En La Paz coexisten las costumbres del mundo occidental con los valores ancestrales heredados por las culturas aymará y quechua. En el centro de la ciudad, en el llamado “casco viejo” uno puede transitar por estrechas calles en medio de antiguas construcciones coloniales.

El origen de la ciudad se remonta con la llegada de los españoles en 1532, implantándose una nueva estructura política institucional, apoyada en la explotación de los recursos naturales preciosos (oro y plata), en el sitio de una villa Inca, como una estación a lo largo de la caravana desde las minas de plata de Potosí a Lima. Las Leyes de Indias, configuraron un tejido urbano ortogonal y fueron el punto de partida del crecimiento y conformación de la ciudad.

El fundador de la ciudad fue el capitán Alonso de Mendoza, a quien le otorgó el Virrey de la Gasca una provisión u orden escrita con fecha 8 de septiembre de 1548, instruyéndole que buscase un sitio adecuado y que allí erigiese una ciudad a la que debía dar la nominación de “Nuestra Señora de la Paz” y que tuviese “mayor número de buenas costumbres que de leyes”. Su nombre conmemora la restauración de la paz después de la guerra civil que siguió a la insurrección de Gonzalo Pizarro contra Blasco Núñez Vela, primer virrey del Perú.

La ciudad de La Paz fue construida en base a un trazado de manzanas cuadradas y calles rectas en torno a la Plaza Mayor, como todas las ciudades españolas en América, mantiene aún estas características en parte de la zona central. Debido al desarrollo no planificado de la ciudad, ésta se extendió en forma lineal, condicionada por la existencia de múltiples ríos y quebradas.(2) Durante los primeros años de su existencia no contaba con más de medio centenar de vecinos.

A la ciudad de La Paz se le pueden observar distintas etapas de desarrollo, las cuales podemos situar en cuatro: una a partir de su fundación, otra a raíz de que se presenta el movimiento independentista y la cual se extiende hasta principios del s. XX; una más que la situamos en los treinta del pasado siglo, y finalmente, una que aparecería a fines de la década pasada y principios de ésta.

LA CIUDAD COLONIAL (S. XVI-XVIII).

El emplazamiento central de la ciudad se estructuró a partir de la Plaza de Armas (hoy Plaza Murillo) en donde lo central lo representaba el cabildo y la cárcel. En derredor de la plaza se delinearon una serie de calles orientadas, por medio de una traza ortogonal, siguiendo las ordenanzas que con respecto de la construcción de las ciudades en las Indias, emitió Carlos V. Así, el trazo de damero adoptado por la ciudad colonial, se diferenció de otras zonas creadas posteriormente por quienes han ido adoptando un crecimiento “espontáneo”.(3)

De acuerdo a ordenanza del 14 de noviembre de 1549, al año de haberse asentado en el valle de Chuquiago, Juan Gutiérrez Paniagua es nombrado alarife para que haga la traza “de manera que las calles de esta ciudad vayan derechas (…) y a cada vecino y morador su solar” debiendo cobrar “por cada solar que midiere, un peso y por cada chácara que midiere, dos pesos”.

En octubre de 1550 la autoridad colonial prohíbe a los vecinos cambiar el cauce de acequias y arroyos que pasen por las calles o sus solares (domicilios) bajo pena de que a su costa vuelvan a colocar por donde pasaban, “más paguen todo el daño y perjuicio”.

Asimismo se prohibía que se dé en propiedad, para huertas o chacras, terrenos donde haya juncos y totoras (planta perenne, común en esteros y pantanos) “de los que están dentro de media legua de esta dicha ciudad en río y fuera de él”, ya que estos vegetales son alimento básico para los caballos y otras bestias de carga.

El 1 de junio de 1551 el Cabildo emite una Ordenanza prohibiendo que ningún cacique, indio o español corte árboles de molle (hermoso árbol de copa frondosa, coloridos frutos y diversos usos que hacen de él una especie muy productiva), en un radio de tres leguas a la redonda de la ciudad, fijando multas de 30 pesos a los españoles que corten, a los indios 50 azotes en el rollo de la ciudad, y a los españoles que hubieren mandado cortar se les multaría con 25 pesos.

