Diálogos con la biodiversidad
El problema de la soya y el maíz ha dejado de ser las semillas transgénicas como tales, y es muy necesario ampliar la mirada hacia los otros elementos de la cadena para visibilizar lo complejo de la problemática.
El problema de la soya y el maíz ha dejado de ser las semillas transgénicas como tales, y es muy necesario ampliar la mirada hacia los otros elementos de la cadena para visibilizar lo complejo de la problemática.
Aunque suene agotador hablar de pandemias, la humanidad debe prepararse para vivir de maneras alternativas a los estándares establecidos, porque el caos ambiental es tan grande que el año 2020 hemos vivido apenas una primera crisis globalmente traumática.
Los mercados campesinos se han convertido en oasis de colores en las ciudades, donde los alimentos abren un agujero colorido entre medio del cemento para recordarnos la vida.
La gente en todo el mundo está tratando de encontrar sinónimos para reemplazar en algo el término “pandemia” porque vamos a tener que aprender a vivir con ella. Y por su parte, el planeta está tratando de convencer a los humanos de que hay mejores cosas que hacer que estar contaminando, desertificando, quemando o extinguiendo especies y así lograr detener el desencadenamiento de más pandemias.
La realidad del uso de los paquetes agrotecnológicos de semillas transgénicas, insecticidas y monocultivo.
Las relaciones entre el campo y la ciudad en la mayoría de nuestros países, están mediadas por la provisión alimentaria, pero como los alimentos y la naturaleza misma se han convertido en mercancías, esa relación es eminentemente comercial, es decir, un negocio.
El Primer Encuentro de Productores Alimentarios de la Plataforma Agrobolsas Surtidas, congregó en La Paz, Bolivia, a 85 productores agropecuarios de 12 comunidades rurales y 15 productores que trabajan en la ciudad transformando los alimentarios en propuestas nuevas.
La quinoa es uno de los pilares alimenticios de la población andina desde hace miles de años. La sobreproducción de este ‘superalimento’ de moda en occidente ha originado graves crisis agrarias en países productores como Bolivia o Perú y su precio se ha triplicado en la última década.
Una de las formas de restablecer las relaciones ecológicas que los seres humanos hemos quebrado, es tejer lazos que conecten cada vez más estrechamente el campo y la ciudad, para lo cual la búsqueda permanente de alimentos es el pretexto más contundente.
Desde hace pocos años muchas ciudades del mundo están incorporando en la agenda urbana internacional a los huertos, tanto para la ornamentación como para producir alimentos en una práctica vecinal que busca sobre todo aumentar la naturaleza donde predomina el asfalto y el cemento.