Los países ricos en recursos naturales como petróleo, oro, cobre y diamantes a menudo sufrieron lo que se denomina “la maldición de los recursos” que dejó a muchas personas en peores condiciones. Los donantes externos, si bien respaldaron al no siempre financiaron proyectos que generaran rendimientos económicos adecuados o que respondieran a las necesidades de desarrollo local. La deuda se fue acumulando en los diversos países hasta un nivel insostenible. Además, Africa se ve golpeada por la malaria y el SIDA, que tiene efectos devastadores en términos económicos y humanos.

Sin embargo, parece que esto está cambiando para mejor. En casi todos los países africanos, los dirigentes han sido elegidos democráticamente. El proceso de toma de decisiones es cada vez más participativo. Se ha reducido el número de países en crisis, aunque sigue habiendo conflictos en algunos países y regiones. La aplicación de sólidas políticas macroeconómicas y de reformas económicas está dando resultado: las economías están creciendo con mayor rapidez y de formas más sostenida que antes, y la inflación se está reduciendo.

Los niveles máximos históricos de las reservas de los países productores e importadores de petróleo los protegen frente a shocks externos, como el último alza de petróleo. Los países que están aplicando reformas económicas se han beneficiado de montos sin precedentes de alivio de la deuda. Además, la comunidad internacional ha prometido aumentar de forma considerable los recursos de ayuda en los próximos años, ofreciendo a los países africanos una oportunidad totalmente nueva para liberar recursos e invertir en capital humano y fijo con el objetivo de fomentar el crecimiento sostenible. Los inversionistas extranjeros se han dado cuenta de estos cambios y se muestran cada vez más interesados en el continente africano, tanto en los mercados de deuda interna como en la inversión directa en la extracción de recursos naturales.

Si bien el crecimiento económico se ha acelerado en muchos países, debe traducirse en mayores aumentos del nivel de vida de toda la población en general

Este cambio en el entorno económico obedece en gran medida a la visión incorporada en la
Nueva Asociación para el Desarrollo de Africa (NEPAD), establecida por la Unión Africana en julio de 2002. Presenta una concepción según la cual Africa, con la estrecha colaboración de los donantes internacionales, asume la responsabilidad de su propio desarrollo. Para respaldar estos objetivos de buen gobierno, la NEPAD adoptó el Mecanismo Africano de Evaluación Paritaria, que permite evaluar los avances en materia de gobernabilidad política, económica y empresarial.

fotoEl desafío que afrontan ahora los gobiernos africanos es llevar a cabo esta visión. Si bien el crecimiento económico se ha acelerado en muchos países, debe traducirse en mayores aumentos del nivel de vida de toda la población en general. Los gobiernos se enfrentan ahora a un dilema. Se han recibido cantidades de dinero sin precedentes de alivio de la deuda procedente de donantes multilaterales y bilaterales y promesas, que aún no se han materializado, de que la comunidad internacional aumentará la ayuda. Por lo tanto, la población tiene grandes expectativas de que mejorarán los servicios sociales de salud y educación, y las infraestructuras, como carreteras puertos y energía. Al mismo tiempo, los gobiernos deben asegurarse de que el aumento del gasto sea compatible con la capacidad de absorción y los esfuerzos por mantener la estabilidad macroeconómica y bajas tasas de inflación, y evitar la asignación ineficiente de los recursos presupuestarios como en épocas precedentes. Esto requiere una gran habilidad.

La mejora de la sostenibilidad de la deuda y la situación económica también están atrayendo a muchos prestamistas nuevos, tanto privados como oficiales. Los gobiernos están tentados de contraer nuevos préstamos en términos no concesionarios si no pueden satisfacer las necesidades de mayores gastos mediante recursos concesionarios. Al mismo tiempo, necesitan ser muy cautelosos a la hora de contraer nuevos préstamos no concesionarios para salvaguardar la sostenibilidad de la deuda. También deben tener en cuenta las condiciones de estos préstamos: por ejemplo, los que están vinculados con el comercio bilateral o los que suponen hipotecar las exportaciones futuras para su reembolso. Del mismo modo, en cuanto a la inversión extrajera directa, en recursos naturales o en otros sectores, los gobiernos deben tener cuidado a la hora de otorgar concesiones tributarias o de otra índole que pudieran drenar los ingresos futuros.

Los desafíos y tareas que afrontan estos países son enormes y exigen gobiernos e instituciones sólidos. También será necesaria la ayuda de la comunidad internacional, en el fortalecimiento de las capacidades y en asistencia financiera, según el propio programa de desarrollo de cada país. Si se implementan adecuadamente, las reformas podrían cambiar de forma sustancial la vida de los ciudadanos del continente africano.

