No está bien que se aplique el artículo 155 a Catalunya, no está bien. No está bien empecinarse en no escuchar, en mantenerse sordo a los gritos de la calle. No está bien resolver las demandas ciudadanas con amenazas y porrazos. No está bien encerrar a la libertad de expresión. No está, nada bien, impedir que el Pueblo exprese sus derechos en una urna. Nada de eso está bien.
No está bien enfrentar a media Catalunya contra la otra media, familias versus familias, amigos contra amigos. No está bien conducir al Pueblo a una aventura – aunque sea la más bella – sin saber, a ciencia cierta, qué perspectivas y qué futuro tiene. No está bien, adoctrinar a los niños, como no estuvieron bien aquellas clases de Formación del Espíritu Nacional. No está nada bien.
No está bien dar lecciones de Democracia y transparencia cuando se milita en partidos llenos de famosos corruptos. No está bien esgrimir la Constitución por toda respuesta, como tampoco está bien ir en contra de la Justicia. No está bien rechazar el diálogo o someterlo a posturas intransigentes e imposibles, aunque ambas partes se crean poseedoras de la razón. No está bien.
No está bien que hombres honestos estén en la cárcel, como no está bien que los deshonestos estén en la calle y en los despachos, como tampoco estuvo bien que, Felix Millet, el padre del ladrón, fundador de Omnium Cultural, luchara al lado del dictador contra la República democráticamente constituida. No está bien que, a estas alturas del siglo XXI, haya tantos separatistas y tantos separadores, fieles a sucesos ocurridos en el siglo XV o en el XVII. ¡Ya está bien!
No está bien que se envuelvan en una bandera y dejen a un lado las cosas que importan a las gentes y a su porvenir. No está bien que repriman las lenguas y las culturas, todas caben en un país plural, multicultural y políglota. No está bien odiar y despreciar al vecino. Nadie es superior a nadie. Ni nadie es mejor que nadie a priori. No está bien fomentar el fanatismo, la intolerancia, las fobias y la filias. Nada de esto está bien.
No está bien el maniqueísmo. No está bien echar más leña al fuego, porque las consecuencias serán de ignición. No estará, nada bien, votar a los políticos que nos han llevado a este desastre. No está bien no pensar; no está bien, aunque sea más cómodo.
Señor Jordi Siracusa: No está bien hacer comentarios subjetivos. No está bien denostar a España. No está bien que ciertos sectores independentistas comenten que España es un país colonizador. Entre otras cosas porque los países colonizadores se abastecían de los productos y materias primas de los colonizados. Entonces ¿Quién coloniza a quién? Y no está bien culpar de todo a España. No está bien creerse superiores al resto de los españoles. No está bien adoctrinar a los hijos de emigrantes en los paradigmas más rancios del catalanismo. No está bien culpar a España, cuando las autoridades catalanas han infligido flagrantemente la legislación. En fin, no está bien decir que Catalonia is not Spain.
Hola Dolores, ya le contesté al respecto en una página de facebook de una amiga común. No obstante, le respondo de nuevo y le agradezco que lea mis artículos. Es buena cualquier opinión y controversia. En este sentido me parece muy bien que no le gusten ciertos comentarios de los independentistas catalanes. ellos tienen su derecho a manifestarse y usted a no estar de acuerdo. De acuerdo con que no se debe adoctrinar a los niños ni a los jóvenes, es mejor darles una buena educación para que ellos sean capaces de discernir; también estoy de acuerdo con usted – y lo pongo en el artículo – de que nadie es mejor que nadie por haber nacido en un lugar o en otro.. No obstante, quiero dejarle claro de que nadie culpa a España, sino a ambos gobiernos que no han sabido, o no han querido, arreglar la situación. Espero que mañana les entre la cordura a todos. Ni dos millones representan el sentir de todos los catalanes, ni un gobierno en minoría debe aplicar el 155 para salvar su propia incapacidad de diálogo ni la falta de voluntad para arreglar las cosas. De acuerdo – y lo digo en el artículo – que Catalunya no debe ponerse fuera de la ley, pero defiendo que nuestra Constitución pueda ser cambiada para mejorar alguno de sus puntos. Cuando lo necesitaron sí se modificó el 135 sin preguntarle a los españoles. Con la mutua comprensión se consigue más que con represalias e intransigencias. Deberíamos, todos, desear que esto tuviese arreglo. Un saludo afectuoso.
Sr. D. Jordi: Comentarle que yo no tengo nada en contra de Cataluña. Al contrario, tengo amigos y familia catalanes y por agrado para mí, mis padrinos de bautismo eran catalanes.
La reforma de la Constitución creo que sería un proceso laborioso y concienzudo, pues a ver qué Títulos y/o artículos se podrían cambiar. El Título VIII, el Título II, …? etc. Y como bien dice usted, al haber políticos mediocres, pues no sé hasta qué punto lo harían bien. De ahí la máxima dificultad para emprender tan ardua tarea.
En cuanto al problema del independentismo, veo una fractura muy grande en España y en muchas ocasiones, muchos españoles nos sentimos agraviados, cuanto menos, denostados. Aunque usted, así no lo crea, así lo vivimos muchísimas personas del resto de España. Y aparte de los catalanes, diría yo de origen, veo que son mucho más intransigentes la segunda y tercera generación de aquellos otros españoles que emigraron a Cataluña.
El diálogo debe ser mutuo. Sí. Pero cuando ya no se quiere ser español ¿Qué clase de diálogo cabe? Francamente no lo sé. Y por otra parte, con la actitud del Parlament que no ha tenido en cuenta a la oposición, a la Constitución o al propio Estatut, no tiene legalidad ni legitimidad todo cuánto se ha hecho desde Septiembre a acá.
Bueno, la verdad, es que es un gran problema y lo veo ya como un desafío. Espero que se solucionen las cosas de la manera mejor posible para todos.
Gracias por su respuesta.