El grito
La situación es tan grave a escala global, es tan compleja, que da la impresión de que no es posible reconducir las sombrías situaciones actuales.
La situación es tan grave a escala global, es tan compleja, que da la impresión de que no es posible reconducir las sombrías situaciones actuales.
Es preciso plantear de nuevo con firmeza y visión de futuro las acciones que podrían reconducir las presentes tendencias y proporcionar a escala mundial formas de gobernanza plenamente efectivas
La situación mundial ha alcanzado un grado de complejidad inédita y acuciante, y las tendencias actuales que deben reconducirse con apremio son, por su número y magnitud, mayores que en el pasado.
Ahora, cuando, por fin, todos nos reconocemos igual dignidad, pilar fundamental de los derechos humanos, y podemos expresarnos libremente gracias a la tecnología digital podemos, por fin, participar activamente en favor del multilateralismo democrático.
Son tiempos de gran confusión, de noticias que en lugar de esclarecer ensombrecen, de revisión acelerada, de deshumanización, de confrontación y violencia.
Ha llegado el momento impostergable de la acción consciente y bien argumentada de “Nosotros, los pueblos”.
Ha llegado el momento en que la ciudadanía, consciente progresivamente de las amenazas que se ciernen sobre la humanidad, reaccione y se rebele.
Actuemos con apremio, ahora que ya podemos expresarnos libremente en grandes clamores planetarios.
¿A qué clase de relaciones internacionales volveremos después de la guerra en Ucrania?
Sin disminuir ni un ápice la responsabilidad de Putin, debemos reflexionar, con apremio y firmeza, sobre las causas de esta guerra, de los demás conflictos, de la existencia de armas nucleares, de la gobernanza plutocrática, de amenazas globales potencialmente irreversibles…