Besar es caer en un abismo
Es de las pocas experiencias a las que nos acercamos y cuando está a punto de ocurrir… cerramos los ojos y concentramos toda la atención en perder la atención y sentir.
Es de las pocas experiencias a las que nos acercamos y cuando está a punto de ocurrir… cerramos los ojos y concentramos toda la atención en perder la atención y sentir.
Querido/a lector/a:
Ojalá que te encuentres bien con estos estreses que estamos viviendo. Por aquí, en la ladera del Monte Abantos que veo desde donde vivo y trabajo, los almendros ya están florecidos. Un poquillo de pena me dan, porque luego de pronto ¡zás! vienen lluvias y frío y pareciera que todo el esfuerzo que hace el árbol para crear esas flores maravillosas no hubiera servido para nada. Pero no, no es así.
La imagen que acompaña este artículo, es una captura de pantalla de un vídeo que no había visto desde hace muchos años. En ella estoy yo, en el 2008, feliz, acabo de dar las gracias a quienes escucharían lo que acababa de contar.
Sé que alguien está pensando que menuda se armó el año que desde hace poco es “pasado” y que por tanto internet, tanto viaje, tanto paquete, Reyes por aquí, Papá Noel por allá… recibimos algunos “regalos” contaminados … de virus. Es que los Amigos Invisibles son eso, invisibles…
No recuerdo mi primera conversación online. El cambio fue paulatino para los de mi generación desde los sms contando caracteres para no pagar de más, a las largas conversaciones en aquel messenger tecleando a toda velocidad, luego las primeras llamadas por voz ip. La primera dirección de email y los foros con nicks rebuscados o súper creativos.
Son algo más de las dos de la mañana, como casi todos los días se me pasa la hora… Por más que intento irme a dormir antes, no hay manera. Mi mente y mi melatonina no me dejan, no me resisto, adapto mi ritmo.
Que estamos viviendo uno de los años más extraños de nuestra vida como sociedad, es claro. Es muy difícil abstraerse a la situación general, por todas partes el tema es el que es, no hace falta nombrarlo para saberlo.
Todos, todas tenemos virtudes, fortalezas y áreas en las que somos un desastre y no hace falta ni mejorar… Es el maravilloso equilibrio: si fuéramos perfectos, perfectas… ¡no tendríamos de qué reírnos al mirarnos al espejo!
Somos iguales, somos distintas. La magia del tiempo se urde en nosotras. Nuestras vidas tejen trama para la humanidad.
Casi 4 veces más personas han tele-trabajado en lo que llevamos de 2020 frente al año anterior.