motivada entre otras razones por la superstición que lo asimila al lobizón u hombre lobo. La transmisión de enfermedades exóticas lo ha mermado también considerablemente.

Hoy, en Argentina, está protegido en todo su hábitat; existen ejemplares al este del Chaco, en Formosa, en Misiones en Corrientes, Santiago del Estero, extremo noreste de Córdoba y en el norte de Santa Fe, así como en Brasil y Bolivia y en el Chaco paraguayo. La desaparición del hábitat es una de las amenazas para esta especie al igual que, según Marcelo Beccaceci nos dice “La colisión con vehículos (atropellos en rutas) es, sin duda, una frecuente amenaza para la especie”. Resulta más grave la captura de animales para exhibición en zoológicos, donde es muy apreciado por su forma peculiar. En Bolivia, está protegido en todo el territorio; las mayores poblaciones de aguará guazú se encuentran en territorio boliviano donde aún se suele observar con frecuencia y conservan grandes extensiones de selva virgen, los habitantes del oriente boliviano no lo cazan ni lo consideran perjudicial para el ganado, también por costumbres de los indígenas guaraníes bolivianos.

La carne del aguará guazú no es consumida por los pobladores, pero su cuero es utilizado para curar algunas enfermedades como hemorroides y su pelo es quemado para hacer inhalaciones para la cura de la tos convulsa.

La destrucción de su ambiente por cultivos de arroz, caña de azúcar, y otras actividades humanas favorecen a su aislamiento o desaparición. También la cacería furtiva, la persecución tradicional (debido a supersticiones) y los incendios.

aguará3Extinto en algunos lugares del noroeste del Chaco (norte del Departamento de Boquerón)  y noroeste del Departamento del Alto Paraguay), por las grandes extensiones de pasturas para el ganado. Los capataces de las estancias los persiguen hasta matarlos.

También ya se halla extinto en la parte sudeste de la Región Oriental (la mayor parte del Departamento de Itapúa  y del Departamento de Alto Paraná)   se ve agravada la situación por la actividad agrícola, además de la centralización humana en zonas urbanizadas.

Una de las reservas más importantes para la conservación del aguará guazú es Esteros de IIberá, extenso humedal de unos 25.000 Km2 en la provincia de Corrientes (Argentina) donde existen algunas decenas de aguará guazú. En febrero de 2014 fue liberada una joven hembra después de cumplir el periodo de cuarentena en el Centro de Conservación de Fauna Silvestre “Aguará” donde también se le hicieron controles sanitarios.

Esta puesta en libertad de una aguará guazú nos da pie al optimismo, esperando que ejemplos como éste sirvan para conseguir la preservación de esta especie de cánido, el mayor de toda Latinoamérica, que está al borde de la extinción.