El molle, árbol nativo, hoy casi extinto en La Paz, era abundante en el valle paceño y su madera fue utilizada en la edificación de viviendas y edificios públicos, sobre todo en la armadura del techo para tirantes, viguetas y cabríos.

En 1551 el Corregidor Lorenzo de Ávila y Carvajal empieza el pavimento con piedras de las primeras calles. El 4 de mayo de 1551 el corregidor capitán Alonso de Mendoza pide permiso al Cabildo para ausentarse a Larecaja y delega sus poderes a los alcaldes ordinarios. El motivo de su retiro es enfermedad; sin embargo en esos parajes (Tipuani, Simaco y Cha- paca), explota oro “sin título alguno” y sólo haciendo uso de su autoridad.

El 5 de junio del mismo año, las autoridades del Cabildo deciden que las tierras de Alonso de Mendoza en Larecaja, sean de la ciudad. Luego, según las Actas Capitulares del 14 de agosto, las autoridades eclesiásticas solicitan al Cabildo que la casa del difunto Mendoza se les preste para depositar el Santísimo Sacramento y celebrar los oficios divinos. La casa de Mendoza estaba en una acera de la plaza y colindaba por la parte de arriba con casas del marisca Alonso de Alvarado, por tanto estaba en la acera donde actualmente se halla el Palacio Legislativo.

En 1555 el Cabildo instituye que se vendan los solares, pero no hubo compradores, anulando al año siguiente la disposición. Las extensas tierras de las encomiendas las distribuyen gratuitamente a los pioneros en los campos de “Afuera el pueblo”. El agua para la nueva ciudad venía de Munaypata.

En enero de 1557 se construye el puente de San Francisco, primera obra vial paceña dirigida por el carpintero Francisco Herrera, que hizo la construcción con madera y usando mano de obra indígena.

En 1558, el alarife Mateo Paniagua ejecuta el Proyecto de traza de damero, con 46 manzanas regulares y Plaza Mayor Central desde donde entonces se ubican en la Plaza los principales edificios civiles y gubernamentales de la ciudad, como el Cabildo,la Catedral y los solares destinados a las autoridades nobles.(4) Hoy en día, forma lo que es el centro de la ciudad; ésta fue llamada ciudad blanca, pues al otro lado de los ríos se establecieron los caseríos de los naturales, cada uno bajo un santo patrón: San Francisco, San Pedro, San Sebastián y Santa Bárbara, conformando a la ciudad india. Esta última, sin relación con las leyes de Indias y, conquistando el espacio natural, trató de imitar esa ciudad “del Frente” en otra topografía, lo que acarreó, desde su origen, un desorden sin ninguna planificación del suelo edificable; ésta es una de las contradicciones que tiene La Paz.

En el mismo año de 1558 el corregidor Ignacio Aranda pone los cimientos del Cabildo o Casa Pretorial que estaba donde actualmente se ubica el Palacio Quemado.

A principios del siglo XVII, en 1605, empieza a construirse la Catedral que estaba al lado del Cabildo. Los jesuitas construyen su convento e Iglesia del Loreto donde hoy está situado el Palacio Legislativo; a su lado había una casona con portales y arcos de piedra, lugar donde se cobraban las alcabas y tributos. El cuartel de la Milicia se ubicaba en la cuadra frente al Cabildo (actualmente ocupado por el Círculo Militar). De esta forma, los poderes de la nueva ciudad (gobierno espiritual y militar) demostraban su presencia en el centro mismo de la nueva ciudad.(5)

Al comienzo de la colonización, la ciudad de La Paz se abastecía de productos de primera necesidad provenientes de España. Se traía trigo, azúcar, algodón, arroz, etc. Poco a poco entorno a la ciudad se fueron cultivando productos de primera necesidad llegando, incluso, a generar excedentes. Así, al decir de Sempar Assadourian, el nivel de producción regional alcanzado influyó directamente en la intensidad del tráfico mercantil.

