¿Eso qué es? Se preguntará el ciudadano en la cola del Inem o camino del colegio electoral el próximo domingo. Eso, amigos, es el pago exagerado de bonos por incentivación a directivos de bancos  y a los que podríamos añadir los de las multinacionales. En muchas ocasiones con dineros del rescate bancario, apoyo empresarial o incluso con los desembolsados para planes de despidos y cierres empresariales.

En caso de no cumplir con la exigencia, el Ejecutivo comunitario  llevará a España ante el Tribunal de Justicia. La reprimenda tiene carácter de “dictámenes motivados”,  el segundo estadio en el sumario de infracción comunitaria. Pero no sólo  España está amenazada con los tribunales. Grecia, Italia, Portugal, Polonia y Eslovenia también deben cumplir con la normativa. La controvertida Ley de Economía Sostenible faculta al Banco de España para exigir salarios coherentes para los ejecutivos de la banca y de las Cajas de Ahorro.

Pero, ¿quiénes son esos ejecutivos? Recordemos que durante la crisis, que todavía perdura, esos tipos compraban paquetes hipotecarios y otros valores de muy dudosa realización y que llevaron a la banca a serios aprietos que luego, todos, hemos tenido que solventar. Y mientras cientos de miles de desempleados buscan empleo, ellos imaginan en qué van a gastar el incentivo extra que percibirán a final de año.

Uno de esos ejecutivos es, sin duda, el director general del Fondo Monetario Internacional, Dominique Strauss-Kahn, que ha renunciado a su cargo por los cargos por presunta agresión sexual e intento de violación y que ha dado con sus huesos en una de las cárceles más peligrosas de Estados Unidos. El ciudadano francés, con su carnet socialista en el bolsillo, habitaba en una suite de 3.000€ diarios y se paseaba en coches de lujo, y no es una presunción, es un hecho; un abuso equiparable al anterior.

En la Puerta del Sol en Madrid se exhibe un cartel que dice: No hay pan para tanto chorizo y de eso hablan los concentrados en distintas capitales. Y para evitar que sus conversaciones afecten la voluntad de los votantes la Junta Electoral Central ha tomado el acuerdo  de prohibir las concentraciones el fin de semana. Ustedes se preguntaran ¿y la libertad de expresión?Pues precisamente de eso tratan los movimientos de ir consiguiendo, paso a paso, una democracia real, tanto en participación como en derechos. Lo otro amigos, es sólo la sombra de aquello que pudo haber sido y que todavía no es.

Para mayor insensatez la Junta propone que, en el día de reflexión, los medios de comunicación no influyan en la voluntad del votante, por tanto mañana no pienso escribir ningún artículo, mañana, amigos míos, estaré como reza un cartel en la puerta del Sol: “Cerrado por Revolución. Disfruten las molestias”.