Como TESIS planteamos que un proceso participativo de investigación, bien orientado, facilita la construcción colectiva de oportunidades de aprendizaje.  Esta orientación no sólo es tarea del o de la facilitador(a), sino debe de construirse, también con el aporte de todas y todos.

Se mencionan en esta tesis dos componentes: Investigación – Aprendizaje.  Ambos conceptos vienen con una explicación extra.  En cuanto a la investigación se identifica que debe ser un proceso participativo, y en cuanto al aprendizaje se hace referencia a oportunidades de aprendizaje.

En nuestro sistema educativo, es importante constatar que existe una CONTRADICCIÓN ESENCIAL (de esencia) entre lo que – a mi parecer mal – se enfoca como ‘enseñanza’ y lo que debería de resultar de la misma, es decir el ‘aprendizaje’.  Una contradicción de esencia metodológica ya que el primer concepto (la enseñanza) en la gran mayoría de los casos es COLECTIVA, es decir dirigida hacia un grupo de personas, más o menos grande, mientras que el segundo (el aprendizaje) resulta de un proceso muy PERSONAL (interiorización), tal que podemos afirmar que ‘tantas personas, incluyendo el o la que está al frente, sea éste, docente o estudiante, que hay en el aula, tantos aprendizajes resultarán’.

La falta de conciencia respecto a esta contradicción tiene muchas consecuencias.  En un momento anterior lo expresamos literalmente así: “Al observar un(a) niña/o de dos o tres años, sorprende su gran capacidad creativa.  Después de unos años en la escuela, igual sorprende cómo esta capacidad, más bien, va desapareciendo.  En la universidad, la falta de creatividad es uno de los más sentidos obstáculos para muchas/os estudiantes y docentes, muy pronunciados en el área de investigación, aunque igual ‘frenante’ (porque frena, amarra, limita, …) en todas las áreas del S(ab)ER humano.”

En el mismo documento decíamos: “El ser es único, como sustantivo, como verbo, como expresión de una existencia social decidida.  Es una integración con valor único dentro de lo universal.  Sin embargo, en la educación formal, (casi) siempre partimos de un mismo objetivo para todas/os, utilizamos un mismo documento, presentamos los mismos ejercicios para todas/os, aplicamos los mismos exámenes para decidir SOBRE, sin embargo los resultados, las conclusiones serán diferentes por cada una/o de nosotras/os (docentes y estudiantes), el aprendizaje es particular, único para cada persona, se integra, de una manera única, al sistema de conocimientos y experiencias de cada una/o.  Muchas veces o casi siempre evaluamos de la misma manera a todas/os, entonces, este resultado no es objetivo ya que no tomamos en cuenta lo particular de cada persona, su subjetividad, su experiencia, sus conocimientos, su entorno, el contexto, etc.  La evaluación más objetiva es aquella que retoma los elementos subjetivos, que toma en cuenta a la persona.  La evaluación más objetiva es la subjetiva.”  Es la que valora el aprendizaje personal de cada una/o de las/os involucradas/os.  Nos hace falta aprender a integrar constructivamente esta subjetividad en la construcción de nuestros aprendizajes.

El aprendizaje mencionado aquí y logrado de esta manera, resulta más, mucho más de una ACTITUD que de un montón de conocimientos que supuestamente unas/os tienen y otras/os no tienen.  ¿En qué consiste esta actitud?

  • Constructivista: todo aprendizaje es un constructo histórico – social, sin acabar nunca
  • Sistémica y holista: todo conocimiento es un constructo global, engloba e interrelaciona, es una compleja complejidad, es “el arte, la ciencia y la tecnología de facilitar el aprendizaje de los conocimientos y destrezas necesarios para lograr una CO-EVOLUCIÓN SISTÉMICA y una mejor calidad de vida” (Brenson, 1996).
  • Investigativa: pensamiento, sentimiento y conducta basados en una profunda ‘curiosidad’ por descubrir – y de hecho hacerlo sostenidamente y con mucha perseverancia – el fondo de las cosas… ‘unas ganas de comprender las cosas y los fenómenos’…

En este proceso el o la docente se convierte en FACILITADOR de un proceso de construcción colectiva de oportunidades de aprendizaje, en el cual la responsabilidad es compartida, igual en la construcción del proceso, como en sus resultados (todas/os aprendemos).