La Paz, después de 1610, adquirió mayor importancia debido a la fundación del Obispado y a que se comenzó a producir en un centro artesanal importante. Los obrajes paceños, que estuvieron durante dos siglos en manos de la familia Chirinos y de la compañía de Jesús, fabricaban medias y calcetas de lana y algodón al igual que sombreros de toda calidad y precios. En el siglo XVIII la producción artesanal de telas se vio incrementada por la creación de una fábrica de hilados de oro y plata que, al igual que la de telas, tuvo como a su primer comprador la ciudad de Potosí.(6)

La población, un siglo después de la fundación de La Paz, según un censo de 1650, señala que la población que vivía en La Paz había aumentado notablemente: los españoles sumaban 414; los mestizos llegaban a mil y los indios a siete mil.

Plano de La Paz (1781-82)

En la Plaza San Francisco se ubica la Iglesia de San Francisco, que data del año 1549. Se reedifica entre 1753 y 1790, y está considerada como una de las mejores arquitecturas del barroco-mestizo americano. Los tallados fueron realizados por artesanos mestizos que representaron e hicieron una mezcla entre el arte europeo con el alma nativa, torre adosada, cúpula de media naranja, en la portada tiene 16 columnas salomónicas cubiertas con una decoración floral, dos mascarones de reminiscencia Tiwanacota, figuras femeninas relacionadas con la fertilidad, en la parte superior el escudo de la orden franciscana, en su interior se puede apreciar ocho retablos barrocos del siglo XVIII el altar mayor posee una rica platería, cuadros coloniales, etc. También es significativo del interior el púlpito, tratado con pan de oro.

El estilo barroco lo encontramos en la fachada de la Iglesia de Santo Domingo, totalmente trabajada en piedra. El edificio se construyó entre los siglos XVII y XVIII y se encuentra situada en Yanacocha. Este maravilloso templo, que cuenta con una bella fachada barroca labrada en piedra, es una de las construcciones más sorprendentes de toda la ciudad de La Paz. Destacan las hermosas columnas salomónicas ornadas con racimos de uvas, la linda ventana con papayas y papagayos, muy característicos del barroco mestizo, y la capilla privada.

El Templo de San Pedro fue una iglesia de indígenas que estaba a las afueras de la ciudad, hoy lo encontrará en la Plaza Sucre. Esta iglesia de estilo colonial que posee cuadros virreinales, data del siglo XVI y era para los indios, en 1781 fue incendiada por el cerco de Tupac Katari y en 1790 es reconstruida, tiene un arco de medio punto, de los lados se elevan torres y en frente posee un atrio con un pequeño jardín, en su interior se puede apreciar el retablo y el púlpito de estilo barroco y a los costados se puede apreciar pinturas de la escuela cuzqueña y del Collao.

Otro templo que merece la pena visitar es el Templo de la Merced, situado en la calle Comercio esquina Colón. No muy lejos se erige la Iglesia del Carmen del siglo XVIII, cuyo interior guarda un magnífico frontal sagrado de plata.

FACHADA DE IGLESIA BARROCA (Foto gentileza de Marco Vega Rodríguez)

La arquitectura civil, al igual que la religiosa que acabo de señalar, tiene gran importancia a lo largo del siglo XVIII en la ciudad de La Paz, destacando, dentro de la corriente de estilo Barroco, el Palacio de los Marqueses de Villaverde, lugar que alberga al Museo Nacional de Etnografía y Folklore. Fue construido en 1730 y presenta un estilo de arquitectura colonial distribuyéndose alrededor de tres patios.

El patio principal, era aquel donde alrededor se encontraban las dependencias principales de la familia de los marqueses, bodegas, acceso al salón de honor, un arco triunfal de medio punto y su remate de arco mixtilíneo, con un escudo blasónico esculpido en piedra. El segundo patio estaba destinado a las dependencias de servicio entre ellos los cocineros del palacio. Este presenta arquería de piedra.Finalmente el tercer patio se destinó a los ambientes de apoyo como las caballerizas y depósitos. (7)

El Palacio de los condes de Arana es una construcción barroca de 1775. Cuenta con 2 entradas y está dividida en 3 plantas; la inferior, la central (la de honor) y la superior. Destacan el pintoresco patio de piedras blancas y negras, la bella fuente, las escalinatas y los arcos trabajados en piedra. En su interior se conserva un rico patrimonio cultural y colonial en el que destacan pinturas de la época colonial y contemporánea y mobiliario diverso. Prominentes ciudadanos, comerciantes y propietarios importantes tenían tiendas y casas en sus inmediaciones. (8)

