Parte de este impresionante flujo financiero tiene la particularidad de suponer la principal entrada de divisas para los 40 países más atrasados del mundo.

Mucho han cambiado las cosas desde los años 50, en plena postguerra, cuando el turismo internacional de ocio estaba reservado a un reducido número de afortunados ciudadanos.

En la década siguiente, el avance en el desarrollo económico de occidente impulsó lo que hoy en día denominaríamos turismo rural, y que en el fondo consistía en el regreso durante el período vacacional al hogar familiar del que se había emigrado hacia la ciudad años antes. Así mismo, esta década presenció los primeros pasos sólidos del turismo internacional.

Los años setenta vivieron el despegue en occidente del turismo interior y del regional. La creciente renta per cápita de estos países permitía el desplazamiento hacia el campo o la costa en el caso de sus economías menos adelantadas, mientras que a esta modalidad se añadía el desplazamiento a países cercanos en las más desarrolladas.

[Lo que realmente propició el despegue del turismo internacional, fue la desaparición de la política de bloques y la incipiente globalización posterior]

La evolución durante los años 80 profundizó en estas modalidades de turismo y facilitó la ampliación en el número y distancia de los destinos exteriores.

Pero lo que realmente propició el despegue del turismo internacional, fue la desaparición de la política de bloques y la incipiente globalización posterior. La última década del siglo XX asistió a la apertura de nuevos destinos por los cinco continentes. Apenas un pequeño número de países, con regímenes poco evolutivos políticamente, permanecieron al margen de esta nueva oportunidad económica.

fotoEn la actualidad, la mayor homogeneización económica a nivel internacional, la irrupción de los vuelos de bajo coste y la incorporación de nuevas aeronaves intercontinentales de alta capacidad, la competitiva contratación de paquetes vacacionales mediante internet, las posibilidades generadas por las economías de escala alcanzadas por los tour operadores, el cambio en el patrón del ocio mediante la mayor valoración del destino frente a su duración, y la segmentación e incremento del número de salidas anuales, han propiciado un impresionante número de desplazamientos cada año.

No obstante, esta tendencia a la continua expansión del turismo se ve periódicamente ralentizada de forma local, regional e incluso global.

Episodios naturales como los terremotos y las inundaciones o estallidos de violencia bélica o terrorista, pueden invertir la trayectoria de visitantes en cualquier país que los sufra.

Pandemias como la gripe aviar o desastres naturales de gran envergadura como los huracanes de categoría 5, pueden afectar durante un largo período a una región concreta.

Por último, ciclos recesivos de la economía o sucesos con gran impacto internacional como el 11-S, consiguen aminorar el dinamismo de uno de los componentes más importantes del sector servicios internacional.

Pero pese a todo, son fluctuaciones a la baja en valor relativo, ya que esta industria muestra una resistente evolución al alza en términos absolutos, tanto en volumen como geográficamente.

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CIFRAS DEL TURISMO MUNDIAL

En los últimos cincuenta años, el turismo internacional ha visto incrementar vertiginosamente su crecimiento en cuanto a número de viajeros, desde los escasos 20 millones hasta los casi 850 del año pasado. Es decir, ha conseguido un crecimiento del 4.250 %, dejando patente que se trata de un sector con enormes expectativas de futuro.

En la actualidad, la actividad turística total representa cerca de un 10 % del PIB mundial y supone un porcentaje similar del empleo registrado. Pero refiriéndonos al turismo internacional exclusivamente, los 690.000 millones de euros de volumen de negocio generado en el año 2006, equivale a superar el PIB de Holanda y triplicar el de Argentina.

Uno de los aspectos más positivos de esta evolución, lo encontramos en los destinos turísticos emergentes en los últimos años. Éstos se han localizado fundamentalmente en los países en desarrollo, registrando avances muy significativos en sus ofertas de ocio.

[El turismo experimentará un crecimiento medio anual del 4,1 % hasta el año 2020]

Los ingresos de divisas por turismo registrados el año pasado en estos países, se estima que superaron los 210.000 millones de euros, cifra que representa 1,5 veces el PIB de la petrolera Venezuela.

Según la Organización Mundial de Turismo (OMT), organismo dependiente de Naciones Unidas, entre 1990 y 2005, la cuota de mercado de las llegadas internacionales a los países en desarrollo experimentó un crecimiento del 97,5 %, pasando del 28,6 % al 40,3 %, mientras que para los PMA (los cincuenta países más atrasados) el incremento de llegadas casi triplicó el promedio mundial, alcanzando un avance del 48 %. De igual manera, sus ingresos por turismo internacional crecieron un 76 %.

fotoAdemás, el turismo puede generar por ejemplo hasta el 40 % del PIB y de los empleos en los estados insulares menos desarrollados.

