Los investigadores encontraron que el 41% de 140 muestras de agua subterránea tomadas en Catalunia, España, tuvieron niveles del herbicida mayores a aquellos considerados máximos, indicando que, a pesar de aquello que afirma Monsanto, el glifosato no se desnaturaliza rápidamente en el ambiente y que se está acumulando en cantidades preocupantes.

¿Por qué el descubrimiento de que el agua subterránea esté siendo contaminada es importante?

El agua subterránea es agua ubicada debajo de la superficie  del suelo. Ésta proporciona acuíferos, vertientes y surgentes. Si un químico como el Glifosato  puede moverse libremente hasta el agua subterránea  y es intrínsecamente resistente a ser biodegradado (después de todo es usado para matar/degradar cosas vivientes y no al revés) entonces que el ser humano esté expuesto a este herbicida de manera significativa a través del uso del agua es algo inevitable. Después de todo, de acuerdo al Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por sus siglas en inglés) sólamente en 2007 se usaron en los Estados Unidos unas 88.000 toneladas de glifosato.

Es importante tener en cuenta que el glifosato es considerado por la Agencia de Protección Ambiental (EPA por sus siglas en inglés )como un tóxico de Clase III, fatal para un adulto en una dosis de 30 gr, y ha sido ligado a más de 20 efectos adversos para la salud en la literatura médica.

Este estudio sobre la contaminación del agua subterránea se suma a otro descubrimiento muy preocupante realizado en Marzo de 2011, publicado en la revista científica Toxicología y Química Ambiental, donde los investigadores encontraron glifosato en el 60 y el 100% de las muestras de aire y agua analizadas, indicando que la contaminación por glifosato y su exposición son ahora omnipresentes en los Estados Unidos. Si el simple hecho de respirar hace que uno esté expuesto a este herbicida entonces nos damos cuenta que estamos lidiando con un problema de escala nunca antes vista. De hecho, se ha identificado al amplio espectro de toxicidad del glifosato como la causa potencial de la pérdida de bacterias vitales del suelo envueltas en la activación de nutrientes para el cultivo de alimentos en algunas regiones del mundo, indicando que la agricultura de transgénicos puede estar empobreciendo la diversidad microbiana del suelo, y finalmente la habilidad de éste de mantenerse fértil.

¿Quién es responsable de la contaminación del agua subterránea?

Monsanto es una corporación multinacional de biotecnología agrícola que está dominando en la actualidad el mercado de semillas genéticamente modificadas, cuyo 90% de acciones de mercado se encuentra en EEUU sólamente. Es también el mayor productor mundial de glifosato, cuyo nombre comercial es conocido como RoundUp entre otros nombres. Si Ud. come maíz o soja, o alguno de los diez mil derivados de estos dos productos, y ninguno lleva impreso el logo de certificación orgánica del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) Ud. está recibiendo el “doble mal de ojo” de Monsanto: la modificación genética de su salud (y expresión de genes) resultante del consumo de alimentos genéticamente modificados(  ya que literalmente somos lo que comemos!!), e incesante exposición química al glifosato , ya que todos los alimentos desarrollados por Monsanto han sido diseñados para ser resistentes al glifosato y por lo tanto están saturados de éste.

¿Es el glifosato el nuevo Agente Naranja?

El RoundUp no es el primer herbicida sistémico lanzado al mercado por Monsanto. La compañía admitió que desarrolló el Agente Naranja, un herbicida/defoliante, desde 1965 hasta 1969, que fue ampliamente usado durante la guerra de Vietnam. Se estima que este químico mató y diezmó unas 400.000 personas directamente y generó más de 500.000 nacimientos con malformaciones. La devastación real causada por el Agente Naranja se encubrió durante muchos años. Es probable que el RoundUp, y más específicamente su principal ingrediente activo: el glifosato, esté causando un grado similar de devastación tanto a nivel ambiental como de la salud humana bajo la supervisión sin control suficiente de las agencias reguladoras.

Se ha determinado claramente que el glifosato interrumpe y desequilibra nuestro sistema endócrino. Cantidades excepcionalmente pequeñas de este químico son capaces de imitar y/o interrumpir procesos hormonales, receptores celulares y comunicación celular. Estudios recolectados de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos asocia al glifosato con más de 17 acciones farmacológicas adversas, incluyendo carcinogenicidad, genotoxicidad (tóxico para el ADN) neurotoxicidad, hepatotoxicidad y nefrotoxicidad (toxicidad sobre las nefronas (unidades filtrantes del riñón).

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