Por ser el reducto de la élite local, el centro de la ciudad tenía las mejores condiciones, contaba con iluminación por las noches y concentraba la mayor cantidad de pilas y fuentes de agua. Los ritos cívicos y religiosos más importantes se realizaban en la plaza:las ceremonias se realizaban en la plaza: las ceremonias religiosas (procesiones, fiestas patronales y cortejos fúnebres); los actos cívicos y militares (posesión de autoridades,desfiles y revistas de tropa, pregones y lectura de bandos); la justicia también se aplicaba en este espacio, donde ejecutaban las penas corporales a los criminales. Era un espacio simbólico de consagración y recreación del poder, desde donde se aseguraba la presencia de las autoridades coloniales y se irradiaban la cultura europea.

LA PAZ EN EL SIGLO XIX.

La ciudad de La Paz,tanto por la propia descripción como por la Guía topográfica, aparece dividida en dos partes por el río Choqueyapu. La primera, al norte, era asimilada a las faldas del Calvario, y la segunda, al sur, a las faldas del Alto. Por la antigua existencia de una encinta fortificada que se encontraba alrededor de la ciudad, la zona norte fue llamada “dentro de puentes” o “intra-puentes” y la del sur “fuera de puentes” o “extra-puentes” correspondiendo esta separación a la antigua división entre la residencia urbana española y las tierras de las comunidades que circundaban la ciudad. Entre ambos espacios, los puentes constituían la articulación pero también la separación.(9)

Las parroquias intentaban sustituir a los 23 barrios que existían y parecían “enrevesados” pues respondían a otra lógica: las referencias previas eran lugares comprendidos entre uno y otro punto geográfico, como por ejemplo Conde-Huyo que designaba a todo lo comprendido entre la plaza de Churubamba, la calle de los Molinos y el río, y que en realidad eran 2 calles (y el barrio), una de las cuales estaba en sentido transversal a la otra; puntos de referencia de conventos como por ejemplo el de Santo Domingo que designaba a toda la manzana donde se encontraba; lugares de expendio de ciertos productos como el tambo de Harinas, nombre que se aplicaba también a la calle hoy llamada Sagárnaga, etcétera. Es decir, que de alguna manera se dejaba que la vida cotidiana y sus habitantes se encargaran de nombrar las calles por las que transitaban. Pero el crecimiento urbano, la “modernidad” y la “civilización” imponen otra lógica: a los barrios sin delimitaciones precisas se les aplica números y cuarteles, a los nombres indígenas de calles que pueden continuar con vaivenes aquí y allá se sobreponen nombres criollos. Se rebautizan entonces las calles aunque todavía se utilizan tanto las denominaciones antiguas como las recientes. Así Ichocato y Laguacato, relarcionados a pequeños mercados de ichu, fueron reemplazados por Ballivián y Loayza; Huturuncu, nombre del antiguo cacique mítico de Chuquiabo, por Santa Cruz, Capacanavi por Linares, Larcapata por Jiménez, Loroqueri por Murillo, Oruro, Cochabamba y Recreo, etcétera. Esto significa que al líbre albedrío de barrios y nombres se impone la lógica de un orden que asig na límites definidos y regulados por el Estado a través de su municipio.(10)

De entre los edificios civiles y religiosos que se construyeron, o mejoraron sustancialmente, a lo largo del s. XIX, caben destacar los siguientes:

Casa de Pedro Domingo Murillo. Se trata de la casa de la que fue la vivienda del protomártir Don Pedro Domingo Murillo, gestor de la Revolución del 16 de julio de 1809. La casa fue construida a principios del siglo XIX y ha sido declarada monumento nacional. Destacan, en sus dos plantas,el patio de piso empedrado en el que se levanta una fuente de piedra labrada y una escalinata de tipo imperial del siglo XVIII.

