Piedad-BonnettComo un depredador entraste en casa,
Rompiste los cristales,
A piedra destruiste los espejos,
Pisaste el fuego que yo había encendido.

Y sin embargo, el fuego sigue ardiendo.
Un cristal me refleja dividida.
Por mi ventana rota aún te veo.
(Con tu cota y tu escudo me miras desde lejos).
Y yo, mujer de paz,
Amo la guerra en ti, tu voz de espadas,
Y conozco de heridas y de muerte,
Derrotas y saqueos.

En mi hogar devastado se hizo trizas el día,
Pero en mi eterna noche aún arde el fuego.