Tenemos aquí todo lo que nos puede facilitar un proceso PARTICIPATIVO de INVESTIGACIÓN.  Estoy convencido que un proceso participativo de investigación es una de las metodologías más adecuadas a los requisitos del aprendizaje anteriormente expuestos: Una INVESTIGACIÓN FACILITADORA de procesos de construcción de OPORTUNIDADES de APRENDIZAJE.

Al plantear y concebir una investigación como un proceso que se lleva a cabo con el propósito de crear, de construir oportunidades de aprendizaje, dentro o fuera de un aula de clase, tienen que cumplirse algunas condiciones.  Es responsabilidad del o de la docente – a mi parecer – contribuir sustancialmente, junto a las y los demás, a la creación de éstas, ya que no necesariamente están dadas desde el inicio.  Un paso importante en este proceso es la negociación y conceptualización.

La negociación y la conceptualización constituyen la primera fase de todo proceso investigativo y siguen dándose durante todo el proceso, hasta llegar a un producto final.  Es aquí donde el o la docente y sus estudiantes deciden en conjunto el punto de partida (el problema, la contradicción, la dificultad identificada) para llevar a cabo el proceso de investigación.  Al lograr con éxito este primer paso, el resultado será un grupo (incluyendo estudiantes y docente) MUY MOTIVADO para emprender la actividad investigativa.  Me refiero a una motivación intrínseca (por el proceso y el posible resultado a obtener con el mismo, por lo que se va a aprender), no una motivación en función de la nota o el diploma que entregarán después.

Además de lo anterior, al planificar el proceso investigativo con el propósito explícito de construir oportunidades de aprendizaje, habrá que tomar en cuenta otras PREMISAS:

  • La investigación científica es una actividad SOCIAL, no la realiza una sola persona.  Es un trabajo de equipo, de relacionarse, de comunicarse, de comprender, de empatía, de aprender una/o entre otras/os.
  • No hay recetas en investigación (no hay algoritmos, sino sólo heurísticas).  NO HAY SABELOTODO.  El camino a andar en una investigación, se construye, en conjunto.
  • En nuestro quehacer relacionado debemos expresar una disposición y voluntad de perfeccionar CREATIVA y SISTEMÁTICAMENTE sus métodos y técnicas de investigación.
  • La investigación es una actividad inherente al ser humano, que consiste en la búsqueda creativa y sistemática de datos, cuya interpretación permite dar respuesta a un problema identificado.  Por lo mismo es el método de excelencia para facilitar procesos de aprendizaje.
  • La investigación implica un intercambio (aprendizaje) permanente de CAPACIDADES y HABILIDADES, facilitando y acompañando procesos cuyas/os autora/es son las mismas personas involucradas en el proceso.
  • La investigación es un proceso de experienciación que implica concienciación, y por consiguiente APRENDIZAJE.
  • En la investigación tiene su importancia el producto, así como también la tiene el PROCESO, dos componentes inseparables.  Del proceso (sistematicidad), depende, mayoritariamente el grado de cientificidad de la investigación, y en consecuencia la validez del PRODUCTO, incluyendo el APRENDIZAJE.

Investigar es CREAR, CRECER, CREER, PODER, investigar es APRENDER.

Aprender a investigar es aprender a aprender a ser…  definitivamente:

La participación activa en un proceso de investigación constituye indudablemente una de las mejoras formas para contribuir efectivamente en la construcción de oportunidades de aprendizaje – cualquiera que sea el nivel educativo.

Ni lo dudo que la decisión a atrevernos a emprender un proceso donde la investigación colectiva se convierta en la metodología básica para el aprendizaje, estará más cerca con una guía metodológica, como la diseñada por el CICAP, a nuestra disposición.

Está hecha la invitación.  ¿qué hacemos?