El derecho a una muerte digna
Es indudable que los dos derechos fundamentales que tiene todo ser humano son el de la vida y el de la libertad. Precisamente por ese doble derecho inalienable, cuando el de la vida está gravemente afectado por unas condiciones de salud extremas e irreversibles, donde la existencia depende de medios extraordinarios, conectada a maquinas de supervivencia o sometida estados vegetativos, debemos preguntarnos si se está procurando por la vida o prolongando innecesariamente la agonía. Es entonces cuando, en función del derecho de libertad, el afectado o sus allegados deberían poder elegir la posibilidad de una muerte digna.