En muchos centros urbanos de Latinoamérica existe gran diversidad de plantas autóctonas que son ignoradas por los arboricultores y han sido poco estudiadas. La divulgación de los beneficios de estas especies y su incorporación en trabajos de arborización, constituyen aspectos muy importantes a considerar en la planificación y la expansión de las comunidades urbanas, para atenuar los efectos de la actividad antrópica, que se han acentuado en las últimas décadas ocasionando “Calentamiento global”.

Hoy en día el adornado de los principales centros urbanos, ha sido orientado en la utilización de especies de plantas introducidas, que en muchos casos ha terminado por desplazar a otras especies autóctonas de alto valor ornamental y se han convertido en la principal causa de los problemas en las áreas verdes de nuestras ciudades. Parte de esta problemática se debe a la mala planificación urbanística y al desconocimiento de las especies de plantas que se cultivan, sus usos y su manejo desde el punto de vista urbanístico.

 

El árbol de Cuji, autóctono de Venezuela

Cultivar plantas introducidas resulta a largo plazo un practica poco sustentable desde el  punto de vista ecológico y económico. Por lo general las plantas introducidas requieren mayor mantenimiento, consumen más agua y son más vulnerables a enfermedades ocasionadas por factores bióticos y abióticos, lo que en muchos casos las convierten en portadoras de enfermedades y responsables del trastorno del hábitat natural de muchos sitios urbanos.

En base a esta problemática, plantar especies autóctonas deben considerase una practica promisoria para la ornamentación de las grandes urbes y sus al redores debido a que presentan mejor adaptación y resultan adecuadas para utilizarse en la recuperación de siembra, en la formación de bosque urbano y en el ornato de la ciudades.

Sembrar plantas autóctonas resulta una practica mas sostenible, se adaptan mejor a nuestro clima y consumen menos agua, requieren menor mantenimiento y son mas resistentes a las altas temperaturas y por lo general presentan vida mas larga.

La presencia de plantas autóctonas además contribuye a mantener el equilibrio de los ecosistemas. Las especies autóctonas tienen insectos asociados que además de controlar su crecimiento (porque las comen, entonces no se hacen plaga), sirven de alimento para otros animales.

Es esencial que ante cualquier jornada de arborización se haga un estudio exhaustivo de cada planta, sus usos y su manejo agronómico adecuado. Asimismo, es de suma importancia hacer énfasis en el cultivo de las plantas autóctonas que mejor se adapten a las condiciones climáticas de las areas urbanas de nuestro país, especialmente utilizando aquellas especies que actualmente se encuentran en peligro de extinción en nuestros bosques, para de esta manera contribuir en la conservación de la diversidad genética autóctona de cada región.

CONOCER NUESTRAS PLANTAS ES SABER ALGO MÁS SOBRE SUS CARACTERÍSTICAS, SUS NECESIDADES, SU FUNCIONAMIENTO Y EL APORTE QUE LE OTORGAN A NUESTRO ECOSISTEMA.