Habita casi exclusivamente en la región más oriental de la península arábiga. De color casi blanco a excepción de las patas y el pecho, el Oryx de Arabia está perfectamente adaptado a la hostilidad del medio en el que vive. Es, al igual que sus congéneres, un animal extraordinariamente resistente, pudiendo recorrer grandes distancias ayudado por unas potentes patas y una gran capacidad pulmonar que lo convierten en un animal infatigable.

El Oryx de Arabia, es un antílope de tamaño mediano, de color blanco,para reflejar la radiación solar,  con manchas negras en la cara, y patas y final de la cola del mismo color. Cuernos negros, largos y rectos, anillados de hasta 75 centímetros de longitud y ambos sexos están dotados de cuernos que emplean como arma defensiva y ofensiva.Es el más pequeño de los componentes de su género, con una altura en la cruz en torno a un metro. Sus pezuñas son aplastadas y con forma de pala para facilitar su desplazamiento por la arena. Presenta una red de vasos sanguíneos en la cabeza, que es capaz de enfriarse ligeramente. Pesa unos 70 kilos y vive de media unos 20 años. Esta totalmente adaptado al clima desértico y las sequías  así como al calor, aunque no duda nunca en estar a la sombra buscando las depresiones poco profundas en la tierra blanda bajo los árboles o arbustos para descansar durante el calor del día. Viven en rebaños de 15-20 animales, aunque se han dado casos de hasta 100 animales juntos.

Uno de los mecanismos de ahorro de agua tiene que ver, además, con la regulación térmica, puesto que, tal y como hacen los dromedarios, los órices no ejercen un control estricto sobre su temperatura corporal. En invierno, la temperatura ambiental varía entre 13ºC y 27ºC y la de los órices lo hace entre 37’5ºC y 39’1ºC; y en verano, cuando la temperatura ambiental oscila entre los 29ºC del amanecer y los 44ºC de las primeras horas de la tarde, la temperatura corporal de los órices varía entre 36’5ºC y 40’5ºC. Dejan que varíe la temperatura corporal y especialmente en verano esa subida es muy útil, pues les permite un importante ahorro de agua, ya que bajo esas condiciones térmicas haría falta evaporar mucha agua para mantener la temperatura cerca de los 37ºC. La llegada de la noche permite refrigerar el organismo evitándose así un calentamiento que podría llegar a ser peligroso.

El Oryx puede soportar, pues, temperaturas superiores a los  40 º C, sin problemas. Además, sus riñones se han desarrollado para reciclar su orina para conservar fluidos del cuerpo y sus excrementos son bolas pequeñas y muy secas, consistiendo sólo en fibras de planta indigestas. Tienen amplios cascos que no se hunden en la arena de las dunas, permitiéndoles viajar rápido y con facilidad en libertad por zonas desérticas. Se han registrado desplazamientos de Oryx de hasta 100 km, en un día.Sin embargo, son más resistentes que veloces.

Viven, generalmente, en grupos no muy numerosos que recorren el desierto de Arabia suboriental en busca de las plantas que constituyen la base de su alimentación y de las que extraen gran parte del agua que necesitan para vivir. El Oryx es un animal ramoneador y pastador de plantas suculentas, bulbos, frutos y brotes de tamarindos; además con la alimentación suficiente, puede pasar varios me- ses sin ingerir agua. Los oryx tienen la asombrosa capacidad de detectar la llegada de las lluvias y desplazarse hacia estas zonas para buscar la vegetación exuberante con la que alimentarse.

Durante la época de celo muestran un extraordinario sentido territorial y se tornan muy violentos y agresivos con el resto de los machos que se aventuran en la parcela de terreno que previamente han ocupado, librando, en ocasiones, feroces luchas por la posesión del territorio. La época de reproducción tiene lugar entre los meses de mayo y diciembre y general- mente tiene una única cría. El periodo de gestación suele ser de unos 240 días y tras unas 10 semanas las crías son destetadas. Al nacer su color es marrón claro, cambiando progresivamente a blanco después de tres meses, mientras que le aparecen las marcas faciales negras de la cara. Ya desde el primer día de su nacimiento, los oryx de arabia muestran, tanto el macho como la hembra, la punta de sus cuernos. La madurez sexual la alcanza a los 2 años de edad.

