Históricamente, este conflicto surge en la lucha por un territorio protagonizada por dos sociedades con diferentes proyectos. A esto se sumó la intervención de las dos superpotencias en tiempos de la Guerra Fría. Y para complicarlo, aún más, se produjo la intromisión de otros países vecinos que desembocó en varias guerras. Este enrevesado escenario se enmaraña más debido a los componentes religiosos e ideológicos.

Sin duda, el protagonismo tradicional lo tuvieron el Estado israelí y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), aunque actualmente han surgido otras fuerzas palestinas como Hamas o Hezbulláh.

Con una situación estratégica en la costa mediterránea, entre el Nilo y Mesopotamia, esta zona ha tenido una larga historia de ocupación por diversas culturas. Desde hace milenios, pueblos y civilizaciones han controlado este minúsculo territorio, dando lugar a una mezcolanza étnica y confesional que se mantiene hasta nuestros días. Al mismo tiempo, posee un gran valor simbólico, ya que este territorio es cuna de las grandes religiones del monoteísmo y que continúan viéndolo como la tierra fundacional: la Tierra Santa para los cristianos, la tierra prometida para los judíos y alberga lugares sagrados para los musulmanes.

La raíz del problema está en el siglo XIX. Dentro de las provincias de predominio árabe en el interior del imperio otomano surgieron movimientos nacionalistas que exigieron su liberación. Igualmente, en la Europa de los nacionalismos radicales florece el sionismo, que propugnaba la creación de un Estado para toda la diáspora judía. El sionismo fue, básicamente, un movimiento laico, aunque se fijó en Palestina, donde tiene sus orígenes el judaísmo para edificar su objetivo de tener un Estado. Ya a principios del siglo pasado, el sionismo apoyó los asentamientos de judíos en Palestina, en este territorio bajo control otomano. Los asentamientos se multiplicaron bajo el mandato de los británicos entre el año 1920 y el año 1948. Hay que recordar que la figura del “mandato” fue diseñada por la Sociedad de Naciones como un instrumento para llegar a la independencia de las colonias de los países derrotados en la Primera Guerra Mundial: sería la forma de preparar su independencia.

[La comunidad judía declaró unilateralmente la creación del Estado de Israel en mayo de 1948]

Otras antiguas colonias del imperio turco fueron llegando a su independencia, pero Palestina prosiguió bajo administración colonial. Cuando la comunidad judía alcanzó una dimensión, pese a ser la minoritaria, comenzaron los problemas. Su proyecto de puso de manifiesto cuando el yichuv (comunidad judía en Palestina) pasó a crear instituciones autónomas, como si fuera un Estado independiente. Poco a poco creció una espiral de violencia entre árabes y judíos. Entre los años 1936 y 1939 se produjo una sucesión de revueltas árabes que llevó a pensar en lao piedad en la partición del territorio en dos Estados.

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Al finalizar la Segunda Guerra Mundial y previo al abandono del Reino Unido de esta zona, la recién creada Organización de Naciones Unidas propuso la partición del territorio y la creación de dos Estados (el judío y el árabe). Fue la Resolución 181 de noviembre de 1947. Dicho plan se rechazó por la parte árabe, ya que se veía en el mismo la legalización de los asentamientos judíos.

La comunidad judía declaró unilateralmente la creación del Estado de Israel en mayo de 1948. Esto llevó a la primera guerra árabe-israelí por la intervención de los Estados vecinos en defensa de los palestinos. La guerra fortaleció a Israel, provocó el éxodo de los palestinos y amplío el territorio ocupado por los israelíes. Las zonas de Cisjordania y Gaza quedarían bajo administración de Jordania y Egipto, Así se desvanecía la propuesta de crear un Estado palestino y la ciudad de Jerusalén quedaba dividida.

El Estado de Israel se posicionó junto a los intereses europeos frente a los nacionalismo árabes (como muestra se puede recordar el conflicto del Canal de Suez en 1956), por lo cual obtuvo el favor político y económico de los europeos. Igualmente, después del genocidio cometido por los nazis, Israel se fijó como único territorio seguro para los judíos.

En sus primeros años, Israel se consolidó como Estado y favoreció la llegada de judíos. En el otro extremo, debido a la guerra perdida, los palestinos vieron frustrado su derecho a tener un Estado. Diseminados en diversos países y con divisiones internas, sus reacciones apenas se quedaron en algunos acosos a Israel. Por aquel entonces, 1964, surgió la Organización para la Liberación de Palestina, OLP.

En todo este tiempo, Israel tuvo que ponerse a prueba rechazando las guerras que sus vecinos árabes entablaron contra él: la guerra árabe-israelí de 1948, la Guerra de los Seis Días de 1967 y la Guerra del Yom Kipur de 1973.

