Decían, en aquel momento, que se trataba del mayor robo de la historia hasta aquel entonces. Era el 8 de agosto de 1963, ayer hizo 50 años. Todos estábamos consternados ante semejante acto.

Por lo visto estuvo bien tramado, y los ladrones encontraron más dinero del esperado. La banda recibió condenas por un total de 307 años de prisión.

Pasados los años, los ladrones se han multiplicado, los hay no importa el país, religión, ideología, sexo… Roban millones, NUNCA les pasa nada, siguen en sus puestos, solo en alguna ocasión alguno de ellos sirve de cabeza de turco para que los demás puedan seguir medrando a su antojo.

Alardean ante propios y extraños, “si entro en prisión otros muchos, poderosos, me acompañaran…” La mayoría no usan pistolas ni metralletas, sus armas más notables son la MENTIRA-ENGAÑO. Armas que matan pueblos y naciones, que cierran bocas, que dejan sin comida, sin agua, sin trabajo, sin techo, a millones de seres humanos y, NO les pasa nada…

Necesitamos un nuevo orden mundial, como afirma Federico Mayor Zaragoza: un nuevo FMI, y nuevas estructuras democráticas que conformen un futuro digno, con trabajo-salario que permita vivir, saciar el hambre y la sed, construir paz, alegría, sensatez, sentido común, poniendo al ser humano, en el centro del universo.