El concepto de propiedad intelectual es el reconocimiento de la necesidad de proteger y recompensar la creatividad y la innovación, al igual que la propiedad como las marcas y los nombres comerciales. Los derechos de propiedad intelectual pueden ser también considerados como un instrumento de política pública para beneficiar a la sociedad del descubrimiento de nuevos medicamentos o de nuevas tecnologías.

Desde este punto de vista, la propiedad intelectual es tan importante para los países en vías de desarrollo como para los países desarrollados. Sin embargo, las cuestiones que circundan la propiedad intelectual dan lugar a numerosas controversias.

De una parte, principalmente en el mundo rico, un lobby potente es capaz de sostener una protección lo más prolongada en el tiempo que sea posible para los que detentan el derecho, considerando que los derechos de propiedad son beneficiosos para la economía y estimulan la investigación y el desarrollo.

De otra parte, para algunos observadores en el mundo en desarrollo, la propiedad intelectual despierta cierta hostilidad por el hecho de que no pueden estimular la invención si la capacidad humana y técnica.: esta capacidad falta y penaliza a los países pobres, especialmente a los de Africa, aumentando los costes de medicamentos lo mismo que de abonos agrícolas. Además, la sobreprotección de los derechos de autor de los manuales, los periódicos y los programas informáticos aumentan el coste de la educación de base en Africa.

Los países del continente africano se posicionan a favor de un mejor acceso a los beneficios de la innovación en sectores tales como el farmacéutico, el informático y la biotecnología.

La propiedad intelectual puede ser igualmente considerada como un instrumento de control del mercado. Se llega a decir que las patentes pueden jugar como una forma de saltarse las normas concurrenciales de la competencia normal en el comercio. Si el comercio significa movimientos transfronterizos de bienes y servicios, los derechos de propiedad intelectual permiten a sus detentadores frenar el movimiento de bienes.

[Hoy existen pocos aspectos de lo cotidiano que escapen a la propiedad intelectual]

El debate sobre el acceso a los medicamentos ilustra perfectamente esta polarización de intereses. Bajo la presión de los activistas, ciertos laboratorios farmacéuticos han concedido grandes descuentos en los medicamentos contra el SIDA en Africa. Pero otros laboratorios se quejan de que estas concesiones son la puerta abierta para que no se respeten las patentes y para que no se puedan obtener las masas económicas críticas que son necesarias para seguir investigando. Actualmente, ciertas medidas se han tomado para permitir que los medicamentos genéricos, menos caros, alcancen el mercado mucho antes y para poner fin a las prácticas dilatorias de ciertas empresas farmacéuticas que desean prolongar sus monopolios sobre las patentes por 20 años. En este punto merece la pena recordar llevada a cabo por un país no africano: la India. Ya en 1972, promulgó una ley que permitía la copia de los medicamentos, aunque estuvieran protegidos por una patente internacional, a condición de que el proceso de fabricación no fuera idéntico. Aquí merece la pena recordar las palabras de Indira Gandhi: “En un mundo mejor ordenado, los descubrimientos médicos estarán exentos de patentes y no habrá ningún mercantilismo sobre la vida y la muerte”.

En los últimos tiempos, el campo de aplicación, la amplitud y el papel de la propiedad intelectual se han desarrollado a un ritmo sin precedentes, alcanzando nuevos dominios como puedan ser las nuevas tecnologías, la biotecnología y la tecnología de la información. Hoy existen pocos aspectos de lo cotidiano que escapen a la propiedad intelectual.

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PROPIEDAD INTELECTUAL: ¿PROTECCION O RESTRICCION?

A partir de la Ronda Uruguay, nuevas reglas sobre la propiedad intelectual se han buscado para buscar orden y previsibilidad y regular los conflictos de forma más sistemática. Resultado: un acuerdo internacional sobre los aspectos comerciales de los derechos de propiedad intelectual (ADPIC) dentro del marco de la OMC.


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Sin embargo, los acuerdos bilaterales comerciales o regionales entre los países desarrollados y en desarrollo comportan con frecuencia compromisos sobre los regímenes de propiedad intelectual que sobrepasan o rodean las exigencias del ADPIC, limitado las licencias de explotación obligatorias, prohibiciones de exportación de cualquier medicamento producido bajo estos certificados y la protección de las patentes más allá de los 20 años exigidos por el ADPIC.

