San Nicolas 1Según cuenta la tradición y documentos de fines del s. XV antes de fundarse el hospital de San Nicolás en Santo Domingo, capital de la isla La Española, una mujer de color inició la atención hospitalaria. Parece ser que al finalizar el siglo XV, sin fecha precisa, esta mujer indígena, creó una serie de servicios hospitalarios y se ocupó de atender a los enfermos.

Probablemente la mujer recurría en sus tareas a las cualidades de vegetales y otros elementos de la naturaleza, al igual que a la magia e invocaciones a divinidades. Los servicios empezaron a otorgarse a raíz del traslado de la ciudad de Santo Domingo a la margen del río Ozama. En el breve texto que a continuación se presenta se reiteran algunos hechos: “El origen de esta institución se debió a la actitud piadosa de una mujer negra que a falta de hospital u otro centro de salud en el nuevo enclave de la ciudad curaba en un bohio a los enfermos pobres, de acuerdo a sus magras posibilidades. Esta obra benéfica fue creciendo gracias a limosnas de los vecinos”. (1)

El bohío parece coincidir con un hospital al que hace referencia el historiador de la medicina, el venezolano M. Zúñiga, escribió que dos años después de haber llegado los españoles a las nuevas tierras, en el inventario de bienes reales del citado año aparecen “200 jergones para el hospital”. (2)

También sabemos, por un informe de Cristóbal Colón (30 de enero de 1494) que, en ese mismo año desembarcó, residió y trabajó durante un tiempo (de 1494 a 1501) en La Española el doctor Diego Álvarez Chanca, natural de Sevilla, al que se le había asignado un sueldo de 5.000 maravedíes anuales. Fue el primer europeo en pisar tierra dominicana. Con él venía un cirujano de la Armada, al que se identifica como Melchor Maldonado. Se sabe que tanto el doctor como el cirujano atendieron al cacique Guacanagari que tenía una herida en el muslo. (3)

Poco tiempo después, es nombrado gobernador de La Española, Fray Nicolás de Ovando quién llega a la isla en 1502 retomando las actividades de la mujer negra y recibiendo el apoyo de alcaldes, religiosos y habitantes del lugar. Así fundó, el 29 de noviembre de 1503,  un verdadero establecimiento hospitalario, conocido, Nicolás de Bari, patrono de su fundador, al respecto Antonio de Herrera (1559–1625) historiador español escribió: “..fabricó el hospital que llamó de su nombre… El hospital estaba al lado de una iglesia con que confundía física y funcionalmente”. (4)

En un principio, el inmueble de 1503, era pequeño, hecho de materiales sencillos, a partir de entonces estuvo sujeto a diversos avatares: caprichos de la naturaleza, ataques de los hombres y descuidos en el mantenimiento, razones por las que en varias ocasiones fue reparado y modificado. En 1521 fue remozado, en 1532 y 1542 fue sujeto a otras modificaciones físicas. El inmueble nuevamente fue restaurado en 1757, 1762 y 1789, a pesar de las mejorías al inicio del siglo XIX su estado físico era lamentable.

Entre 1502 y 1509 Nicolás de Ovando, hombre controvertido, vivió en una fortaleza lugar cercano al hospital. El dominico Bartolomé de Las Casas, que estuvo en La Española a principios del s. XVI, hizo un retrato político, físico y conductual de Nicolás de Ovando, relatando que: “Este caballero era varón prudentísimo y digno de gobernar mucha gente, pero no indios, porque, acabó siendo el inventor de los repartimientos y encomiendas de indios a los españoles, que fue prácticamente una esclavitud… Era mediano de cuerpo, y la barba muy rubia o bermeja, tenía y mostraba grande autoridad, amigo de justicia, era honestísimo en su persona en obras y palabras, de codicia y avaricia muy grande enemigo y no pareció faltarle humildad, que es esmalte de las virtudes; y dejando que lo mostraba en todos sus actos exteriores, en el regimiento de su casa, en su comer y vestir, hablas familiares y públicas, guardando siempre su gravedad u autoridad, mostrolo asimismo, en que después que le trajeron la Encomienda mayor, nunca jamás consintió que le dijese alguno señoría”. (5)

FUNDACIÓN DEL HOSPITAL DE SAN NICOLÁS DE BARI Y SU PRIMERA ANDADURA (SS. XVI Y XVII)

Así, pues, se da por segura la construcción del hospital de San Nicolás en 1503, durante el gobierno de Fray Nicolás Ovando, pero dichas obras no finalizarían hasta 1508 como se puede ver en una placa de mármol que está a la entrada de las actuales ruinas del hospital.