En un estudio sobre perspectivas futuras, la OMT estima que el turismo experimentará un crecimiento medio anual del 4,1 % hasta el año 2020, por lo que prevé que en dicho año el número de turistas internacionales alcance la cifra de 1.561 millones.

La distribución geográfica estimada en dicho estudio es la siguiente:

  • Europa recibirá un total de 717 millones de turistas, con una cuota de mercado del 45,9 %.
  • Asia Oriental y Pacífico acogerá 397 millones de viajeros, y una cuota del 25,4 %.
  • América será visitada por 282 millones, con un 18,1 %.
  • África, con 77 millones de llegadas, conseguirá captar el 5 % del mercado.
  • Oriente Medio será el destino escogido por 69 millones de turistas, lo que representará el 4,4 %.
  • Asia Central y Sur recibirá 19 millones de visitantes, con un 1,2 % del porcentaje global.

Como pueden ver, el potencial de la industria turística dentro de una década es impresionante. Tendrá que dar respuesta a las necesidades, desde las más básicas hasta las más sofisticadas, de mil quinientos millones de personas “desplazadas” lejos de su hogar. Algo así como atender las necesidades de toda la población China evacuada por una emergencia.

En dinero constante, y teniendo en cuenta un gasto medio por estancia de 800 euros, estas cifras indican que el turismo propiciará una redistribución de la renta internacional que, aunque revierte en gran medida en los países más avanzados, alcanza un volumen muy significativo a favor de los países en desarrollo, ya que por ejemplo en el caso africano equivaldrá a la llegada de más de 60.000 millones de euros en el año 2020.

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NUEVAS MODALIDADES DE TURISMO

Cualquier actividad turística deberá tener en cuenta las demandas genéricas que todo viajero necesita ver cubiertas para decidirse por un destino vacacional.

Según la OMT, en orden de prioridad decreciente, éstas pueden concretarse en las siguientes:

  • Viajar con seguridad.
  • Dormir cómodamente a precio razonable.
  • Servicios limpios.
  • Disfrutar de comidas de buena calidad.
  • Disfrutar de un entorno natural y limpio.
  • Adquirir artesanía local.
  • Participar en actividades.
  • Disfrutar de música tradicional y espectáculos.
  • Descubrir la historia y la cultura del lugar.
  • Contacto con la población local.
  • Hacer ejercicio, fomentar el bienestar y la salud.
  • Disfrutar del entorno de manera respetuosa y sostenible.
  • Colaborara en el desarrollo local.

En la relación anterior apreciarán que, aunque son las menos valoradas a día de hoy, ya han surgido nuevas demandas relacionadas con la preservación del medio ambiente, la cultura y la artesanía, así como la colaboración al desarrollo. Estos son conceptos cada vez más arraigados entre los usuarios del turismo internacional.

La persona que viaja a conocer por ejemplo el Machu Picchu, espera encontrar un espectacular paraje natural, con una población local capaz de mantener sus particularidades y un patrimonio cultural en buen estado de conservación. Al mismo tiempo pretende que todos ellos se conserven en las mismas condiciones, durante y después de su estancia.

[El mercado turístico tiende a la segmentación y especialización de la oferta para dar respuesta a las nuevas tendencias de la demanda]

En cualquier caso, además del turismo tradicional de ocio basado en buen clima, mar y bajos precios, el futuro registrará un importante aumento en la demanda de nuevos destinos más naturales y con una atractiva dotación histórico-cultural. En paralelo, se reducirá la duración de las estancias pero se incrementará el número de salidas.

En consecuencia, el mercado turístico tiende a la segmentación y especialización de la oferta para dar respuesta a las nuevas tendencias de la demanda.

Dentro de esta segmentación, las tendencias directamente relacionadas con el fomento del desarrollo local, tienen un importante recorrido en el futuro:

fotoEl turismo rural, de gran difusión en occidente mediante la reorientación de la actividad en el campo hacia el turismo, procura una actividad de futuro para un entorno con limitadas expectativas fuera de la agricultura.

El turismo cultural es una de las nuevas modalidades aparecidas en los últimos años. Basada en la visita a destinos con un pratimonio histórico singular, sirve de vehículo para el desarrollo de un gran número de países en desarrollo.

El ecoturismo surgido a mediados de los años 80 en los ambientes naturalistas americanos, y cuya práctica se basa en una forma de viaje responsable en los espacios naturales, contribuyendo a la protección del medio ambiente y al bienestar de las poblaciones locales.

