Frente a un amplio despliegue policial, que retuvo a los manifestantes a cientos de metros del centro donde se reúnen los líderes mundiales, la protesta discurrió con proclamas en contra de las políticas de ajuste del Gobierno argentino y llamadas a un impago de la deuda.

El diputado del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Nicolás del Caño, declaró que la ayuda del FMI supone un “pacto de coloniaje” que significará “un ajuste aún más duro contra el pueblo” en Argentina.

Del Caño aseguró que los efectos del acuerdo serán muy negativos, lo que ejemplificó con el caso del rescate de Grecia o la crisis del 2001 en Argentina, y expuso que “ya está afectando” al país sudamericano, con una caída de los salarios y el consumo.

“El FIT plantea que se nacionalice la banca y el comercio exterior para evitar la fuga de capitales y que dejemos de pagar la deuda externa”, concluyó el diputado, que llamó a una huelga general para frenar la línea de actuación económica del Gobierno.

La exlegisladora de la ciudad de Buenos Aires Vilma Ripoll, del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST), respondió a preguntas de Efe que el presidente argentino, Mauricio Macri, “entrega el país” al FMI, y aseguró que “ahora gobierna Lagarde”.

“El FMI viene a hacer lo que hizo en Grecia, recortar todos los derechos, hacer que el pueblo pague, echar a trabajadores estatales”, afirmó Ripoll, para quien Macri debería buscar una “salida de reafirmación del país dejando de pagar la deuda y nacionalizando las tarifas de servicios públicos como el agua o la electricidad”.

La dirigente del MST señaló como “traidores” a los mayores sindicatos de país, y opinó que “redoblando el ajuste, esto va a estallar en la calle, como en el 2001″.

Ayer, coincidiendo con la llegada al país de la directora del FMI, Christine Lagarde, tuvo lugar otra manifestación en la capital argentina que finalizó con la lectura de una carta que ya fue dirigida por la oposición esta semana a la economista francesa, en la que aseguran que el acuerdo con el FMI es rechazado por la mayoría de la sociedad argentina.

El Gobierno argentino solicitó el rescate del FMI a comienzos del pasado mayo, en medio de una fuerte caída del peso y de grandes tensiones en el mercado de deuda.