El ganadero brasileño Marcelo Bastos Ferraz rechazó la súplica de los ayoreos para que deje de destruir el bosque habitado por sus familiares no contactados. © OPIT

Durante el encuentro, los ayoreos transmitieron al ganadero Marcelo Bastos Ferraz y a la ministra Cristina Morales: “El objetivo de los ganaderos es deforestar, pero ese no es nuestro fin. Queremos proteger el bosque”.

Los ayoreos no contactados podrían resultar aniquilados por las enfermedades que contraen de los foráneos en su tierra. Los testimonios recopilados de los ayoreos recientemente contactados confirman que sus familiares aislados viven con el constante temor a que las topadoras destruyan su menguante isla de bosque.

La compañía ganadera Yaguareté Porá S.A., que posee Ferraz, ha estado deforestando ilegalmente el bosque de los ayoreos para dar paso a la carne de vacuno destinada a los mercados europeos, rusos y africanos. Recientemente recibió una licencia ambiental para talar más bosque, medida que desató la indignación internacional.

Un hombre ayoreo le dijo a la ministra Morales: “Mi madre y yo vivíamos en el bosque. Sabíamos que había muchas enfermedades. Después de que fuéramos contactados en 1986, buena parte de nuestro pueblo murió, incluida mi madre. No queremos que vuelva a pasar otra vez… La Secretaría será responsable de las muertes, porque han dado (a la empresa) la licencia para talar más bosque”.

La ministra morales ha estado recibiendo miles de mensajes de los simpatizantes de Survival, apremiándola a detener la rampante destrucción del bosque ayoreo. Pero durante la reunión, Morales dijo a los ayoreos que no había nada que ella pudiera hacer para devolverles su tierra.

Yaguareté Porá S.A. fue galardonada en el pasado con el Premio al Mejor Lavado de Imagen Ecológico de Survival por disfrazar la destrucción a gran escala de bosque como un esfuerzo por su conservación. La empresa afirma que está protegiendo el bosque al apartar una porción del mismo como una “reserva natural”.

Hallazgos recientes han revelado que el bosque del Chaco paraguayo, el hogar de los ayoreos no contactados, está siendo deforestado a un ritmo más rápido que cualquier otro bosque del mundo, y los indígenas están desesperados por salvarlo de la destrucción.

Nixiwaka Yawanawá, un indígena amazónico que trabaja con Survival International, declaró hoy: “El Gobierno paraguayo está completamente al tanto de lo que está sucediendo, pero aún así sigue permitiendo la destrucción del bosque de los ayoreos y que sus vidas se encuentren amenazadas. Necesitamos atraer más y más la atención pública hacia la campaña para pedir que la vida y el bosque de los ayoreos no contactados se proteja”.

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