Ahora Chevron-Texaco pretende desconocer el fallo que en su contra dictó la corte de Sucumbíos, que la obliga a pagar 19.000 millones de dólares.

El procurador general de Ecuador, Diego García Carrión, aseguró que ha solicitado reiteradamente al Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya que ordene, a la petrolera Chevron el cese de la campaña de desprestigio contra este país andino.  Mentiras que han amplificado medios nacionales e internacionales.

Red de redes en Defensa de la Humanidad, formada por hombres-mujeres libres, con capacidad de razonar, amantes de la vida, de la Naturaleza, NO  aceptamos los daños causados por esta empresa americana, Chevron-Texaco en la Amazonía ecuatoriana.   Los daños ambientales ocasionados son aún visibles en la Amazonía ecuatoriana pese a que la empresa salió del país hace 20 años. En aquel momento se inició el juicio, que ahora, pasados los años, con veredicto en su contra, no quieren acatar. Se trata de una responsabilidad Universal.

Han ocasionado desplazamientos de los pueblos originarios  quichua, shuar, huaorani, zápara, achuar, shiwiar y andoa que, desde siempre, han vivido en aquellos parajes, junto a los ríos, que les proporcionaban su medio existencial. Allá tienen enterrados a sus ancestros.

Han envenenado aguas, han deforestado lo que han precisado, para su “industria” particular, su lucro personal.  Chevron jamás usó aislante, contaminando las aguas superficiales y la tierra. Esas piscinas mataron a miles de cabezas de ganado. No hay agua potable, no hay peces…

Fruto de la irresponsabilidad de Chevron-Texaco, que lanzó a los ríos un total de 18 mil millones de galones de desechos tóxicos, desaparecieron dos pueblos ancestrales: Tetetes y Sansahuari. La contaminación fruto de la explotación de 300 pozos, en cinco mil kilómetros cuadrados, fue arrojada sobre ríos y suelos.

El fraude de Chevron empezó hace muchos años, cuando la empresa fingió una remediación ambiental, maquillando la selva. En los 336 pozos que explotó la petrolera hay 880 piscinas sin protección que receptan los residuos. Las piscinas se ubican junto a los pozos petroleros y su función es contener los desechos que la explotación genera. En un manejo adecuado, estas piscinas son recubiertas con un material aislante que evita que los tóxicos propios de la extracción regresen a la tierra y contaminen las aguas superficiales.

Por todo ello, es imprescindible que la empresa pague por los daños causados, como exige el Juez. No es el pueblo ecuatoriano el que debe cargar con la irresponsabilidad de Chevron. Bastante sufrieron ya.

El Frente para la Defensa de la Amazonía (FEDAM), que aglutina a los 30.000 afectados demandantes, quería un juicio en Estados Unidos, país de origen de la petrolera; pero, convencida de que podía sobornar a los jueces ecuatorianos, Chevron logró ser juzgada en Ecuador. Ahora deslegitima esa misma justicia, la ataca, la desprestigia con su campaña millonaria.

La contaminación de las aguas ha obligado a las comunidades a organizarse y crear un sistema de recolección de agua de lluvia. Esta tampoco se puede ingerir directamente puesta está plagada de partículas tóxicas fruto de la quema indiscriminada de gas. Son muchos los fallecidos y  los afectados de cáncer.

Invitamos pues a que unan sus voces a las nuestras para exigir a Chevron, el pago de la deuda y sus intereses.