También se da por sentado, según documentos de la época, como los de Fray Cipriano de Utrera, que: “… Nicolás de Ovando fundó dicho Hospital en el pie que siempre tuvo en el siglo XVI, a una negra y con él a los vecinos de la ciudad que la ayudaron se han de atribuir los orígenes de la institución”. Menciona que el Arzobispo Carvajal y Rivera dice en un informe a Carlos II el 2 de Diciembre de 1695: “El principio de esta fundación fue un boxio donde hoy está Nuestra Señora de Altagracia que era una negra piadosa que recogía los pobres que podía y los curaba según su posibilidad por no haber hospitalidad en esta ciudad”. (6)

Unas instrucciones reales, dadas para Ovando el 20 y 29 de marzo de 1503, mandan que el gobernador Fray Nicolás de Ovando: “Faga fazer en las poblaciones donde él viere que fuera más necesario casa para hospitales en que se acoxen y curen los pobres ansi de los cristianos como de los yndios”. (7)

La organización sanitaria colonial en Hispanoamérica fue, por tanto, de las primeras preocupaciones a la vez que una de las más originales dada la época en que la corona española cristalizó en normas, libros, cédulas, decretos o en las Leyes de Indias (8) una serie de disposiciones jurídicas para con la higiene y el dolor corporal de cristianos e indígenas fruto no de la improvisación sino del humanismo renacentista que el mismo Cardenal Cisneros promovía solapadamente. (9)

Las nuevas formas de trabajo, la miseria de los nativos y los abusos de los conquistadores, fueron causantes de enfermedades como: la peste, tosferina, la viruela, sarampión, paludismo, tabardillo, la fiebre amarilla… entre los indígenas. Frente a todos estos problemas surgió la vieja idea hospitalaria. Así lo pensaron los propios conquistadores, así lo conceptuaron los reyes, así lo creyeron los obispos, curas y frailes y también el pueblo llano. (10)

San Nicolas 2Pero para construir aunque fuese un pequeño hospital se requería una determinada financiación económica. Sabemos, por un documento fechado en 1586, qué personas y en qué año participaron en las donaciones necesarias para construir y poner en funcionamiento el hospital de San Nicolás. En concreto fueron 34 personalidades de Santo Domingo (capital) y algunos de ellos de lugares próximos. Destacaré solo los más importantes y los primeros en contribuir económicamente en este proyecto:

  • El gobernador Fray Nicolás Ovando (1503).
  • El tesorero Miguel de Pasamonte (1508).
  • Gonzalo Gómez (1511).
  • Alonso Jiménez (1512).
  • Francisco Martín (1512).
  • Pedro López (1512).
  • Catalina Vázquez (1513).
  • Hernán Martín (1513).
  • Juan Martínez Morán (1513).

El documento señala, en sus últimas líneas: “Los que hasta aquí dejaron casa y tributos, que son rentas conocidas, sin otros muchos viajeros y forasteros que han dejado sus limosnas y haciendas, en particular para los gastos y sustento de los pobres de la dicha Casa”. (11)

El hospital fue planificado por peninsulares, lo construyeron nativos, negros y españoles aventureros. No se conoce mucho de su planta física original, como de tantos hospitales construidos por los conquistadores y colonizadores, al respecto en el capitulo “Arquitectura hospitalaria religiosa. Primer periodo 1521–1821” (12) del libro “…última piedra” se lee lo siguiente: “América hereda y adapta la tradición arquitectónica española en las construcciones hospitalarias. Desafortunadamente la falta de planos originales de muchos de los hospitales de la época impiden describir esta arquitectura”. (13)

El inmueble se localizó en lo que actualmente se conoce como “sector colonial”, en la calle de Hostos, entre las calles Luperón y Mercedes, tendría unas dimensiones de 100 por 100 metros. (14) El diseño de la planta del hospital de San Nicolás de Bari nos recuerda a los perfiles de plantas cruciformes de la época de los Reyes Católicos, cuyo constructor fue Antonio Defilarete, quien construyó el hospital Mayor de Milán. Este personaje escribió un tratado de arquitectura de gran importancia cuyas normas estuvieron vigentes durante décadas.

