La Iglesia declaró que:
“No estamos seguros de que Vedanta haya mostrado, o vaya a mostrar en el futuro, el nivel de respeto a los derechos humanos y las comunidades locales que nosotros esperamos…”, añadiendo que mantener inversiones en Vedanta
“sería inconsistente con la política ética de inversión conjunta de los organismos inversores de la Iglesia”.
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La decisión adoptada por la Iglesia es extremadamente inusual, ya que suele optar por una política de
“diálogo constructivo” en vez de retirar sus inversiones. Ésta es sólo la última de una serie de noticias nefastas para la empresa. Survival International ha estado presionando durante un año a la Iglesia para que retirase sus inversiones de Vedanta.

El año pasado la empresa, que cotiza en el mercado de valores londinense, recibió una reprimenda pública por parte del Gobierno británico por no respetar los derechos humanos del pueblo indígena dongria kondh de la India, en la que supuso otra acción similar sin precedentes. El Gobierno argumentó que
“era esencial un cambio en el comportamiento de la empresa”.

Según expresaron hoy fuentes internas a Survival:
“La decisión sin precedentes de la Iglesia, además de ser bienvenida, envía una potente señal a las empresas que pisotean los derechos de los pueblos indígenas: no financiaremos vuestros abusos. Cualquiera que tenga acciones en Vedanta deber venderlas hoy si les preocupan los derechos humanos.”

La Iglesia no es la primera en retirar sus inversiones de Vedanta por motivos éticos. En 2007 el Gobierno noruego vendió su participación de 13 millones de dólares argumentando que
“hay pocas razones para creer que las inaceptables prácticas de la empresa vayan a cambiar en el futuro”.

Además, la gestora Martin Currie Investments vendió su participación de 2.3 millones de libras en 2008 y el Fondo de Pensiones de BP disminuyó sus participaciones en empresa debido a su
“preocupación sobre el modo de operar de la compañía”.

Survival está presionando a otros accionistas, incluida la Fundación Rowntree.Amnistía International ha publicado esta semana un informe en el que critica el comportamiento de la empresa minera Vedanta Resources, que cotiza entre los aprincipales valores de la bolsa londinense.

Amnistía International Golpea a Vedanta

Amnistía International ha publicado esta semana un informe en el que critica el comportamiento de la empresa minera Vedanta Resources, que cotiza entre losprincipales valores de la bolsa londinense. El informe de Amnistía expone las graves violaciones de derechos humanos cometidas por la empresa en Orissa (India).

Vedanta planea abrir una mina de bauxita en una montaña sagrada para los dongria kondh y ya ha construido una refinería al pie de las colinas.

Amnistía concluye que:
“Vedanta Resources y sus filiales no han actuado para solventar adecuadamente los problemas indicados. Las empresas implicadas tampoco han cumplido con las normas internacionalmente aceptadas relativas al impacto de las empresas en los derechos humanos —facilitar información, consultar con la población y perfilar los planes al objeto de garantizar que no se lesionan derechos—”.

El informe de Amnistía es el último de una sucesión de críticas devastadoras sobre el comportamiento de Vedanta en Orissa y forma parte de la campaña Exige Dignidad .

La semana pasada la Iglesia de Inglaterra vendió sus acciones en la minera por valor de 3,8 millones de libras, afirmando que:
“No estamos seguros de que Vedanta haya mostrado, o vaya a mostrar en el futuro, el nivel de respeto a los derechos humanos y las comunidades locales que nosotros esperamos.”

En 2009 el Gobierno británico reprendió a Vedanta, registrada como una empresa londinense, porque no había respetado los derechos humanos de los dongria kondh, y afirmó que un
“cambio inmediato en el comportamiento de la empresa” era
“esencial”. Muchas otras organizaciones, incluidas Ayuda en Acción, urgewald, Banktrack y Campaña India por la Supervivencia y la Dignidad también han condenado la actitud de Vedanta.

Fuentes internas a Survival International declararon hoy:
“Vedanta se ha convertido en una paria de la industria minera, y su proyecto en Orissa es, sin duda, el más controvertido del mundo. No recuerdo la última vez que un único proyecto recibió tantas críticas. Todo aquel que conoce este proyecto coincide en destacar la arrogancia de la empresa: simplemente no se han molestado ni siquiera en preguntar a los dongria lo que piensan sobre la mina, y mucho menos en buscar su consentimiento para el proyecto”.

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