Las economías de numerosos países han sobresalido en un contexto de sistemas débiles de propiedad intelectual (Japón, Taiwan, Corea del Sur, e incluso los Estados Unidos y Europa) recurriendo a estrategias de imitación tecnológica. Se dice que la imitación “creativa” es un paso previo a una economía innovadora. Sin embargo, Africa en una época marcada por la agobiante presencia de los derechos de propiedad intelectual no podrá seguir esta vía. Por otra parte, la imitación no creativa no suministra ningún campo de aplicación para la innovación y puede suprimir toda voluntad de innovar. Además, cierta copia sin más, en ciertos campos, como el farmacéutico, puede poner en peligro la vida de las personas. Se debe recordar asimismo que los economistas afirman que el crecimiento dependerá de la transferencia de investigación y desarrollo, que exige regímenes jurídicos fuertes, incluyendo la protección de la propiedad intelectual.

Entonces habrá que encontrar un equilibrio entre la recompensa y la protección de los esfuerzos intelectuales, respetando los derechos de acceso y la apertura a una herencia común: los objetivos de desarrollo deberán estar encuadrados en las estrategias de propiedad intelectual, en los regímenes de derechos de propiedad intelectual y en los acuerdos internacionales. Por ello, es necesario que Africa se implique en la puesta en marcha de normas sobre propiedad intelectual.

Resumiendo diremos que los mecanismos de emisión de normativa sobre propiedad intelectual deben de implicar y tener en cuanta a un continente como Africa.

LA PROPIEDAD INTELECTUAL AL SERVICIO DEL DESARROLLO

En una época en la que el conocimiento y la información se materializan inmediatamente en los factores de producción y se vuelven motores de crecimiento económico, la propiedad intelectual se convierte en un factor clave para el proceso de transformar el conocimiento en beneficio.


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Los indicadores económicos muestran que el potencial de creación de riqueza y de salvaguarda del patrimonio cultural de las naciones depende de su acceso a la protección de la propiedad intelectual y al uso que de ella hacen. La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI)es la punta de lanza de los esfuerzos para garantizar la cobertura de los derechos de propiedad intelectual de los creadores, su reconocimiento y la valorización de su ingenio.

Las medidas de incitación integradas en el sistema de la propiedad intelectual potencian a los inventores y a los artesanos a dejar exprimir su talento. Las herramientas de este sistema (patentes, marcas y derechos de autor) les permiten transformar sus frutos de sus esfuerzos intelectuales en activos que pueden beneficiarles a ellos y a sus países. La visión que guía la OMPI consiste en velar para que todos los países saquen beneficio de las posibilidades que ofrece la economía del conocimiento y a explotar la reserva inagotable de la creatividad de su población a fin de generar un desarrollo económico y social durable.

La OMPI propone una serie de servicios que engloban una ayuda jurídica a propósito de la legislación y de los sistemas de propiedad intelectual, especialmente sobre la manera en que los países de Africa pueden utilizarlos para promover sus objetivos de desarrollo. Engloban también la ayuda a la explotación comercial de trabajos que resultan de la invención y de la creación, y la ayuda a la repartición adecuada de beneficios derivados de la venta de estos trabajos. Aquí se incluyen asesoramientos y servicios técnicos en el terreno de las tecnologías de la información y de la automatización de los procedimientos administrativos y comerciales en las oficinas de la propiedad intelectual. La formación de las personas que participan en la puesta en marcha y en el funcionamiento de la infraestructura ad hoc es asimismo un elemento clave en la estrategia de la OMPI.

La OMPI es consciente de la tendencia creciente de las naciones y de las empresas a desarrollar y a promover la propiedad intelectual como activo económico. Trata de desmitificar la propiedad intelectual y consolidar las capacidades bajo la forma de infraestructuras cruciales en este terreno. Apoya iniciativas que contribuyen a que estos países sean mejores explotando sus recursos creativos y a que recojan sus frutos en el plano social, económico, y cultural.

La OMPI sostiene que la propiedad intelectual presenta un interés real para el desarrollo. La unión entre el progreso humano y su capacidad de inventar e innovar es innegable. La propiedad intelectual es su semilla.