Los ambientes de la casa fueron transformados en salas de exhibición. En ellas se observa el mobiliario, las pertenencias personales del revolucionario que fueron traídas desde Suri (Pueblo natal del protomártir), obras de platería, cuadros coloniales y republicanos. La salas de Muebles, de Presidentes, de Artesanía, la Pinacoteca Colonial, Monografía de Murillo,sección Etnográfica además de la sala de la Conspiración, Oratorio y el Dormitorio en el que vivió Murillo, sobresalen en el conjunto habitacional. (11)

La Universidad  Mayor de San Andrés. El edificio se construyó en 1830 y  El 11 de agosto de 1831 la Asamblea General Constituyente de Bolivia, reunida en la ciudad de La Paz, ley para el inicio de los estudios universitarios. Esta ley fue promulgada por el presidente de la República Andrés Santa Cruz y por el ministro del interior Mariano Enrique Calvo, con fecha 13 del mismo mes de agosto.

Fueron establecidas diez cátedras, las cuales debían otorgarse sólo por oposición. Estas cátedras eran de gramática castellana, latina: filosofía, literatura, economía política, jurisprudencia, cánones e historia eclesiástica, teología dogmática y pastoral, escritura y moral.

Para que el catedrático entrase a desempeñar sus funciones era necesario que se graduase de doctor en aquella facultad si no lo estaba. Los cursos se abrían el 29 de noviembre de cada año, con excepción del de filosofía en que el nuevo cursó se instalaba cada dos años. (12)

Catedral de Nuestra Señora de La Paz. Fue construida en 1556 y reedificada en 1831. Considerada como la Basílica Mayor, lugar donde se realizan la mayor parte de las ceremonias religiosas oficiales del gobierno de Bolivia. Iglesia de estilo Neoclásico, su fachada  está dividida en dos cuerpos; el interior con cinco portadas de las cuales la central está flanqueada por tres columnas corintias adosadas, con una decoración grecorromana, el portón tiene grabados en bronce con una cúpula de metal, sus escalinatas y la base del coro se hizo de mármol italiano con incrustaciones y altorrelieves de bronce.

En su costado izquierdo existe una capilla donde se guardan los restos del Mariscal Andrés de Santa Cruz y Calahumana. También cuenta con un mu- seo de arte sacro. (13)

Antiguo Teatro Municipal. La construcción del Teatro Municipal de la ciudad de La Paz tardó más de diez años, se inició durante el período presidencial del Mcal. Andrés de Santa Cruz (1829-1839) y se terminó, en todos sus detalles, durante el gobierno del Gral. José Ballivián, el año 1845.

El estilo arquitectónico del Teatro Municipal es pionero en Sudamérica, en el periodo republicano. Su primer diseño es una réplica de uno de los más importantes teatros venecianos de la época y es el más antiguo de toda Sudamérica.

Inicialmente, la fachada era sencilla,estaba dividida en tres calles que resaltan sobre el edificio decorado sobriamente con platabandas y entablamento; durante el siglo XIX se transformó la fachada para presentar dos pilastras dóricas que flanquean el portal, sobre ellas descansaba, y aun lo hace, un frontón con el escudo de La Paz.

Aún conserva intacto su interior, tomando en cuenta que en 1861 sufrió cambios que resultaron en pérdidas de gran valor. Su fachada fue remodelada en 1910 y posteriormente en 1961. El techo del teatro, pintado por Lemetyer, que presenta alegorías de la música y el teatro y los medallones, cuyas pinturas retratan a los genios de la literatura, la lírica y el teatro, como Cervantes. Shakespeare o Wagner, se mantienen en buen estado de conservación desde la primera construcción. (14)

A lo largo del siglo XIX, y muy especialmente, a fines de dicho siglo, la burguesía pacense se hace notar en la ciudad.A los tradicionales comerciantes ambulantes se suman las “principales casas comerciales”. Se trata de los grandes almacenes generales que proveían artículos comestibles finos, a cargo de extranjeros como Steintert, Richter, Jerdes, Granier, etc. y bolivianos como Cusicanqui, Levy, Bustillos. Estos se ubicaban en gran parte alrededor del sector izquierdo de la plaza Murillo (Junín,Socabaya,Comercio…). Las tiendas de artículos de vestir y a la moda se encontraban muy cerca, en las calles Comercio y Mercado. Otras tiendas importantes en cuanto a número eran las dedicadas a la compra y venta de materias primas exportables al interior y exterior como café, quina, más alejadas del centro, principalmente en la calle Recreo y Sagárnaga

El activo comercio con ultramar explica también la presencia de los bancos como el Banco Nacional de Bolivia (en la calle Ingavi) que ofrecía relaciones con Tacna, Valparaíso, Londres y París, y por otra el Crédito Hipotecario de Bolivia cuyo domicilio legal se encontraba en La Paz y su oficina en la calle Junín, con sucursales en Cochabamba, Sucre y Potosí.

