El patrocinio cultural, la ayuda a la investigación médica o científica o la preservación medioambiental son causas escogidas por muchas empresas para retornar parte de los beneficios que obtienen de sus mercados.

Las empresas gestionadas con criterios de
Responsabilidad Social Corporativa desarrollan programas internos para sus empleados o fomentan mejoras para el tejido social apoyando iniciativas de Administraciones Públicas o de ONG. Estas Entidades No Lucrativas (ENL) suelen ser las preferidas por las empresas a la hora de seleccionar programas o proyectos con los que colaborar precisamente por su independencia con respecto a las Administraciones Públicas (aunque algunas son creadas por partidos políticos) y el destino de sus recursos a las causas para las que han sido creadas. Las ONG o ENL, principalmente Asociaciones o Fundaciones, tienen como fines de interés general las siguientes áreas básicas:

  • Acción Social (ayuda a nivel nacional a colectivos desfavorecidos como pueden ser discapacitados o afectados por la pobreza o la exclusión social);
  • Ayuda Humanitaria (auxilio básico y urgente en grandes catástrofes, mayoritariamente internacionales);
  • Cooperación al Desarrollo (apoyo a países en vías de desarrollo para fortalecer su tejido social, ampliar sus infraestructuras de saneamiento y comunicación, fomentar la posibilidad de creación de mercados que mejoren su economía, etc.)
  • Medio Ambiente
  • Cultura
  • Educación
  • Investigación médica y científica
  • I+D

Las empresas colaboran con las ENL principalmente realizando aportaciones en especie o en recursos humanos, haciendo desembolsos para financiar sus proyectos, ejecutando campañas de sensibilización para empleados, etc.

La colaboración de las empresas con las ENL es cada día mayor lo cual es beneficioso para ambos ya que, por un lado, permite que las empresas obtengan una deducción fiscal y una potenciación de su imagen y, por otro lado, permite que las ONG cumplan con sus objetivos, mejorando y ampliando sus fuentes de recursos más allá de las subvenciones de las Administraciones Públicas y de las aportaciones voluntarias de personas físicas.

El patrocinio cultural, la ayuda a la investigación médica o científica o la preservación medioambiental son causas escogidas por muchas empresas para retornar parte de los beneficios que obtienen de sus mercados

Las ENL desarrollan su fund raising con empresas mediante las más refinadas estrategias pues la competencia es cada vez más fuerte a la hora de “comercializar” sus proyectos y encontrar financiadores privados. Las mercantiles en muchas ocasiones se ven apabulladas por el gran número de ofertas de ONG y por la disparidad de buenas causas con las que colaborar… Claro está que las empresas escogen mayoritariamente los proyectos de ENL que mejor imagen o desgravación les aporten, siempre y cuando las ONG otorguen como contraprestación la suficiente transparencia como para que el donante pueda confiar en el destino de los recursos aportados y en el éxito del proyecto.

Al igual que en otros sectores, las malas prácticas y opacidad de una minoría de ONG frente a la ética y rigor de la inmensa mayoría del llamado Tercer Sector ha generado ciertos índices de suspicacia y desconfianza hacia las ENL. El gran reto de las ONG es la transparencia y una rigurosa gestión de tipo empresarial (aunque sus fines sean opuestos al de las mercantiles) liderada por la ética que permita mostrar con claridad lo adecuado de su actuación como personalidad jurídica.

Las Administraciones Públicas tienen pendiente la creación de una legislación y órganos de control similares a los mercantiles para las ENL que permitiera al tercero interesado obtener información pragmática en un plazo de tiempo razonable para confirmar transparencia de la ONG con la que desea colaborar.

En España es destacable la iniciativa privada de la Fundación Lealtad que con sus guías de la transparencia y las buenas prácticas de las ONG (la última del 2006), ha conseguido en cinco años que ya sean 115 las ENL que han presentado sus estados financieros y otras informaciones para que cualquiera conozca como cumplen, entre otros, los principios de claridad y publicidad del fin social, de transparencia en la financiación, de control en la utilización de fondos, o de cumplimiento de obligaciones legales.