mm

 

 

Juan Lanas, el mozo de esquina,

es absolutamente igual

al Emperador de la China:

los dos son el mismo animal.

Juan Lanas cubre su pelaje

con nuestra manta nacional;

el gran magnate lleva un traje

de seda verde excepcional.

Del uno cuidan cien dragones

de porcelana y de cristal;

Juan Lanas carga maldiciones

y gruesos fardos por un real,

pero si alguna mandarina

siguiendo el instinto sexual

al Emperador se avecina

en el traje tradicional

que tenía nuestra madre Eva

en aquella tarde fatal

en que se comieron la breva

del árbol del Bien y del Mal,

y si al mismo Juan una Juana

se entrega por modo brutal

y palpita la bestia humana

en un solo espasmo sexual,

Juan Lanas, el mozo de esquina,

es absolutamente igual

al Emperador de la China:

los dos son el mismo animal.

 

 

mm