En respuesta a los informes según los cuales decenas de personas palestinas han perdido la vida y cientos han resultado heridas como consecuencia de los disparos del ejército israelí durante las protestas que se llevaron a cabo ayer ante la valla que separa Gaza de Israel, Philip Luther, director de Investigación y Trabajo de Incidencia para Oriente Medio y Norte de África de Amnistía Internacional, ha afirmado:

“Éste es otro ejemplo terrible de cómo el ejército israelí está usando fuerza desproporcionada y munición real de un modo absolutamente deplorable. Es una violación de las normas internacionales, y en algunos casos pudiera tratarse de homicidios deliberados que constituyen crímenes de guerra.

Ya el mes pasado, Amnistía Internacional pidió a la comunidad internacional que detuviera el envío de armas y material militar a Israel. El aumento del número de personas muertas y heridas ayer sólo sirve para poner de manifiesto la apremiante necesidad de imponer un embargo de armas.

Si bien determinados manifestantes pueden haber cometido algún tipo de violencia, ello no justifica el uso de munición real.

Según el derecho internacional, las armas de fuego sólo pueden emplearse en caso de peligro inminente de muerte o lesiones graves.

Los primeros informes médicos recibidos de Gaza indican que decenas de personas han recibido disparos en la cabeza o en el pecho. El mes pasado, Amnistía Internacional presentó una investigación sobre la Franja de Gaza que demostraba que las fuerzas armadas israelíes estaban matando y mutilando a manifestantes que no representaban ninguna amenaza para ellas.