El turismo justo surgió a finales de los años 90 de la mano de las ONG y es aquel que implica una serie de normas en la producción del servicio, cuya aceptación por las partes equivale a una relación similar a la del
Comercio Justo.

El turismo sostenible y el turismo ético, son dos conceptos que se engloban dentro del anterior.

Por su parte, el turismo solidario tiene sus antecedentes en el llamado turismo integrado nacido en los años 70 de la mano del francés Cristian Saglio. A rebufo de las experiencias vividas en Mayo del 68, este hombre auspició la creación en la región de Casamance (Senegal), de unas experiencias en las cuales se ayudaba a crear dispositivos de acogida conforme a sus tradiciones locales y en las que la gestión se correspondiese con las prácticas tradicionales del lugar. Los réditos obtenidos se destinaban al desarrollo comunitario.

En definitiva, se trata de iniciativas que pretenden dirigir más directamente las potencialidades de este sector con respecto al desarrollo, ya que como se concluyo en la Cumbre del Desarrollo Sostenible de Johannesburgo (2002), “para el 83 % de los países en desarrollo, el turismo constituye uno de sus tres principales recursos y asimismo, es el más importante para el 34 %”

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PROPUESTAS DE LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES

En primer lugar, las negociaciones para la liberalización del comercio internacional que la OMC lleva acabo dentro de la estancada Ronda de Doha, prevén la apertura y liberalización del sector servicios, aboliendo las restricciones a la propiedad extranjera, facilitando el acceso a los mercados locales de las compañías operadoras internacionales, liberalizando el tráfico aéreo, etc., siempre en base a potenciar la industria turística mundial.

La OCDE va más lejos cuando propone, en el Acuerdo Multilateral de Inversiones, que el establecimiento de empresas extranjeras se realice sin restricciones y con un trato similar al de las compañías locales.

Por su parte, la Unión Europea en su iniciativa “Una estrategia de apoyo al desarrollo de un turismo sostenible en los PVD”, establece tres puntos básicos de ayuda a los gobiernos de los países en vías de desarrollo para el fomento de su industria turística.

  • Ayudas para la instauración de condiciones favorables al desarrollo duradero que protejan el medio ambiente y la población local, especialmente la infantil, que en determinadas regiones se ve expuesta al problema del turismo sexual.
  • Asistencia técnica para el desarrollo de los recursos humanos, la conservación del patrimonio y la mejora de las infraestructuras.
  • Apoyo al sector privado local, y especialmente a las PYME, como elemento fundamental en la consecución de una oferta viable, que además reporte beneficios locales.

La Organización Mundial del Turismo (OMT), dentro de la Cumbre de Johannesburgo presentó el programa ST-EP (Turismo Sostenible – Eliminación de la Pobreza), como su contribución a la consecución de los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas.

Este programa destina fondos para implementar medidas que ayuden a mitigar la pobreza. En concreto, se centra en tres puntos fundamentales:

  • Apoyo a la micro y pequeña empresa, motor del empleo para los más pobres.
  • Mejora de las condiciones de vida, promoviendo la participación local en proyectos turísticos mientras mantienen su actividad agrícola, y aportando formación que permita abordar trabajos en condiciones dignas.
  • Preservación de la cultura y la herencia tradicional.

Toda una serie de iniciativas como vemos, que desde el ámbito genérico han de ser implantadas en el escenario local, única manera de conseguir su efectividad. Pero ahí surgen las primeras voces de aviso, planteando los inconvenientes que pueden tener para las poblaciones locales.

Analicemos estas reticencias.

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PROBLEMÁTICAS LOCALES

En la apertura de la Conferencia Regional del Caribe (Bahamas, 2006), el Secretario General de la Organización Mundial del Turismo, Francesco Frangialli, señalaba que “El turismo puede considerarse sin lugar a dudas el instrumento más eficaz para mejorar la resistencia de las economías en los pequeños estados insulares en desarrollo (PEID) por su carácter multisectorial, y sirve de catalizador para el desarrollo de la agricultura, la artesanía y otras industrias y servicios. Pero por otra parte, en muchos pequeños estados, el turismo tiene puntos débiles y se enfrenta a retos que hay que afrontar y superar para reforzar su potencial de desarrollo socioeconómico sostenible a largo plazo”.

