Concluye el 2016, un año que en sus últimos suspiros nos ha regalado un centenario muy especial, el del actor Kirk Douglas, una estrella del celuloide que ha logrado celebrar su centésimo cumpleaños. Son muchas las películas míticas que el bueno de Kirk ha grabado en nuestra memoria, pero no es el único legado del que puede presumir, pues su rebeldía ante las injusticias es un ejemplo que alienta los desafíos del futuro y nos debe dar esperanzas para afrontar con ánimo el nuevo año, un 2017 con muchos retos en el que no debemos cejar en nuestro empeño de demostrar que otro mundo es posible, otro mundo mejor.

Más allá del éxito de sus cintas, Douglas senior puede presumir de que varias de ellas fueran objeto de censura en su día, prueba irrefutable de que eran cintas necesarias para disgustar al poder omnímodo y controlador. Así, el ataque directo hacia los oligarcas que manipulan y esclavizan amparados en una bandera y azuzan con el patriotismo a sus siervos para que aplasten a quien ose revelarse y proclamar su libertad, fue suficiente para que Francia y media Europa se escandalizaran en su día con ‘Senderos de Gloria’, la historia de un letrado militar empeñado en salvar la vida de tres soldados condenados a muerte por mostrar cobardía durante una ofensiva en plena Primera Guerra Mundial, mientras que el poder de la masa unida en rebeldía y el valor de la lucha por la dignidad mostrado en ‘Espartaco’ fue mucho más que eso, un alegato contra la caza de brujas en Estados Unidos y el fin de las listas negras en Hollywood.

De la mano del guionista maldito Dalton Trumbo, encarcelado por sus ideas comunistas, y del famoso director Stanley Kubrick, que ya había dirigido ‘Senderos de Gloria’, Kirk Douglas removió los cimientos de la represora moralidad de la época y reivindicó el valor de plantarse ante las injusticias. En un año terrible en el que la primera potencia mundial ha optado por el extremismo para liderar el planeta y con la amenaza de la ultraderecha sobre Europa, el ejemplo de Douglas y de los que lo rodearon debe transmitirnos la esperanza suficiente para decir con alegría:

¡Feliz 2017!