mgallardo1Tal y como propone la organización, esta cumbre fiscal debería desarrollarse en el marco de la Conferencia Internacional sobre Financiación del Desarrollo de Naciones Unidas, que tendrá lugar el Etiopía en julio de este año, e involucrar a todos los países en igualdad de condiciones.

Según denuncia Oxfam, los países en desarrollo que, apunta la organización, pierden cada año 100.000 millones de dólares como consecuencia de abusos fiscales de grandes empresas, ven negada su participación en igualdad de condiciones en la reforma del sistema fiscal internacional que ahora está en marcha. Esto significa que más de un tercio de la población mundial está siendo excluido de este proceso. “Es una profunda contradicción que un país como Luxemburgo, un paraíso fiscal, esté en la mesa de negociación, mientras Sierra Leona, castigado por el Ebola y que pierde cada año por la evasión y elusión fiscal más que su presupuesto entero en sanidad, se queda al margen”, afirma Susana Ruíz, responsable de Justicia Fiscal en Oxfam Intermón.

Oxfam ha destacado también que una de las prácticas de lobby a las que las grandes empresas dedican más esfuerzos es a influir sobre cuestiones tributarias, con el mero objetivo de mejorar sus condiciones. Y añaden que el sistema fiscal internacional actual está aún plagado de inmensos agujeros que hacen permiten el traslado artificial de beneficios de países de alta tributación hacia paraísos fiscales. Y también tiene un claro sesgo que privilegia la generación de ingresos fiscales en países de renta alta frente a los países en desarrollo. Este doble rasero no se resolverá sin una participación de todos los países en igualdad de condiciones, asegura Oxfam.

“No puede haber un sistema fiscal internacional justo si el proceso de toma de decisiones no es también justo”, afirmó Byanyima en Davos. Oxfam recibe con satisfacción los esfuerzos internacionales para reformarlo, pero advierte de los desequilibrios por el excesivo peso de empresas y paraísos fiscales mientras otros países son excluidos del proceso. “Permitirías que una empresa tabacalera participase en la redacción de una política para la prevención del cáncer? ¿O que otra de comida rápida participara en la elaboración de una política para promover una dieta saludable? Entonces ¿porqué debemos permitir que paraísos fiscales diseñen un sistema fiscal internacional aún más injusto?”, concluyó Byanyima.

“Estamos viendo cómo el incremento de la desigualdad económica está frenando, incluso revirtiendo, alguno de los logros en la lucha contra la pobreza. Es urgente una reforma del sistema fiscal internacional que garanticen que las empresas paguen lo que les corresponde en los países donde generan el beneficio real, para asegurar una mejor redistribución de la riqueza”, afirma Susana Ruiz, responsable de Justicia Fiscal de Oxfam Intermón.

compromisorse.com