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Entre sus principales conclusiones, el informe muestra la necesidad de eliminar el 90% de las actuales centrales térmicas de carbón y nucleares para 2030, con el objetivo de tener un suministro eléctrico estable y eficiente con un 68% de fuentes renovables para esa fecha. 

La batalla de las redes  expone por primera vez cómo sería una red inteligente para Europa en 2050. Basándose en exhaustivos modelos desarrollados por la consultora en ingeniería Energynautics, Greenpeace refleja cómo la gestión inteligente de la red, la tecnología de control y una red de líneas de transmisión eficientes pueden equilibrar de forma fiable la demanda con el suministro procedente de energías renovables variables a través del continente, incluso cuando haya poco viento o sol.

El informe revela cómo las energías renovables entrarán cada vez más en conflicto  con las centrales nucleares y de carbón. En momentos de máxima producción, se está impidiendo el funcionamiento de generadores renovables, que producen energía limpia y sin coste adicional, para permitir que las centrales nucleares y de carbón sigan funcionando. Esto se debe a que la energía eólica y solar fotovoltaica es variable, mientras que las centrales nucleares y de carbón son constantes pero inflexibles, una característica que cada vez se aleja más del concepto del sistema energético flexible, eficiente y de menor coste que industria y responsables políticos necesitan para el futuro.

Según Jan Vande Putte, responsable de la campaña de Energía de Greenpeace Internacional, “los políticos europeos deberían distanciarse del carbón y la nuclear, que están bloqueando el progreso hacia el sistema energético limpio, moderno y eficiente del futuro. El año pasado se decidió parar miles de aerogeneradores para permitir que las centrales nucleares y de carbón continúen con su negocio peligroso y sucio”.

El caso de España 

El informe presta especial atención a España, donde el rápido crecimiento de las energías renovables en los últimos años permite comprobar en la práctica las conclusiones de la investigación. En nuestro país, las renovables suministraron en 2010 un 35% de la electricidad (mientras que la nuclear aportó solo un 21% y el carbón un 8%), lo que convirtió a España en un exportador neto de electricidad a Francia. Las renovables han llegado ya en algunos momentos a proporcionar más de dos tercios de toda la electricidad. Sin embargo, Greenpeace recuerda que en repetidas ocasiones en que ha coincidido una baja demanda eléctrica con una alta disponibilidad de viento, se ha dado la orden de parar parques eólicos, lo que ha dejado perder cientos de megavatios limpios, ante la imposibilidad de detener las centrales nucleares.

“El problema de la nuclear no es solo su peligrosidad, como demostramos la semana pasada en Cofrentes, sino el obstáculo que supone esta energía rígida para la integración de energía renovable a gran escala”, ha declarado José Luis García Ortega, responsable de la campaña Cambio climático y Energía de Greenpeace España. “Si queremos aprovechar toda la energía renovable, limpia y autóctona de que disponemos, necesitamos un sistema energético flexible, con redes inteligentes y centrales que puedan modular su producción, y hay que programar el abandono de las peligrosas e inflexibles centrales nucleares”.

El próximo 28 de febrero, los ministros de energía de la Unión Europea se reúnen para concretar cómo cumplir el mandato de priorizar las energías renovables y la eficiencia energética acordado por los jefes de Gobierno el pasado 4 de febrero en la Cumbre de la Energía. Los ministros deben decidir sobre la coordinación de las redes eléctricas europeas para lograr la máxima integración de energías renovables.
 

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