La guía para el viajero de Nicolás Acosta tiene una parte destinada a los profesores de Ciencias y Artes, por una parte, y a los artesanos, por otra. Entre los primeros situó a los abogados,arquitectos, ingenieros, bordadores, dentistas, escultores, impresores, grabadores de metales, médicos….Entre los segundos, a los armeros, bauleros, carpinteros, cigarreros,curtidores, lavanderas, peluqueros, plateros, sastres, sombrereros…Los abogados estaban numericamente muy por encima de los profesionales de la salud y de la construcción

En cuanto a los lugares en los que se encontraban los artesanos nombrados por Acosta, es interesante remarcar que la mayor parte de ellos se encuentra alrededor de la Plaza 16 de Julio (Plaza Murillo). Es por tanto muy claro que los artesanos de los otros barrios casi no existen para la mirada y para la Guía de Acosta.

Otra ausencia es la de la industria. Para 1880 no había ningún establecimiento de tejidos, de pólvora (antes Paraíso hasta 1858), de fósforos (abandonada por 1850) o de galvanismo. Sólo existían 2 cervecerías: de Wolf Ale xander y Cia., en la calle de la Recoleta y de Violand y Cia., a la entrada del Prado; 2 curtidoras, en la calle Cardón (de Nuñez) y en el Prado (de Prialet); 1 empresa de alumbrado por gas en el Prado (de Gaspar Solá,Ricar do Ballivián, Carlos Compte, José L. Cornejo), una empresa carretera con diligencias y carros en la plaza Alonso de Mendoza y un establecimiento de sulfato de quina de sociedad anónima en la calle Socabaya.

La ausencia industrial explica también el predominio de la actividad comercial especializada en satisfacer demandas alimenticias, por una parte, demandas de las élites por otra parte, y finalmente, articular el comercio de ultra- mar con el interior del país.(15)

Los baños constituían, además de una necesidad, lugares de recreación como el establecimiento de Michel (desde 1865) en la calle Indaburu, los baños de Pérez a la salida del Prado, los de la Recoleta y los de Bernal en Potopoto. Entre los paseos se debe mencionar, hacia lo que hoy es el sur, la Alameda, la colina de Sopocachi (capilla de la Concepción) San Jorge y Obrajes. Es decir una orientación hacia lo que posteriormente constituirá el sur, y que se explica por el hecho de que estos lugares constituían la transición hacia las verdes fincas y haciendas de las clases acomodadas. En contraposición,el pueblo recurría a la región de Challapampa. En otras palabras, los espacios públicos eran también divididos, como lo estaba la propia ciudad. (16)

Durante todo el siglo XIX, pese a verse mezclada en la mayor parte de las contiendas del país, el progreso demográfico no se interrumpió, pasando de unos 45.000 habitantes, a principios de siglo, a cerca de 100.000 al finalizar el siglo XIX.

LA CAPITAL DE BOLIVIA EN LA ACTUALIDAD.

El crecimiento de las comunicaciones y su carácter centrípeto convirtieron a la ciudad de La Paz,en los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, en un centro de atracción demográfico, que recibió importantes contingentes de indígenas y de europeos y asiáticos, provocando un importante aumento demográfico a lo largo de todo el s. XX hasta nuestros días. Según los distintos censos de población consultados, en el año 1900, La Paz contaba con 54.874 habitantes, en 1920,eran ya 150.000  llegando a superar los 361.000, en 1964 y los 789.585 habitantes, en 2001. Es decir,en el s.XX, La Paz multiplicó su población por más de 14.

