En su carta, Greenpeace expone en siete puntos cómo deberían proceder estas compañías para lograr un cambio de modelo, para ello tendrían que:

  • Abandonar de manera inmediata su campaña de ataque a las energías renovables.
  • Dejar de presionar al Gobierno y de pretender que la política energética esté sometida a los intereses de la compañía.
  • Apoyar una regulación del autoconsumo de energía limpia que facilite que todos los ciudadanos puedan ejercer en condiciones favorables su derecho a producir y consumir su propia energía.
  • Reconocer que España debe ir hacia un sistema eléctrico 100% renovable.
  • Adoptar un nuevo plan estratégico en el que la prioridad de sus inversiones estén alineadas con un modelo Energía 3.0 (basado en inteligencia, eficiencia y 100% renovable).
  • Establecer un calendario de cierre de sus instalaciones de generación de energía sucia, comenzando por las de tecnología nuclear y térmica de carbón, y.
  • Abandonar sus inversiones en energías sucias, dentro y fuera de España, y volver a invertir a gran escala en generación renovable.

Esta exigencia de cambio de modelo energético es ya un deseo generalizado de la sociedad. El eurobarómetro de enero de 2013, publicado por la Comisión europea, refleja cómo los ciudadanos piden que se apueste por las energías limpias. En el caso de España, un 81 % de la ciudadanía pide fuentes renovables para abastecernos de energía en un futuro inmediato.

“No podemos dejar que la política energética sea dictada sólo por intereses empresariales. Por ello, las cinco grandes compañías eléctricas de nuestro país deben abandonar su campaña de acoso y derribo a las energías renovables. La ciudadanía pide ya un cambio hacia una [R]evolución energética que es imparable”, ha declarado Julio Barea, responsable de Energía y Cambio Climático de Greenpeace.

 

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