Los indígenas aislados de Perú son muy vulnerables a las enfermedades que traen los foráneos. © Anon

“Al permitir a las empresas operar en esta región, el Gobierno de Perú está violando flagrantemente la legislación internacional. Survival cree que es muy importante investigar esta situación lo antes posible y que el Gobierno prohíba a las empresas trabajar allí. Si no se hace, algunos de los ciudadanos más vulnerables del mundo podrían ser exterminados”,

reza el texto de la carta que Survival ha enviado al relator especial de la ONU para los derechos indígenas, James Anaya.

Perenco, una de las empresas, ha admitido recientemente que ha transportado 50.000 toneladas de “material y productos de consumo” a la región, describiéndolo como el equivalente a “siete torres Eiffel”. Perenco está a la espera de que el Ministerio de Energía de Perú le conceda permiso para construir un oleoducto de 207 km de largo y que afectará a la selva en una extensión de 500 m a cada lado de la construcción.

Las otras empresas, Repsol YPF y ConocoPhillips, han solicitado permiso para desarrollar 454 km de líneas sísmicas como parte de su estrategia de exploración petrolífera. Según los científicos, esta parte de la selva tropical es uno de los lugares con mayor biodiversidad de toda Latinoamérica.

El llamamiento de Survival a la ONU se produce algunos meses después de que el Gobierno peruano intentara expulsar a un ecologista británico, Paul McAuley, por denunciar los abusos medioambientales y de derechos humanos en el norte de Perú.

El director de Survival, Stephen Corry, ha declarado hoy: “Esto es algo de enorme importancia para los pueblos indígenas de todo el mundo. Se planean enormes operaciones petrolíferas que destruirán la selva y podrían diezmar a dos pueblos indígenas”.

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