Política a golpe de tweets
Por Uruguay estamos en campaña electoral. Primero una interna, donde cada partido político elige su candidato a presidente y luego, por noviembre, la presidencial. Lo …
Por Uruguay estamos en campaña electoral. Primero una interna, donde cada partido político elige su candidato a presidente y luego, por noviembre, la presidencial. Lo …
Hay algo que todas las tonterías que vemos a nuestro alrededor nunca podrán cambiar, y es el derecho a la opinión y al juicio, en …
Esta es una misiva que no llegará nunca a su destino porque no conviene. Sin embargo, quiero escribirla. Y quiero redactarla porque es una de tantas perspectivas, casi todas respetables, que tratan de ordenar el actual momento político.
Bajo la luz de las candelas – la electricidad es ya muy cara -, cuentan los viejos del lugar a sus nietos que Madrid es un paso para ir al cielo, la calle Génova un paso para el infierno y que Espe, la marquesa dimitida, tenía una charca donde los guapos donceles se le convertían en ranas peludas.
El propósito de este encabezado es el de establecer, desde el respeto, una metáfora simpática pero significativa de lo que está ocurriendo en el PSOE.
Aprovechando que estoy actualmente inmerso en la lectura del gran clásico de ciencia ficción ¿SUEÑAN LOS ANDROIDES CON OVEJAS ELÉCTRICAS?, la historia en la que se basa el guión de la no menos clásica BLADE RUNNER, quiero expresar mi más ferviente y apasionado deseo de que en 2017 se produzca la muerte colectiva, súbita y, en la medida en la que esto sea posible, dolorosa de las máquinas.
A veces la actitud esconde nuestra propia debilidad. El sábado vimos en el Congreso de los Diputados dos políticos de equivocados talantes.
¿Quién se ha llevado mi queso? es una magnífica narración del escritor y psicólogo estadounidense Spencer Johnson sobre el cambio. Cuatro divertidos personajes andan buscando su queso metafórico, es decir, el objeto de sus vidas: ya sea el amor, el dinero, la libertad, el reconocimiento, la salud o el chollo político.
Confieso que estoy tan harto del bloqueo político actual como la mayoría de españoles, que quisiera que nuestros representantes se entendieran de una vez para formar gobierno, pero a tenor de las formas de cierto filibustero y su tripulación de bucaneros, sólo puedo decir una cosa. Ni quiero a Alí Babá, ni a sus 40 ladrones en el Gobierno de España.
Ochos meses después, seguimos en tiempo de prórroga. Y el Partido Popular parece sentirse cómodo. Sigue manteniendo el control del balón, y de las políticas, con una mayoría absoluta “en funciones” que le permite continuar aplicando las mismas medidas de siempre. En total, como quien no quiere la cosa, 1715 días en el Gobierno, y lo que queda.