Un grupo de científicos estadounidenses afirma haber creado un nuevo material capaz de absorber este gas tan dañino, utilizando técnicas similares a las empleadas en el diseño de los fármacos. Este nuevo metal orgánico, desarrollado en forma de cinco micro-esponjas, es capaz de capturar este gas incluso a temperaturas y presión muy elevadas. Estos prototipos pueden almacenar una gran cantidad de CO2, hasta 83 veces su propio volumen.
El secreto de estas esponjas son sus poros cristalinos, denominados por los científicos como ZIF. Su creación ha sido posible gracias a la combinación de varios metales como el zinc o el cobalto con diversos materiales orgánicos. Algunos de estos ZIF contienen varios tipos de vínculos, por lo que han sido creados hasta 25 ZIF distintos, dependiendo de lo vínculos con los que se hayan desarrollado.
Omar Yoghi, responsables del equipo de investigación, afirma que estos materiales podrían ayudar enormemente en la lucha actual contra el cambio climático. También ha explicado como, una vez llenas las esponjas, podrán ser retiradas y, a través de una bajada de presión, van descargando progresivamente el CO2 acumulado, de manera que pueden ser reutilizadas posteriormente.
A partir de ahora se vislumbra un gran futuro para este descubrimiento, pues sin ser un científico especialista en la materia, a cualquiera de nosotros se nos puede ocurrir cientos de usos de estas esponjas: capturar las emisiones de las centrales de carbón, las de los vehículos de transporte, etc.
Adhesivos que imitan la pata del geco (salamanquesa)
Existe una corriente de la ingeniería que se basa en el estudio de la naturaleza con el fin de reproducir sintéticamente algunas de sus cualidades más interesantes. Un ejemplo perfecto de estas cualidades es el geco, o salamanquesa, capaz de trepar por superficies tales como el
cristal sin emplear ningún tipo de adhesivo, únicamente utilizando sus dedos, extendidos en círculos y dotados de láminas formadas por microscópicos miles de pelos.
Científicos del Instituto Tecnológico de Massachusetts (EEUU), has realizado el enésimo estudio de estas cualidades, el primero de ellos que parece va a culminar con éxito, en el que han conseguido, utilizando las técnicas de la fabricación de microchips, fabricar un goma biológica biodegradable cuyas características tratan de imitar a la naturaleza del geco. El resultado final ha sido una cinta adhesiva con unas características de adhesión y composición extraordinarias. Sus usos más interesantes podrían provenir de la práctica médica, pues esta cinta adhesiva, por sus capacidades y composición podrían ser utilizadas para obstruir úlceras, o sellar intestino operado, por ejemplo.
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Regeneración neuronal a través de la luz
Un estudio experimental realizado por el Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y el Institut de Recerca Biomédica de Barcelona (IRB), ha llegado a la extraordinaria conclusión de que las neuronas pueden ser estimuladas mediante el uso de un haz de luz láser.
Trataremos, a continuación de resumir de la manera más clara posible el hallazgo de estos científicos. Los investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) y del Institut de Recerca Biomédica de Barcelona (IRB) han conseguido demostrar que la luz láser posee una
cualidad de atracción sobre las neuronas. Estos científicos han situado un haz de luz láser microscópico altamente concentrado junto a una neurona sin llegar a tocarla. Este haz funciona con pulsos ultracortos (se llega a encender y apagar unos 80 millones de veces durante un segundo). El efecto del láser es el crecimiento de una axón (ramificación que conecta las neuronas entre sí) completo de la neurona en la dirección que marca la luz.
A pesar de que todavía no se puede conocer la maquinaria celular que se esconde tras este hecho, Pablo Loza-Álvarez, investigador del ICFO, ha declarado que “Hemos visto que los filopodios, que son las pequeñas ramificaciones al final del axón que exploran el entorno para decidir hacia donde crecer, buscan el haz de luz; sería como poner un anzuelo para atraerlas”
El campo de la regeneración neuronal tras episodios como el ictus o la paraplejia, se encuentran a la vuelta de la esquina, haciendo este tipo de descubrimientos más importantes para toda la humanidad.