[Cisjordania y Gaza han estado bajo ocupación militar israelí desde 1967]

Dados los continuos ataques a la seguridad de Israel, éste toma la decisión de dar una mayor profundidad a sus líneas defensivas, al mismo tiempo que asegura el abastecimiento de un recurso esencial como es el agua. Así, en junio de 1967 Israel ocupa los altos del Golán sirio, el Sinaí egipcio y las franjas de Cisjordania y Gaza. De esta forma, Israel se apodera de todo el espacio palestino incluido en el Mandato. Aunque, no los anexiona debido a que no expulsa a la población árabe, y, además, de esta forma no aumenta la población palestina con pasaporte israelí.


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Cisjordania y Gaza han estado bajo ocupación militar israelí desde 1967. Esto conllevó el estado de excepción de forma permanente, que implica una autoridad y unas leyes militares, el control de los nacionalistas palestinos, situaciones de expropiación de las tierras a favor de colonos judíos (actualmente se estima en 150.000 colonos en los territorios que han sido ocupados y 170.000 en la parte de Jerusalén Este), la presencia de acuartelamientos militares y la subordinación económica de la población palestina a Israel. También se acusó a Israel de intentar una “judeización” de Jerusalén Este; ante lo cual los isralíes piensan que están en su ciudad.

En 1979 el gobierno egipcio renunciaría a sus demandas sobre la zona de Gaza y Jordania lo hizo respecto a Cisjordania en el 1988. Esto fue recogido en sendos tratados de paz, en los que se reconoció al Estado de Israel.

A lo largo de los años ochenta y noventa, la OLP supo organizar un Estado en el exilio y lograr reconocimiento y apoyo internacional utilizando varias vías: la utilización del terrorismo y lucha armada, la diplomacia con ciertos países, la organización de la población refugiada y la obtención de financiación. De manera progresiva, la OLP fue admitiendo la división territorial a cambio de consolidar los derechos de libre determinación, la creación de un Estado palestino y el retorno de los refugiados.

No obstante, al final ni el terrorismo ni la lucha armada de los palestinos consiguieron sus frutos, por lo cual, en 1987, los palestinos del interior toman la iniciativa y desencadenan un levantamiento en Cisjordania y Gaza. La intifada implicaba una resistencia a la ocupación y la desobediencia civil.

En plena revuelta, en junio de 1988, el gobierno jordano se desvinculó de Cisjordania, y en noviembre el Consejo Nacional Palestino proclamó el Estado de Palestina.

Al terminar la Guerra del Golfo se produjo un cambio geopolítico en la zona. Iraq se quedó debilitada como potencia regional, con la consecuente reorientación de las alianzas en Oriente Medio y el debilitamiento de la OLP. Esto propició el que los Estados Unidos forzaran una negociación entre israelíes y palestinos.

[El lánguido proceso de paz se rompe cuando en el año 2000 brota la segunda intifada]

En octubre de 1991, Madrid acogió la Conferencia Internacional de Paz para Oriente Medio, con la participación de Israel y los Estados árabes. Los palestinos fueron representados por líderes de los territorios ocupados, dentro de la delegación de Jordania. En la negociación se articularon dos mesas de negociación: reuniones bilaterales entre Israel y sus vecinos árabes para resolver sus problemas concretos y reuniones multilaterales en lo tocante a asuntos generales como refugiados, cooperación económica, agua, seguridad, etc.

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En 1992 con la llegada al poder de los laboristas israelíes se retoman las negociaciones. Inmediatamente surgieron las negociaciones con los palestinos y se vio la necesidad de negociar con la OLP. Este proceso llevaría a que en septiembre de 1993 se firmara el Acuerdo de Oslo entre Israel y la OLP. En este Acuerdo ambas partes se reconocían y se comprometían en una Declaración de Principios para el autogobierno de los palestinos (DOP).

En la Declaración se fijaba un período transitorio de 5 años, para fomentar la confianza mutua, se establecería una primera área autónoma y se abordarían progresivamente diferentes aspectos de la disputa. Dicho Acuerdo se recibió bien por la mayoría de la población palestina de los territorios ocupados y, también, por la población israelí. Como no podía ser de otra forma, hubo oposición de ciertos grupos de ambas partes. Igualmente, el Acuerdo recibió un apoyo casi unánime de la comunidad internacional.

Resultado del Acuerdo fue que en los meses posteriores se estableció una administración autónoma palestina, la denominada Autoridad Nacional Palestina (ANP), que tenía competencias limitadas y estaba circunscrita a Gaza y Jericó. Se puso en marcha una policía palestina, se procedió a liberar a presos palestinos, se autorizó la vuelta de dirigentes de la OLP, etc. En la DOP, procediendo con cautela, los litigios más delicados (los refugiados, los colonos, Jerusalén y el Estatuto definitivo de la entidad palestina) se dejaron para una segunda fase.

Del lado palestino, los opositores al proceso de paz fueron liderados por los grupos islamistas. Y en bastantes ocasiones estos grupos llevaron a cabo atentados terroristas indiscriminados contra israelíes. Por su parte, Israel respondió con el cierre de fronteras, retención de presos palestinos, etc. Al mismo tiempo, continuó con la confiscación de tierras, la colonización y la “judeización” de Jerusalén.