[Piensen que desde que aterricen en su destino estarán participando en un suceso expansivo de enorme magnitud global]

Estas palabras son aplicables no solamente a los estados insulares, sino a un elevado porcentaje de países en desarrollo. Los puntos débiles y retos señalados, se traducen en tres aspectos básicos: Repercusiones socioculturales, medioambientales y económicas.

fotoSocioculturalmente, se indica como desventaja el desarraigo social que provoca el abandono de las actividades tradicionales para acceder a los trabajos que promueve este sector. También se señala la transformación que sufren la cultura y artesanía locales, al perder su verdadero significado y desvirtuarse para adaptarse a las demandas de los turistas. Por último, se pone de manifiesto la generación de desigualdades sociales donde antes no existían, como ha ocurrido en Cuba, donde los trabajadores del sector turístico gozan de un nivel de rentas y consumo, muy superior al resto de la isla.

Pues francamente, si no se pretende administrar solo pobreza, estos son pasos que todo país debe dar para conseguir un nivel de desarrollo que asegure de forma realmente efectiva el incremento gradual de las rentas y, en último extremo, la protección de los colectivos más vulnerables.

En relación a los impactos medioambientales, muchos gobiernos de países en desarrollo tienden a relegar su preservación para conseguir mejoras en los ratios país, como por ejemplo el saldo por Cuenta Corriente. Es la historia de la gallina de los huevos de oro: permitir la urbanización descontrolada de costas y parajes naturales, así como fomentar una afluencia excesiva de turismo, genera presiones sobre los recursos básicos y termina por crear problemas de contaminación del agua y del ambiente, a la vez que se degrada de forma irrecuperable el entorno natural y el patrimonio histórico-artístico que sirven de atracción para el turismo.

La costa de Quintana Roo, en México, tiene mucho que contar al respecto, debido a la afluencia masiva del turismo a Cancún.

Esto es así, por lo que solo cabe recordar a los gobiernos de estos países su responsabilidad en la planificación sostenible de los recursos, asegurando su continuidad en el tiempo para permitir que el flujo constante que generan, termine por beneficiar al conjunto de la economía.

Respecto a los desajustes de la estructura económica local que puede provocar la actividad turística, se citan los siguientes:

  • Estacionalidad en la demanda y, consiguientemente, estacionalidad en la utilización de las estructuras productivas y el empleo, caso este último que implica (al haber abandonado sus actividades tradicionales) la deriva hacia la economía sumergida fuera de la temporada turística.
  • Excesiva inversión en infraestructuras para el turismo: carreteras, depuradoras, acometidas de agua, saneamiento y electricidad, aeropuertos, etc., en detrimento del resto de sectores productivos.
  • Escasa participación de la pequeña y mediana empresa en la definición de la oferta de ocio, siendo en la mayoría de los casos los organismos públicos correspondientes, quienes trazan unilateralmente las políticas referentes al sector.
  • Bajo retorno de beneficios. La escasa manufactura local obliga a importar un gran porcentaje de los artículos de consumo para los turistas, mientras que los márgenes de compañías aéreas y tour operadores, retornan a sus países de origen. Apenas un tercio de los ingresos permanecen en el circuito económico local, y en gran parte de forma sumergida.

Me parece que todos los argumentos anteriores son correctos, pero respecto al esfuerzo coyuntural que se les exige a ciudadanos y gobiernos de los países que aspiran a una industria turística emergente, deben analizar si poseen otras alternativas mejores que garanticen el acceso a un sector productivo con grandes expectativas de futuro.

En caso contrario tendrán que asumir que el desarrollo es un camino duro donde solo el esfuerzo se ve remunerado. Lo cual no obsta para que sus autoridades velen por evitar una expansión de la actividad sumergida, dando más voz y protagonismo a las PYMES, verdadero motor de empleo y crecimiento para estos países. Igualmente, deberán exigir a los titulares de los grandes proyectos de implantación turística, las inversiones oportunas para la construcción y mantenimiento de las instalaciones necesarias que aseguren la menor huella medioambiental posible.

Por otro lado, los retornos que consiguen sus economías están acorde a su nivel de desarrollo. Como saben, el sector servicios de alto valor añadido es una de las puntas de lanza de la competitividad de los países desarrollados. La capacidad de inversión de sus empresas, de gestión de la logística necesaria, de análisis de la demanda y propuesta de destinos, de dominio de la actividad hotelera, así como las economías de escala que alcanzan, propician que acaparen hasta los dos tercios del volumen de negocio generado, pero dejan el tercio restante en el país de destino, situación ésta que no existiría en caso contrario.

En fin, como resúmen les sugiero que cuando estén enseñando sus documentos de identificación antes de emprender el próximo viaje de ocio, piensen que desde que aterricen en su destino estarán participando en un suceso expansivo de enorme magnitud global, capaz de redistribuir 200.000 millones de euros anuales por los países que más lo necesitan, mientras disfruta de sus merecidas vacaciones.