¿Y ahora qué?
La noche electoral dio alguna sorpresa, más de una satisfacción, indignación por la injusticia de la ley que la regula y sobre todo, la constancia de que el bipartidismo ha cedido votos, espacio y asientos a los nuevos partidos emergentes cambiando la fisonomía política del país y obligando a imaginar otro escenario muy distinto al que hasta ahora había tenido la política española. Sobresaltados, muchos se preguntan: ¿Y ahora qué? Ahora, amigas y amigos lectores, es el momento de que se imponga la democracia participativa.