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PROPIEDAD INTELECTUAL Y SALUD PÚBLICA

Los ministros que se reunieron en Doha firmaron una declaración sobre la ligazón de los aspectos comerciales de los derechos de propiedad intelectual (ADPIC) a los problemas de salud pública.

Esta declaración es importante ya que es la primera vez que los países en desarrollo, especialmente los africanos (liderados por Zimbabwe), han emitido una proposición a la OMC y ha sido admitida favorablemente. Igualmente, esta proposición colma una laguna importante en el proceso de desarrollo. Y, finalmente, aporta seguridad a numerosos países africanos que buscan desarrollar una verdadera política de salud pública y asegurar la disponibilidad de medicamentos patentados en su territorio para el beneficio de su población.


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La declaración de Doha sobre el acuerdo ADPIC y la salud pública reconoce la gravedad de los problemas de salud pública en el terreno de las epidemias. Los miembros de la OMC estiman que el acuerdo ADPIC no impide tomar medidas para proteger la salud pública y promover el acceso a todos los medicamentos. Este acuerdo concede a los países más pobres un periodo de 10 años (hasta el 2016) antes de tener la obligación de introducir las patentes farmacéuticas en su legislación. Este acuerdo se ha integrado en el acuerdo sobre los ADPIC.

Otro aspecto importante que se convino en Doha es que cada miembro tiene el derecho de acordar las licencias obligatorias y la libertad de determinar los motivos por los que tales licencias son acordadas. Los miembros de la OMC estudiaron la cuestión de la relación desigual entre los países ricos y pobres, estos últimos con capacidades de fabricación insuficientes en el sector farmacéutico a escala nacional. Pueden, pues, tener dificultades para recurrir a licencias obligatorias, siendo que la importación del producto en cuestión es imposible si la licencia del país exportador es efectiva. En definitiva, se trata de facilitar el suministro de ciertos medicamentos.

En definitiva, la organización Mundial del Comercio no eliminan de forma total los impedimentos a los países africanos, pues no acaba de decir que los países en vías de desarrollo puedan importar copias baratas desde los países con medicamentos patentados.

Por lo menos ahora las noticias sobre la falta de disponibilidad de los medicamentos básicos para los países pobres pasa a figurar en un lugar prioritario en las agendas internacionales a consecuencia de los conflictos entre interés público y ambición de las empresas multinacionales.

Estas cuestiones involucran en sus tira y afloja , por un lado, a diversas organizaciones no gubernamentales comprometidas con el tema, y por otro, a un puñado de compañías farmacéuticas de enorme tamaño y recursos, y sus respectivos gobiernos, principalmente Estados Unidos y la Unión Europea.

[La propiedad intelectual no puede dejar fuera de su perspectiva a los países africanos]

La Organización Mundial de la Salud se ha convertido en el ring en el cual los ricos y los pobres mantienen su particular batalla. Así, los países en vías de desarrollo como el grupo liderado por Brasil y Kenia esperan que la OMS abandere la promoción de la investigación de las enfermedades desatendidas como por ejemplo el paludismo o la tuberculosis, que desgastan principalmente a las poblaciones del Tercer Mundo.

Según los datos suministrados por la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF), la organización internacional mantiene una inercia que lleva a que de los 1.556 nuevos medicamentos que se comercializaron en el mundo entre 1975 y la actualidad, sólo 21 estaban destinados a paliara las enfermedades desatendidas.

En cualquier caso, podemos concluir que el entramado de la propiedad intelectual no puede dejar fuera de su perspectiva a los países africanos, ni los países africanos deben perder el referente del entramado de los derechos de patente y de autor.

Los países ricos deben tener claras excepciones para ayudar e incorporar a los países africanos al complejo mundo de la producción y de la comercialización, y por ende a lo derivado de los derechos de propiedad intelectual.

Los países africanos, a su vez, necesitan hacer un esfuerzo para ir sacando a flote todas las posibilidades que, en muchos campos, les podría proporcionar los derechos de propiedad intelectual. Y, acorto, plazo saben que en materia de medicamentos y de ciertas fabricaciones básicas les urge tener un apoyo en estas cuestiones, sea de la OMPI o de otras instancias: así también se enseña a pescar y se hace desarrollo.