reforesLa iniciativa, que se concentra en la recuperación de terrenos públicos y privados, cuenta con el asesoramiento de instituciones científicas especializadas en el área forestal y con el financiamiento de cinco grupos de inversión que prometieron contribuir con 365 millones de dólares para dar inicio a los trabajos de restauración de bosques.

¿Pero qué posibilidades tiene este proyecto, que lleva el nombre de Iniciativa 20×20, de llevarse a cabo y cuán eficaz es una propuesta como ésta para frenar el cambio climático?

Opiniones divididas

“Es una iniciativa muy ambiciosa y refuerza el acuerdo general en las negociaciones sobre clima que dice que los bosques y las tierras restauradas pueden ser una herramienta efectiva para combatir el cambio climático”, señala Navin Khadka, corresponsal de Medio Ambiente de la BBC y enviado especial a la cumbre. Hay que recordar que cerca del 20% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero son producto de la deforestación, y, esta región del mundo ha perdido cerca de 200 millones de hectáreas de bosque.

En teoría, “este puede ser un proyecto viable en cuanto a la efectividad de los bosques para absorber cantidades masivas de dióxido de carbono de la atmósfera”, dice Khadka, pero la clave está en cómo se pone en práctica. “Si podrá implementarse o no es la pregunta que todos se están haciendo ahora en Lima”, explica Khadka, el cual añade: “La cuestión no es sólo restaurar los bosques, sino también tomar decisiones sobre el futuro de la gente que vive en ellos, mientras se toma en cuenta al mismo tiempo los intereses comerciales, entre los que se incluyen la minería y la tala legal e ilegal”.

Por otra parte, la iniciativa depende en gran medida de la inversión de empresas privadas. Esto puede representar una ventaja, pero también una desventaja. “La opinión está dividida en torno a este tema”, dice Khadka. “Algunos creen que el sector privado es efectivo a la hora de aportar dinero y hacer que el proyecto marche, a diferencia del sector público”. Otros, en palabras del corresponsal, creen que se trata “de una aventura arriesgada, porque el sector privado espera un retorno de su inversión y, si algo va mal, abandonarán sin más a las comunidades y desaparecerán. Eso es algo que habrá que poner a prueba”.

Síntomas, no causas

El proyecto se propone restaurar los bosques en áreas taladas, y añadir árboles en zonas que actualmente se utilizan como tierras de cultivo o para criar ganado, a fin de crear áreas que puedan almacenar dióxido de carbono. “La restauración de tierra en la región es también un elemento esencial para promover la equidad y la reducción de pobreza, fomentar el desarrollo en comunidades rurales pobres, y lograr un futuro bajo en carbono y más resiliente”, afirmó Gabriel Vallejo, ministro de Ambiente de Colombia, durante la presentación del proyecto.

“Conforme el mundo se prepara para lograr un acuerdo sólido para combatir el cambio climático en 2015 en París, la restauración será clave para que los países de América Latina alcancen a cumplir sus metas de emisiones y avancen hacia un futuro bajo en carbono”, explicó Andrew Steer, presidente del World Resources Institute (WRI), una de las organizaciones que apoya la iniciativa.

Sin embargo, no todos creen que ésta sea la forma más idónea de combatir el calentamiento global. “El problema fundamental es que quieren resolver el cambio climático atendiendo los síntomas y no las causas”, le dice a BBC Mundo Ricardo Navarro, director de CESTA, una organización no gubernamental de El Salvador, que forma parte de la ONG Amigos de la Tierra y que participa de la conferencia COP20 en Lima.

“El cambio climático no se ha producido porque han destruido los árboles, el problema es que nuestra interacción con la tierra, con la forma en que obtenemos nuestros recursos, como disponemos de los desechos, como comerciamos, todo ese es el sistema político económico y, en su afán de generar ganancia, el sistema no respeta ni el planeta ni el medio ambiente, generando cambio climático y erosión de la diversidad”, afirma Navarro.

¿Proyecto destinado al fracaso?

Walter Vergara, coordinador científico de la iniciativa, cree que la restauración de los suelos no podrá completarse para 2020, pero confía en que antes de esta fecha los proyectos en cada país hayan dado su puntapié inicial.

Por otra parte, Navarro no cree que se pueda confiar en la propuesta de los ministros ya que aún no han logrado ponerse de acuerdo para reducir las emisiones de carbono. “Yo creo que, como tantas otras cosas en el pasado en las que se han gastado miles de millones de dólares, esta iniciativa no va a traer los resultados que se necesitan”.

“Lo que aquí se necesita es promover situaciones económicas que contribuyan a mejorar las condiciones sociales y ambientales. No podemos tratar de plantar árboles sin pensar en la gente”, afirma Navarro. “Este tipo de proyectos están destinados al fracaso”, concluye.

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