Es evidente que, una vez màs, el sistema capitalista financiero se ha extralimitado,produciendo daños colaterales profundos, que nos obligan a reaccionar. El debate central se establece sobre el papel de los Estados y Gobiernos en la solución de la Crisis, asi como en la reacción de las Sociedades Civiles para abanderar un proceso de regeneración sana de la Economia de Mercado, que de paso a nuevos vientos de prosperidad mundial. En este momento se reabre un viejo debate ideológico entre los que han ambicionado desde hace décadas, una socialización del capitalismo,y los liberales ortodoxos que tratan de reafirmar el viejo modelo economicista, alertando sobre los riesgos intervencionistas y proteccionistas derivados del forzado protagonismo actual de los Estados para solventar la crisis financiera internacional. Es indudable que se ha producido una alteración gravísima del funcionamiento del Mercado, en este caso financiero, cuyo origen esta en un mal gobierno corporativo y en una falta total de transparencia y de ética de muchos agentes financieros importantes, cuyo compartamiento ha sido lamentable, sin paliativos. Y ésta responsabilidad no puede ni debe eludirse, porque se ha atentado contra la esencia de los fundamentos de la libertad económica, que ha de basarse en una Autorregulaciòn Responsable de los protagonistas.

La autorregulación ha saltado por los aires y el autocontrol ha brillado por su ausencia. Es cierto también que el papel de los Supervisores y Reguladores occidentales ha dejado mucho que desear, pero la responsabilidad primigenia está en los protagonistas de la acciones y omisiones que han dado lugar al desastre financiero, fundamentalmente los agentes financieros privados. No podemos obviar que los ciudadanos de nuestro Mundo Occidental principalmente y tambien los de otros Mundos, observan con estupor la situación de la que son “paganos” pasivos, que se encuentran en medio de la tempestad,sin quererlo y sin haber hecho nada por estar en ella… Una tempestad de la que sufren en sus carnes los recortes indiscriminados de financiación personal y los efectos del desempleo galopante que la falta de financiación y por ende de inversión, genera de forma irremediable. Además los ciudadanos occidentales se convierten en financiadores, con sus impuestos, de los paquetes financieros de ayudas que los Estados han tenido que facilitar a los Bancos. La inmensa mayoria de los ciudadanos no tienen el privilegio ni la responsabilidad de gestionar y dirigir la economia, las empresas y las finanzas, y son,por tanto, sujetos pasivos,por lo general de buena voluntad, de todo ello. Y es por lo que los dirigentes empresariales y financieros deben realizar un ejercicio del Poder Economico que sea leal, comprometido y transparente,con todos aquellos que no participan de ese ejercicio. Si ello no es así,como lo ha sido en esta crisis, justo es que haya que rectificar de inmediato. Justo y necesario; es lo mínimo que se nos puede pedir.

Curiosamente vemos ,en estos dias, una enorme excitaciòn de los agentes económicos y de los Medios de Comunicación en relación con la exigencia rigurosa de transparencia de los Gobiernos en la administración de los fondos Publicos que se están dedicando al salvamanto de los Bancos y de los Mercados. Pero poco o nada se dice de la Transparencia y del “Governance” que ha de exigirse, con todo rigor, a todos aquellos que reciban esos fondos publicos… Ésta representación del “Mundo al revès”, además de grotesca,puede ser hiriente para el conjunto de ciudadanos que están afectados por la crisis por todos lados,como hemos visto. Los Gobiernos son sensibles a todo ello y es màs que evidente que se va a producir un efecto intervencionista que legitime y justifique sus acciones y la utilización del dinero de los contribuyentes. Una soluciòn esta todavia al alcance de la Sociedad Civil que pretenda ser autocritica y reformista desde dentro del sistema. La reformulación del Modelo Capitalista sobre la base de una complementación immediata y profunda del economicismo convencional, con un humanismo comprometido que haga de la Responsabilidad Social de la Empresa, el eje fundamental de una Nueva Economia de la Empresa Responsable y Sostenible como exponente irrenunciable de un nuevo Paradigma económico mundial. Ésta revolución es urgente y es importante, casi diria vital, que sea promovida desde el sector empresarial y financiero sano, antes de que los Gobiernos “pongan sus manos” sobre el funcionamiento y la gestión de las empresas de forma excesiva. Es evidente que los Gobiernos que han puesto el dinero de sus contribuyentes para salvar la situación, tienen el derecho y la obligación de intervenir, pero ésta intervención ha de ser sensible con la necesaria libertad de emprender,propia de las economias de mercado y en la que creo firmemente.


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Ya está bien de “arrastrar los pies” en todas las dimensiones fundamentales de la RSE,como son el Buen Gobierno Corporativo, la Transparencia Informativa y Contable, las relaciones responsables con los Medios de Comunicacion, la Competencia Leal, la Innovación Responsable, la Inversion Socialmemte Responsable, las Relaciones Laborales Responsables más allà de los Convenios Laborales legales, la Acción Social , el Mecenazgo, la Lucha contra la Corrupción, la Protección del Medio Ambiente… Basta ya de invocar libertad y autogobierno por parte de empresarios y financieros, para terminar pidiendo fondos publicos de ayuda cuando “vienen curvas” ,provocadas por nuestros propios excesos, derivados de un mal ejercicio y de un abuso de esa preciada libertad economica. El nuevo Paradigma ,por tanto, ha de fundamentarse en un modelo de empresa que vele por el interes de la Sociedad en su conjunto, en la que opera, de los grupos de interes que interactuan con ella y que no se ocupe solo de maximizar a toda costa el beneficio para el accionista,que siendo el más importante de los objetivos, no puede, ni ser el unico, ni un fin en si mismo. Es sencilo… Se trata de desempolvar las teorias del auténtico padre del liberalismo,Adam Smith,profesor de Etica, que ya nos habló de “hacer el bien pubico desde el interés privado”.

La esencia de la RSE y de esta Nueva Economia de la Empresa Responsable y Sostenible, debe dar a un nuevo paradigma economico Mundial. Conceptos básicos que vulneraron el capitalismo financiero de Keynes y sus excesos, que tenemos la obligación moral de reconducir y el interés real y egoista, por nuestro propio bien, de reformular sobre bases màs éticas, màs solidarias,pero no menos eficientes. Màs al contrario, este nuevo Paradigma será la palanca de crecimiento sano y sostenido que nuestro Mundo necesita para seguir prosperando de forma eficiente y solidaria por muchos años.