El esquema escogido para el hospital de San Nicolás de Bari, fue el cruciforme, con cuatro patios autónomos, rodeados por sus dependencias. La nave central fue construida en piedra exquisitamente trabajada, lo cual no sucedió con el resto de la obra ni con  los brazos transversales de la cruz que fueron recortados, tal vez, por motivos económicos. (15)

La edificación contaba con tres naves, de acuerdo al tipo de hospitales de la época. La nave central era dedicada a culto religioso, mientras que las naves laterales y la parte posterior del crucero estaban destinadas a salas de enfermos. (16)

Ya, en 1548, el cronista Femández de Oviedo dice que la ciudad establecida por Ovando en la margen occidental del Ozama, tenía: “Un muy buen hospital, bien edificado y dotado de buena renta, donde los pobres son curados y socorridos, en que Dios es muy servido”. (17) Hacia 1552 y reuniendo datos de sus predecesores, Fr. Bartolomé de Las Casas anotaba que Ovando fundó “Un hospital de San Nicolás, y dotólo de buena renta para recibir y curar en él cierto número de pobres, o creo que todos los que en él se pudiesen curar”. Destaca, además, la conocida “relación” del oidor vasco Juan de Echagoian (1568), que a lo ya dicho por sus contemporáneos  añade: “Esta dicha ciudad tiene un hospital muy bueno, llamado San Nicolás; tiene 20.000 pesos de renta de la moneda corriente; los patronos son legos, y el beneficio de este hospital es muy grande y de gran cuidado y recaudo. Hay de ordinario cuarenta y cincuenta pobres. Los patronos son legos, a cuyo cargo está.” (18)

Durante la administración pública de Nicolás de Ovando al hospital se le proveyó de ropería, botica, servicio para tísicos, sala para enfermas y sala de unciones, “… donde ejercieron los primeros protomédicos. Trabajaron el licenciado Barrera y el doctor Sepúlveda…Años más tarde, Sepúlveda viajó a Perú y solicitó al rey Carlos V que lo nombraran “ad honorem” para hacer ungüentos y sangrías” (19). Por otra parte Nicolás de Ovando favoreció se ampliara la iglesia vecina.

El hospital –la construcción– y sus servicios significaban una comunión entre los conquistadores y los conquistados, entre autoridades políticas, religiosos y pobres. El hospital era católico, como católicos eran sus ambientes, reglas, labores y símbolos, se vivía en la oración. Era refugio para el hombre cansado, para el escaso de salud y para el falto de hogar, en sus espacios la cruz cristiana y sus dogmas imperaban, no pocas veces provocaban en todos –servidores y hospedados– soledad y hastío. A los 38 años de fundado el hospital, se reafirmó su catolicismo. “Para el año de 1541 San Nicolás fue incorporado al Sacro Hospital del Espíritu de Roma a solicitud del cabildo y la institución”. Esta incorporación significó la concesión de innumerables privilegios e indulgencias a la institución. Esta línea religiosa persistió hasta la cuarta década del siglo XVIII, cuatro personas denominadas mayordomos continuaban designando a los integrantes de la Junta y de la Cofradía de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, que se veneraba en el hospital. (20)

En sus orígenes el hospital de San Nicolás tenía unas dimensiones muy pequeñas y escasa capacidad ya que solo albergaba seis camas que se mantuvieron hasta 1519, cuando es reemplazado por una segunda construcción, llamada obra vieja, a su vez sustituida por la obra nueva terminada en 1552, que acomodaba de 50 a 60 enfermos, llegando a atender a unos 700 enfermos al año. (21)