{salto de pagina}

MUESTRAS DE LA RECUPERACIÓN

El crecimiento experimentado por
Africa recientemente ha sido importante. El crecimiento del PIB real del Africa subsahariana ascendió a un 5% en 2005 y 2006, y alcanzará el 6% en 2007. Los exportadores de petróleo de Africa, como Angola, Guinea Ecuatorial, República del Congo y Nigeria, se han beneficiado del alza del petróleo y el aumento de la producción, pero el crecimiento también es importante en los países importadores de petróleo. Cabe destacar con respecto a años anteriores que el crecimiento económico es de base amplia: la tasa de crecimiento de la mitad de los países importadores supera el 5% 2006 y 2007.

El creciente repunte del crecimiento económico ha contribuido a compensar el aumento de la pobreza que muchos países experimentaron en los años noventa, pero deberá pasar algún tiempo hasta que los beneficios netos sean significativos

El vigoroso crecimiento mundial ha activado la demanda de exportaciones de Africa. Los auges económicos de China e India han contribuido a aumentar la demanda de una serie de productos básicos provenientes de Africa como cobre, hierro, oro y petróleo, que han impulsado los precios al alza. Los países que no exportan productos básicos también se han beneficiado de la evolución favorable del crecimiento mundial, y los flujos de ayuda (incluido el alivio de la deuda) han contribuido a moderar el impacto de las variaciones desfavorables de los términos de intercambio.
foto

Sin embargo, aunque el crecimiento se ha traducido en un aumento del ingreso per cápita de alrededor del 3%, porcentaje muy superior al promedio del 0,8% de 1997-2001, este nivel es muy inferior al 5% que necesita Africa para alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio (ODM) de reducir la proporción de la población de 1990 que vive con menos de un dólar diario antes de 2015. El creciente repunte del crecimiento económico ha contribuido a compensar el
aumento de la pobreza que muchos países experimentaron en los años noventa, pero deberá pasar algún tiempo hasta que los beneficios netos sean significativos. Entretanto, están en peligro los avances logrados hacia los otros ODM; se prevé que por lo menos el 40% de los países africanos no alcanzarán los objetivos de salud y educación.

OBSTÁCULOS AL CRECIMIENTO

Pese a que Africa ha logrado mejores resultados económicos en los últimos años, su comercio sigue rezagado. Desde 1970, el intercambio de Africa ha crecido a un ritmo equivalente a tres cuartas partes de la tasa mundial y a solo la mitad de la de Asia. La participación de Africa en el comercio mundial ha caído del 4% en los años setenta al 2% en la actualidad. Su apertura comercial también ha aumentado más lentamente que en otras regiones en desarrollo, y en 2001 Africa reemplazó a América Latina como la región con más restricciones al comercio. Sin embargo, desarrollar el comercio sigue siendo esencial para impulsar el crecimiento.

En las exportaciones de Africa siguen siendo prioritarios los productos primarios: los combustibles representan alrededor del 40%, y los productos agrícolas más del 25%. Solamente unos pocos países, como Zambia y Kenia, han logrado diversificar parte de sus exportaciones, pero la participación de las manufacturas en las exportaciones totales de Africa se ha estancado en alrededor del 30%, muy por debajo de la registrada en otras regiones en desarrollo. Además, los países africanos exportan una cantidad limitada de manufacturas de bajo valor añadido que, en muchos casos, son materias primas semielaboradas o productos que gozan de acceso preferencial a los países industriales.

El reciente aumento de la demanda mundial de productos básicos puede haber convertido esa concentración en una ventaja coyuntural para África

No obstante, el reciente aumento de la demanda mundial de productos básicos puede haber convertido esa concentración en una ventaja coyuntural para Africa. Aunque esta sigue comerciando principalmente con países industriales, la proporción de exportaciones a países en vías de desarrollo ha crecido en más del doble desde 1990. La región ha respondido a la oportunidad creada por la industrialización de Asia y su mayor demanda de recursos naturales, y hoy destina a ese continente alrededor del 25% de sus exportaciones. China e India concentran el conjunto de un 10% de la exportaciones y de las importaciones de Africa y han emprendido importantes inversiones en el continente negro.