Antiguamente se extendía por toda la península de Arabia y Noreste de África siendo una especie bastante abundante. Pero ya a principios del S. XX empezaron a desaparecer. Tras la Primera Guerra Mundial, el número de Oryx de Arabia descendió notablemente, siendo objeto de una caza abusiva efectuada incluso desde aviones  ya que era el principal objeto de caza para consumo humano y también buscaban sus largos y afilados cuernos; asimismo era cazado por los indígenas que utilizaban su carne, su cornamenta y su piel. A parte del hombre solo tiene un enemigo natural, desde tiempos ancestrales, el lobo.

A mediados del S. XX desaparecen primero del Noreste de África y, en 1968, tan solo existían en libertad 16 oryx, en Arabia Saudí, desapareciendo, en estado salvaje, cuatro años después, en 1972. Algunos animales capturados in extremis y cruzados con otros ejemplares procedentes de parques zoológicos permitieron reconstituir un rebaño. En 1982 fue reintroducido en Omán donde se generó el Santuario del Oryx árabe inscrito, en el año 1994, en el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En 1984, el Orix de Arabia pudo ser reintroducido en su país de origen, donde hoy sobreviven unos pocos rebaños.

El total de la población de oryx reintroducida es de unos 1.000 ejemplares, por encima del umbral de 250 individuos maduros necesarios para su mantenimiento y futura expansión. Su distribución por países sería la siguiente: Omán (aprox. 50), Arabia Saudita (600), Emiratos Árabes Unidos (aprox. 200), Israel (más de 100) y Jordania (unos 50).

Para la Directora General de la Agencia de Medio Ambiente de Abu Dhabi, Razan Khalifa: “El restablecimiento de la población del oryx de Arabia,que estaba al borde de la extinción, es una verdadera hazaña y un gran triunfo de la conservación, que esperamos se repita para muchas otra especies amenazadas. Además, es un ejemplo clásico de la utilización de datos de la Lista Roja de la UICN para acciones de conservación a nivel del terreno, logrando resultados tangibles y exitosos.”

No obstante, se siguen apreciando algunas irregularidades. En Omán se han capturado oryx para la venta a colecciones privadas y se ha registrado la caza furtiva en la reserva de Uruq Bani Ma’arid, de unos 2.700 km2, en Arabia Saudí. Además, la seguridad de los animales que vagan fuera de los sitios de liberación no puede ser garantizada, excepto tal vez en Israel. También la sequía y el sobrepastoreo han reducido la calidad del hábitat en sus lugares originarios uniéndose, a todo ello, su lentitud para reproducirse.

El oryx árabe siempre ha sido admirado por su belleza. Ya el poeta árabe Umar ibn Abi Rabi´a lo menciona en sus poemas en tiempo de los Omeyas (PP. S. VIII). La desaparición de este magnífico animal en su medio natural no representaría solo una pérdida importante para la biodiversidad de la Península Arábiga,sino también para el Patrimonio Cultural de la Humanidad.

No sería el primer caso de extinción ya que su pariente más próximo, el Oryx de Cimi- tarra(Oryx dammah) ya ha desaparecido en estado salvaje hace unos años. Este mamífero recibe este nombre por la forma de sus cuernos curvados, presentes en los dos sexos, que pueden alcanzar más de 1 metro de largo y que recuerdan al sable curvado utilizado por los guerreros de algunos pueblos orientales, presenta el cuello y las patas de color rojizo y prácticamente no tienen máscara facial. Vivía en las regiones subsaharianas de África, dándose por extinta la especie, desde el año 2000, en estado salvaje, según la Organización Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), conservándose solo en cautividad, en reservas privadas y zoológicos de todo el mundo.