A partir de mediados del siglo XX, junto a la función administrativa y comercial que venía desempeñando tradicionalmente se sumará la industrial, destacando la alimentaria, de calzado, tabaquera y, especialmente, la industria textil. Estas actividades quedan complementadas con la agrícola y la minera que se desarrollan en la periferia de la ciudad.

La Paz no ha sido tomada en cuenta como elemento estratégico del desarrollo regional y nacional y menos han atendido sus complejidades geomorfológicas y socio-culturales para asumir el reto de liderar como capital político-administrativa la dinámica del país.

A La Paz no sólo se le da un trato discriminatorio en materia financiera, sino, se la relega permanentemente desde el gobierno central, conduciendo al deterioro constante de la calidad de vida. La inequitativa distribución de ingresos está segmentando la ciudad y ampliando la brecha entre pobres y ricos con los riesgos que dicha situación implica.

Además debemos anotar que la ciudad tiene una limitada capacidad, en su suelo urbano disponible, agotando su recurso de densificar la edificación y que ante este paulatino agotamiento de posibilidades de crecimiento no podrá ofrecer condiciones favorables al constante crecimiento demográfico, debiendo resignar esa misión a otras ciudades.

La especulación del suelo toma ribetes insostenibles, la fealdad y mal gusto de las construcciones actuales debe tener un fin. Continuamos con una red vial del siglo XVII en el siglo XX. (17)

La Paz debe mantener su condición de Capital Política y Administrativa de Bolivia y para lograrlo deberá considerar que ésta condición sólo se conservará si la ciudad se desarrolla como capital social y económica que espera la nación, en cuyo sentido deberá asegurar que no sólo la calidad de la infraestructura urbana y el paisajismo de la ciudad sean mejoradas,sino que se consigan estándares de ingreso, empleo, seguridad y calidad de vida comparables y competitivas con otras capitales de la región, aceptando los retos de la globalización.

Uno de los grandes problemas de nuestra realidad es, pues,reconciliar la acción y el ideal, las idas y venidas cotidianas con las concepciones del mundo de la técnica y del pensamiento. (18)

En el caso de La Paz, el crecimiento de la ciudad de El Alto se ha constituido en la base para el crecimiento de los centros aledaños. En el momento actual se trata de un doble proceso de densificación centrípeta hacia las ciudades de El Alto y La Paz, donde se concentra la mayor parte de las expectativas de la población y la expansión urbana hacia las áreas urbanas cercanas a La Paz, lo que produce una cada vez mayor cercanía entre los centros del conjunto. Se trata de una masa urbana que, por un lado, refuerza centros importantes y, por el otro, va desarrollando otros centros. (19)

En la ciudad de La Paz la herencia del pasado es muy importante, mostrando, al mismo tiempo, con mucha fuerza, los rasgos de lo antiguo y de lo nuevo, simultaneidades y contrastes, así como discontinuidades.

Se aprecia un deterioro y pérdida de importancia del centro histórico como resultado de una acelerada expansión del medio urbano que “…va dejando detrás de sí una acumulación inmensa de escombros edilicios y culturales”. (González, 1999, pág. 67).

PLAZA CASCO HISTÓRICO DE LA PAZ (Foto Sergio Rodríguez Menéndez)

Además, en la capital boliviana están surgiendo subcentros en áreas de más reciente ocupación, lo que ahora se conoce con el nombre de “nuevas centralidades”; y la expansión incontrolada de las áreas residenciales y otros usos hacia la periferia metropolitana. El producto final de esta triple dinámica urbana es una metrópoli social, política, cultural y físicamente fragmentada.(20)

Hace unos años, en noviembre de 2010, se inauguró en La Paz un moderno complejo comercial, en sustitución del mercado popular Camacho, que fue demolido en diciembre de 2008 en el marco del plan de desarrollo y revitalización del centro de la ciudad.

En el lugar, en el que estaba instalado un mercado rudimentario, abarrotado de comerciantes ahora se alza una infraestructura subterránea, con un patio de comidas, tiendas comerciales, cajeros automáticos,áreas verdes y fuentes de agua.

torre Girasoles

“Esta obra forma parte de los proyectos que hacen a la recuperación y revitalización del centro de la ciudad para que deje de ser un tugurio, un lugar inseguro y para que desde el centro de la ciudad irradiemos el progreso hacia el conjunto de la ciudad”, enfatizó en un encendido discurso el alcalde, Luis Revilla.

