Libertad, en su pequeña vida, ha podido saber de la alegría y la ternura del amor de su madre. Ha podido descubrir también el dolor por la pérdida de la mujer que le dio la vida.

La vida es una paradoja constante. Su nombre es signo de justicia  y con ella, directa e indirectamente, se está cometiendo una gran injusticia. A esta pequeña se le ha privado de la ternura y el amor de una madre, de tener una infancia sin dramas.

A la madre de Libertad la asesinaron mientras ella jugaba o dormía a pocos metros del asesino. Estuvo presente sin saberlo. Convivió con su madre ya asesinada en la misma casa.

Una atrocidad semejante es impropia de un ser humano racional, de quien se considera familia.

Vanessa Barrado es la madre de Libertad. Es y lo será siempre.

Vanessa Barrado es la madre de una niña que tardará mucho tiempo en comprender que sucedió, que crecerá haciéndose muchas preguntas. Tal vez se pregunte por qué quien decía querer a su madre, fue la persona que la asesinó, por qué quienes decían quererla protegieron al asesino de su madre.

El caso de Vanessa es dramático, duro de asimilar para su familia, para sus amigos, para cualquier ciudadano de bien. El caso de Vanessa es un despropósito cruel para cualquier mente sana.

Vanessa Barrado, no tuvo oportunidad de defenderse. A ella no le dieron oportunidad  de comenzar de nuevo. Cometió un error que todos podemos  cometer en ocasiones. Se enamoró de quien no la quería, pues alguien que te quiere no te quita la vida.

Más de 32.000 mujeres fueron víctimas de violencia de género en España en 2011. Son 155 víctimas por cada cien mil mujeres. Más de la mitad son mujeres de edades entre los 25 y 39 años.

Lo más triste de esta estadística es que  todas ellas tienen nombre.

Lo más triste de esta estadística es que todas ellas tienen una familia que las quiere.

Lo más triste de esta estadística es que, en una lista similar, se halla el nombre de Vanessa Barrado.

Lo dramático es que al realizar la estadística de 2012 nadie le preguntará a Libertad como recuerda a su madre. Como reían con las cosas sencillas de la vida, cuál era su cuento favorito al acostarse o cual su canción para escuchar al regresar del cole.

La vida de una mujer, de una madre, no puede ser un frio número en la estadística anual. La vida de una mujer bien merece una revisión de las leyes o una aplicación justa y lógica de las mismas.

Vanessa Barrado necesita que su hija crea en la palabra que le da nombre. Que crea en la justicia y la igualdad.

A Libertad no le pueden devolver la presencia de su madre, pero los tribunales si pueden llevar a la cárcel a quien asesinó y fue cómplice de este atroz delito.

Libertad y Vanessa necesitan justicia e igualdad.