En el mes de septiembre de 1995 ambas partes firmaron los Acuerdos de Taba (Oslo II). De esta forma, se produjo una ampliación a las áreas autónomas a las mayores ciudades de Cisjordania, y las competencias de la ANP se reforzaron. No obstante, Israel prosiguió con el control de los territorios palestinos. Durante 1996 se llevaron a cabo las elecciones palestinas, en las cuales Arafat fue legitimado para presidir la ANP, al tiempo que se eligió un Consejo Legislativo.

[La cuestión demográfica es vital en el conflicto entre isrealíes y palestinos]

En el lado israelí también se produjo la oposición israelí al proceso. Los ultranacionalistas acusaron de traición y la población israelí sintió inseguridad ante la constante violencia palestina. En el mes de noviembre de 1995 se produce el asesinato del primer ministro israelí Isaac Rabin, por un extremista judío. Finalmente, los laboristas, que defendían el proceso de paz, se mostraron incapaces de dar seguridad a su población. De esta guisa, perdieron las elecciones en mayo de 1996.

El gobierno del conservador Benjamin Netanyahu pretendió estar en dos posiciones contrapuestas: continuar con las colonizaciones y con el proceso de paz. Por ello, pone la responsabilidad de garantizar la seguridad de Israel en la ANP. Esto implica que crezca la desconfianza, se detiene la negociación y vuelve la violencia a la calle.

El lánguido proceso de paz se rompe cuando en el año 2000 brota la segunda intifada, coincidiendo con el máximo histórico que alcanzaban las mayores concesiones. Aunque se quiso acusar de desencadenar la intifada a que Ariel Sharon visitó la zona exterior de la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al-Aqsa de Jerusalén, provocando las iras árabes, sin embargo no fue así. Sharon había obtenido el permiso de visita del jefe de seguridad palestina de Cisjordania, Jibril Rajub. Parece que detrás de la intifada estuvo al negativa de Yasser Arafat a aceptar la propuesta del primer ministro israelí Ehud Barak, ofreciendo el 95% de los territorios en disputa.

En el año 2005 Israel procedió a la retirada de su ejército y al desalojo de los ocho mil colonos instalados en la Franja de Gaza (Plan de retirada unilateral israelí).


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Además, Israel ha tenido en ocupación militar por veinte años una faja territorial en el sur del Líbano, la llamada por Israel «zona de seguridad», a consecuencia de los constantes ataques que desde el sur de Líbano se realizaban contra la población civil de las ciudades del norte de Israel por los grupos armados palestinos. Anteriormente en 1978 el Tsahal efectuó Operación Litani, con la finalidad de liquidar las bases palestinas en el sur del Líbano y desde las cuales se efectuaban infiltraciones guerrilleras de terroristas contra Israel.

La invasión israelí del sur del Líbano, comienza en junio de 1982 tras el asesinato del embajador de Israel en el Reino Unido, Shlomo Argov, por el grupo terrorista Abu Nidal. Esto forzó la huida de la OLP a Túnez. A su vez, esta vacío fue ocupado por otro grupo terrorista: Hezbollá (con el apoyo de Siria e Irán).

Los israelíes se retiraron unilateralmente de esta franja el 24 de mayo del año 2000 (acatando la resolución 425 del Consejo de seguridad de Naciones Unidas). Así el primer ministro Ehud Barak trató de buscar una paz con Siria y con el Líbano. Esta propuesta de paz fue rechazada por el régimen sirio, que mantuvo su presencia en el Líbano hasta 2005 y su sustento de carácter militar al grupo Hezbolá.

Durante julio del año 2006, a consecuencia del asesinato de ocho soldados israelíes en una emboscada en la frontera libanesa y el secuestro de dos soldados más por milicianos pertenecientes a Hezbollá, Israel se vio abocada a defenderse de ese «acto de guerra» y se disparó la crisis entre Israel y el Líbano de 2006.

Actualmente, la Autoridad Nacional Palestina prepara la realización del primer censo palestino después de una década llegado el caso de que fuera necesario para la aplicación de un posible acuerdo de paz en las actuales negociaciones mantenidas con Israel.

La cuestión demográfica es vital en el conflicto entre isrealíes y palestinos puesto que el rápido crecimiento de la población palestina juega a favor de las reivindicaciones de la parte palestina y podría compeler al gobierno de Israel a retirarse de las zonas ocupadas de Cisjordania, en las cuales la población palestina sobrepasa muy ampliamente a la de colonos israelíes.

Los palestinos mantienen una de las tasas de nacimientos más altas de todo el mundo. Ante esto Israel está obligado a plantearse la posibilidad de que sus ciudadanos, a pesar de la inmigración, se queden totalmente minoritarios en la zona entre el río Jordán y el Mediterráneo.

En estos momentos, parece que la actual administración norteamericana está forzando y facilitando una nueva negociación entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina ahora que el movimiento Hamás, que ha gobernado en los territorios autónomos de la ANP está de capa caída.

El éxito de esta negociación no es independiente de la postura que adopten otros Estados árabes y la propia OLP.