El nuevo mercado tiene tres espacios para cajeros automáticos, un área para centro de telecomunicaciones, dos puestos para la seguridad y una sala múltiple. Además, el edificio anexo incluye las nuevas oficinas de la Intendencia Municipal, de la administración del mercado y una guardería infantil para la atención de los hijos de las vendedoras.

El costo total de la obra fue de 52 millones de bolivianos financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). (21)

Como ejemplo de construcción moderna cabe des- tacar La torre girasoles cuya construcción superó los de 40 millones de dólares. Su altura es de 150  metros, es sin duda todo un gigante, el mayor rasca cielo de Bolivia superando al denominado La Caso na (127 m.) y el edificio Mario Mercado (119 m.). La mayor parte del edificio es para uso residencial, pero tiene oficinas, un hotel y un centro comercial en las primeras plantas. También cuenta con 180 plazas de estacionamiento, distribuidos en cuatro pisos subterráneos,que ascienden en forma de espiral. Cuenta también con un sistema sísmico resisten te y con un generador eléctrico para alimentar al edificio en caso de producirse un corte de energía eléctrica en la zona. (22)

Colaboradores de las fotografías:Sergio Rodríguez Menéndez y Marco Vega Rodríguez

Notas bibliográficas.

(1)Jornadanet.com

(2)El Diario. Periódico de Bolivia.

(3)Erwin H. Torrico, Gonzalo A. García y Omar Morales: “Puesta en valor del edificio patrimonial boliviano”. CICOP-CDALP. Bolivia.

(4)Gerardo G. Sánchez y Norman Ramírez: “Expresiones del movimiento mo- derno en la ciudad de La Paz”.

(5)Víctor Sanjinés: Actas Capitulares recogidas en la obra “Síntesis Histórica de la ciudad de La Paz”.

(6)Laura Escobari: “El comercio colonial entre Lima y Buenos Aires”. Revista Summa Historiae. Año I, Nº 1. Universidad Javeriana de Bogotá, 2004.

(7)Web Historia de Museo.Musef.

(8)Web Comunidad Andina. La Paz, ciudad de grandes contrastes.

(9)Nicolás Acosta: Guía del Viajero en La Paz. Noticias Estadísticas, Históricas, Locales, Relijiosas, Templos, Hoteles, Edificios y Antigüedades. Ed. Unión Ameri- cana. La Paz, 1880.

(10)Rossana Barragan: Espacio Urbano y Dinámica Étnica. La Paz en el siglo XIX. HISBOL, La Paz, 1990.

(11)Histórica Casa de Pedro Domingo Murillo. Publicado por la Alcaldía de La Paz, 1956.

(12)Luis S. Crespo: Fundación de la Universidad Mayor de San Andrés. El Diario. 4/IV/2011.

(13)www.lapaz.bolivialocal.net/catedral-nuestra-senora-la-paz.html

(14)www.elmonticulo.com

(15)Nicolás Acosta:Guía del Viajero en La Paz. Noticias Estadísticas, Históricas, Locales, Relijiosas, Templos, Hoteles, Edificios y Antigüedades. Ed. Unión Ameri- cana. La Paz, 1880.

(16)Rossana Barragán: Ciudad y sociedad, La paz en 1880. (En PDF).

(17)IIPLAM, Plan estratégico 1999.

(18)Alcides Torres (Arquitecto): “La ciudad de La Paz en el cambio”. Rev. Scielo Nº 6. Marzo de 2000.

(19)José Blanes: Bolivia. Áreas metropolitanas en clave de desarrollo y autonomía. (En PDF). Julio de 2006.

(20)Sonia Barrios: “Las metrópolis al principio del nuevo milenio: Una agenda para el debate”. Centro de Estudios del Desarrollo (CENDES). Universidad Cen-tral de Venezuela, 2005.

(21)www.lostiempos.com,www.eldia.com y www.bolivia.com

(22)www.skyscrapercity.com y es.wikipedia.org/wiki/Torre_Girasoles