Además, durante el gobierno de Ovando se construyeron dos hospitales más en el interior de la isla. En las instrucciones dadas a Diego Colón, en 1509, se mencionan ya los hospitales de San Buenaventura y La Concepción; obras populares consolidadas con la ayuda del gobierno. (22)

En 1586 la isla La Española fue atacada por el corsario inglés Francis Drake (1540–1596), su poder devastador hizo que el hospital, la obra humana y física, fuera muy dañada por un incendio. Edificio, mobiliario y documentos fueron destruidos. Lo que los hombres habían levantado décadas antes con gran esfuerzo fue derruido por el pirata Drake. (23)

A los 10 años del ataque de Drake se expidió una cédula indicándose que los funcionarios de la Real Hacienda de Santo Domingo otorgasen al hospital 1000 ducados para solucionar los daños que sufrió durante el ataque de los corsarios, el documento expresaba, además, que en cuatro salas del establecimiento hospitalario se atendía a toda clase de enfermos.

San Nicolas 4Al inicio del siglo XVII la monarquía solicitó información en cuanto a los servicios, al finalizar la centuria requirió recursos para los mismos. El 19 de mayo de 1603 fue emitida una cédula de carácter real, solicitaba al arzobispo información en cuanto a “privilegios” del hospital y características de la cofradía de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, (24) pasan ocho décadas, en 1689 el hospital tenía una situación precaria, la monarquía requirió al gobernador y capitán general de la isla La Española, al presidente de la Audiencia de Santo Domingo y a la Hacienda Real de la Isla se otorgasen al hospital recursos que no se habían proporcionado, oportunamente, para atender a los enfermos. (25)

Así, a fines del siglo XVII y a base de aportaciones personales, los cofrades de la Inmaculada Concepción habían ampliado el primitivo local, que solo permitía atender a media docena de enfermos, y se había añadido un local más amplio que aparentemente ya estaba concluido en 1552 pero que, sin duda, continuó en épocas posteriores. En ese momento sabemos que el hospital de San Nicolás de Bari ocupaba el espacio limitado al Norte por la calle Mercedes, al Sur por el callejón denominado Luperón, al Oeste por la calle nueva de San Francisco o calle del Hospital (actualmente calle Hoscos), y al Este con la calle Arzobispo Meriño. (26)

EL DESARROLLO DEL HOSPITAL SAN NICOLÁS EN EL S. XVIII

En el siglo XVIII se desplazó a los pobres para atender a un mayor número de soldados y presos.  Los servicios eran otorgados por un capellán mayor, un sacristán mayor, un sacristán menor, cuatro capellanes menores y un cirujano.

En el año de 1739 se empezaron a tratar, en mayor medida, a soldados enfermos y en 1777 a presos enfermos e incluso hubo troneras para vigilarlos. Se desplazó a quienes estaban en la inopia, se cerró la sala destinada a mujeres. Para el sostenimiento del hospital los soldados contribuían mensualmente con una cuota, así mismo hubo disposiciones encaminadas a disponer de los sueldos de los soldados fallecidos en el hospital.

En 1776 debido a que en el establecimiento se atendían militares fue conocido como Hospital Real Militar. Sabemos que un militar, el capitán y posteriormente teniente coronel, Pedro Lousel, gestionó el hospital San Nicolás durante unos 18 años (mediados de los sesenta a principios de los ochenta del s. XVIII). El Hospital era el único con categoría de Real en la isla dominicana y en él se recogían y atendían los soldados enfermos. Era lógico, pues, que un militar administrara sus bienes, máxime cuando los soldados que fallecían, dentro de sus muros, solían donar sus sueldos atrasados, bienes y pertenencias a esta Institución. (27)

Durante estos años de dedicación al Hospital, Pedro Lousel no cobró sueldo alguno por su labor, cediendo todos sus emolumentos (6.480 pesos) en concepto de limosna, consiguiendo aumentar las rentas del Hospital, en más de 12.000 pesos anuales. (28)

Algunas características de la planta arquitectónica de fines del siglo XVIII son conocidas por un plano de 1783. La construcción religiosa –iglesia y hospital– tenía tres naves. La nave central se dedicaba al culto religioso, en tanto que las laterales y la sección del fondo de la construcción del inmueble se internaban en dos plantas una para enfermos y la otra para pobres.

