Justicia climática y alimentación
Ha llegado un momento en la historia en que los problemas alimentarios y de salud, sea desnutrición, subalimentación, mortalidad, etc., no están relacionados con la …
Ha llegado un momento en la historia en que los problemas alimentarios y de salud, sea desnutrición, subalimentación, mortalidad, etc., no están relacionados con la …
La noticia no abre informativos ni ocupa grandes titulares, pero su impacto en nuestra vida cotidiana es importante; tanto, que acabará decidiendo qué se come en Europa.
Ir a un restaurante, decir que no comes carne y que te ofrezcan pechuga de pollo. Una situación que todavía pasa a día de hoy.
En 2050 seremos casi 10.000 millones de habitantes, y eso son muchas bocas que alimentar. La producción agrícola debería aumentar un 70% en el caso de saciar a todas, no solo para producir verduras: también carne. ¿Cómo puede solucionarse?
Desde siempre conocemos que la relación entre el cuerpo y el alimento es mediada por la tierra y la semilla, sin embargo en el último siglo la intensa urbanización y el crecimiento de las ciudades han introducido una brecha muy grande incorporando fundamentalmente a la industria que fabrica y vende alimentos, a tal grado que pareciera que para comer ya no son necesarias la semilla y la tierra, sino solamente el dinero y la tienda.
Nunca como ahora nos hemos interesado tanto por la comida y a la vez hemos comido tan mal.
La globalización alimentaria, al servicio de los intereses de las grandes empresas, han convertido la comida en simple mercancía.
Hablar de la teta es a menudo motivo de conflicto. Si las das, si no la das, si tienes leche, si dicen que no tienes.
La Organización Mundial de la Salud ha elegido como tema del Día Mundial de la Salud 2015, que se celebró éste pasado martes, la inocuidad de los alimentos. En la presentación del DMS se explica que los alimentos que contienen bacterias, virus, parásitos o sustancias químicas nocivas causan más de 200 enfermedades diferentes y son responsables de unos 2 millones de muertes cada año.
Los datos son contundentes: cada hogar español tira a la basura 76 kilos de comida al año.