Los países en desarrollo están absorbiendo más exportaciones africanas de productos textiles y de confección (consideradas como una punta de lanza de las exportaciones de manufacturas), hecho importante para el futuro crecimiento del sector. Las importaciones provenientes tanto de los países en desarrollo como de los desarrollados son fundamentalmente productos manufacturados. Entre los productos importados de países en vías desarrollo predominan los bienes de consumo, aunque son significativas las importaciones de maquinaria y equipo de China e India. Si bien la competencia de los bienes de consumo importados preocupa a los productores locales, su bajo coste, su bajo coste ha beneficiado a los consumidores.

{salto de pagina}

La deficiencia de la evolución de las exportaciones africanas obedece a muchas causas.

  • inestabilidad macroeconómica: hasta hace poco tiempo los países africanos registraban altas tasas de inflación y grandes déficits fiscales y en cuenta corriente. La base endeble de recursos humanos e infraestructura, las deficiencias del marco legal y reglamentario y de la gestión de gobierno, junto con importantes distorsiones de política, han elevado el costo de hacer negocios en la región.
  • sesgo antiexportador: ese sesgo persiste en la política comercial, pese a que se eliminaron muchas barreras no arancelarias y el arancel promedio ha bajado del 22% en 1997 a 15% en 2006.
  • estructura arancelaria escalonada: las tasas arancelarias aumentan generalmente según el grado de procesamiento del producto. Tal estructura pone en desventaja al sector primario, especialmente l agrícola, cuyos precios al productor están deprimidos a causa del monopolio estatal de la comercialización de las exportaciones y de las restricciones a la importación y las subvenciones que aplican los países industriales. La estructura arancelaria también alienta la sustitución de importaciones en el sector manufacturero.
  • políticas infructuosas: Africa ha intentado emular los incentivos a las exportaciones aplicados en Asia y en otras regiones y procurado atraer inversión directa. Sin embargo esas medidas no parecen haber servido de mucho.
  • ambiente de negocios desfavorable: aunque los países africanos han reducido los aranceles de nación más favorecida, podrían hacer mucho más por mejorar el ambiente de negocios, ya que sino las reformas de política no estimularán el comercio. Por ejemplo, las pérdidas de suministro eléctrico representan un promedio del 7% de las ventas en Etiopía y Zambia, y 10% o más en Eritrea, Kenia y Senegal. Otro factor importante que desalienta las inversiones es la corrupción.
  • falta de competitividad los precios altos que tiene en Africa los bienes y servicios no comerciales restan competitividad al sector comercial. Los precios globales son el 31% más altos de lo que cabría esperar en función de su ingreso, mientras que en China y Asia meridional son respectivamente el 20% y el 13% más bajos. Esta sobrevaloración del tipo de cambio real, junto con la escasez de aptitudes y la brecha tecnológica, quizás explique la razón de que las empresas manufactureras de Africa son mucho menos productivas que las de otras regiones.
  • altos costes indirectos: estos costes, (entre ellos la energía, la tierra, el transporte, las telecomunicaciones, la seguridad, los seguros y la comercialización) reducen el valor añadido y las utilidades de las empresas africanas. A menudo estos altos costes son resultado de un deficiente marco legal y reglamentario.

Los países africanos han intensificado sus esfuerzos por ampliar el comercio con sus vecinos mediante acuerdos regionales de comercio. Aunque también se están negociando acuerdos de asociación económica con la Unión Europea, la mayoría de los acuerdos regionales de comercio (actualmente 30 en todo el continente, de los cuales cada país participa en cuatro como promedio) se han suscrito entre países africanos.

En principio, los acuerdos regionales de comercio pueden brindar beneficios importantes a los países africanos, especialmente a aquellos sin salida al mar cuyo comercio puede verse beneficiado por los correspondientes acuerdos de tránsito. Pero salvo en unos pocos casos, como el de la Unión Aduanera de Africa Meridional y la Unión Económica y Monetaria del Africa Occidental, el diseño y la aplicación de los acuerdos regionales de comercio africanos presentan deficiencias. En la mayoría de ellos se trata solamente de los aranceles, e incluso de las reducciones arancelarias a menudo son objeto de amplias excepciones y largos periodos de transición. Algunos países han demorado la reducción de los aranceles temiendo perder ingresos, y a otros les resulta difícil cumplir con los múltiples y a menudo contradictorios compromisos emergentes de su participación simultánea en varios acuerdos de este tipo

A nadie se le escapa que

África
debe reforzar este punto del comercio para estabilizar índices constantes de desarrollo.

Entretanto, la buena noticia es el incremento de algo de riqueza para estos países y, lo que es mejor, la visualización de un posible mejor escenario de futuro para sus gentes.