Como señala César Nicolás Penson, la casa que constituía el cuerpo principal del complejo hacia 1783, había sido cedida por su propietario Felipe Dávila, Tesorero Real, y expropiada por el gobierno haitiano a su salida de la isla, sería restituída, en 1844, a sus herederos por el primer gobierno republicano.

El complejo hospitalario se había ampliado y extendido sustancialmente además de cambiar en cuanto a sus funciones ya que en esta época la atención iba más dirigida a curar militares e incluso presos. En la parte central del complejo estaba la iglesia de San Nicolás que tenía su entrada por la calle del Hospital. A su derecha estaba el cementerio, y detrás del altar mayor, estaba la Sala de la Caridad, que aún se conserva. Sobre ésta y las tres naves del templo, se levantaban cuatro salas iguales, dedicadas entonces a militares y pobres, a la que se llegaba a través de una escalera situada junto a la sacristía.

El templo, en cuyo altar mayor se veneraba a la Inmaculada tenía otra capilla, dedicada al Apóstol San Bartolomé. A lo largo de la fachada principal, a la izquierda del templo, estaban las viviendas del cuerpo de guardia, las de los capellanes (sacristán mayor y menor) y la botica. Por último, en la parte que da a la calle Mercedes, estaba la sala de unciones, la sala de tuberculosis, la Capilla de Nuestra Señora de Altagracia y por el amplio patio interior se llegaba a la sala del calabozo que estaba enrejada, reservada a los presos, tanto civiles como militares. (29)

DECADENCIA DEL HOSPITAL SAN NICOLÁS DE BARI (S. XIX)

A partir de 1795 y hasta 1865 el territorio y la población de la hoy República Dominicana estuvieron expuestos a varios problemas políticos: ocupación haitiana, movimientos de independencia, dependencia de Francia e incorporación a España, durante esos decenios el hospital continuó prestando servicios, aunque precariamente. (30)

En la séptima década del siglo XIX el hospital de San Nicolás de Bari era un edificio declinante y ruinoso; hacia 1905 se le tiró la fachada principal, después, poco a poco, se fue destruyendo, hasta quedar en lo que sólo hay ahora: ruinas. (31)

San Nicolas 3Según el plano (de fines del s.XVIII), empezando con la letra A, se puede advertir que el área marcada con dicha letra corresponde a la nave principal, de la que apenas quedan algunas partes de la misma (c y C), la sección posterior (D y F), y parte de la escalera (E).

En el grabado que sigue puede notarse, en el centro del mismo, la portada principal del hospital, cuyo arco apuntado enmarcado en alfiz, se constituye en una muestra perfecta del gótico español del siglo XV. (32)

Los motivos de tal abandono se desconocen pero se cree que fueron los sismos ocurridos en las décadas de los sesenta y setenta del s. XIX los que provocaron su ruina. Más tarde se utilizan los materiales en ruinas del hospital de San Nicolás para las nuevas construcciones. En los primeros días del mes de septiembre de 1930, con el ciclón San Zenón, el Hospital recibió daños irreparables. (33)

No obstante, aún se conservan ruinas de lo que fue el hospital de San Nicolás. Se encuentran cerca de avenidas y urbanizaciones modernas que poco lo recuerdan, sin embargo, en las ruinas materiales del presente, que cada día se desmoronan y erosionan más, trasciende el pasado, se colige que hubo pisos de piedra, gruesos muros, columnas, contrafuertes, portón, arranque de escalera, fuente, locutorios y salas en que hubo rústicas camas, en que se acomodaban dolientes, tenían calenturas, bubas o necesitaban unciones, también hubo tullidos, peregrinos, pobres y seres que iban a morir. (34)

En el año 1973, dos años después del sismo de 1971, se inician una serie de trabajos de consolidación estructural tendentes a evitar su total colapso, preservando las ruinas en un ambiente de armonía con las áreas verdes naturales para disfrute de naturales y turistas.

Es reconfortable ver el techado del área de la antigua sala de caridad, con el objetivo de ser utilizada para el desarrollo de actividades culturales y sociales, manteniéndose la fisonomía actual de las ruinas, considerando la resolución de la Unesco del año 1956 para que las ruinas de San Nicolás de Bari, permanezcan en su lugar durante siglos. (35)

Notas bibliográficas. (1) www.scielo.org.mx/scielo.php (2) Zúñiga Cisneros, M.: Manual de Historia de los Hospitales. (3) Sáez, José Luis: Los Hospitales de la ciudad colonial de Santo Domingo (1503-1883). Capítulo V. 1996. (4) Herrera de Antonio: Descripción de las Indias Occidentales. 1601. (5) De Las Casas, Bartolomé: Historia de las Indias. 1517. (6)Fray Cipriano de Utrera: Santo Domingo. Dilucidaciones históricas. Santo Domingo. 1927. (7) Palm, Erwin Walker: “ El archihospital de Roma y el primer hospital del Nuevo Mundo”. La Nación. (8) Stavenhagen, Rodolfo y otros: Derecho indígena y Derechos Humanos en América Latina. Primer capítulo. (En PDF) (9) García Oro, José: Cisneros: Un cardenal reformista en el trono de España. Madrid. 2005. (10) Guerra, Franco: Historia de la medicina. Tomo II. 1985. (11) AGI. Santo Domingo, leg. 14. (12) Fajardo-Ortiz, Guillermo: “Arquitectura Hospitalaria religiosa. Primer periodo (1521- 1821)”. Gaceta Médica de México. Vol. 142, nº 1. (Enero-Febrero de 2006). (13)…Última piedra. ISSSTE. Instituto de Ingeniería. P. 3. UNAM. México. 1994. (14) Álvarez, S. R.: “El Hospital San Nicolás de Bari de Santo Domingo”. Rev. Cir. Ciruj. 64: 71-72. 1996. (15) Erwin, Cott y Silvio Cabrera: “El hospital de San Nicolás de Bari y el camino de Las Mercedes”. El Nacional. 11/IX/2013(16) www.arqueotur.org/yacimientos/iglesia-y-hospital-de-san-nicolas-de-bari.html (17) G. Fernández de Oviedo: Historia General y Natural de las Indias. Madrid. 1959. (18) Relación de la Isla Española enviada al rey D. Felipe II por el Licenciado Echagoian, en Colección de documentos inéditos, I. Madrid. 1864. (19) Gómez-Gallo, Álvaro: “La medicina en el descubrimiento de América”. Gac. Méd. Méx. Vol. 139, nº5. 2003. (20) Sáez, José Luis: Los Hospitales de la ciudad colonial de Santo Domingo (1503-1883). Capítulo V. 1996. (21) Utrera, C. de: El Hospital de San Nicolás. Vol IV,p. 4. (22) García Barreno, Pedro: “Hospitales Novohispanos”. II. Encuentro Hispano-Americano de Historia de las Ciencias. Madrid. 1991. (23) Lugo, Américo: Historia de Santo Domingo, 1556-1608. Trujillo. 1952. (24) Archivo General de Indias. Audiencia Santo Domingo. Legajo, 989. (25) Archivo General de la Nación. Vol. CLXXXII. (26) AGI. Santo Domingo, leg. 989. (27) AGI. Santo Domingo, leg. 971. (28) Informe de Pedro Lousel Montero. (1770) (29) Penson, César Nicolás: Cosas añejas. 1891. (30) Del monte y Tejada, Antonio: Historia de Santo Domingo. 1890.(31) Guerra, Franco: Historia de la medicina, Tomo II. 1985(32)https://manueldelmonte.files.wordpress.com/2015/05/ (33) Cambiaso, Juan B.: Datos acerca del huracán de San Zenón. (34) Fajardo-Ortiz, Guillermo: “Perfiles y ruinas del primer hospital de América: Hospital San Nicolás de Bari, en Santo Domingo”. Gac. Méd. Méx. Vol. 142, nº 1. 2006 (35) Álvarez Sturla, Raúl: “El Hospital San Nicolás de Bari de Santo Domingo”. Revista Cirugía y Cirujanos. Vol. 64, nº 3. (Mayo-Junio de 1996) vv vv                                                                                                                                                           BIBLIOGRAFÍA.

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